“Gilgamesh, ¿por qué vagas de un lado para otro? La Vida que persigues no la encontrarás jamás. Cuando los dioses crearon la Humanidad, asignaron la muerte para esa Humanidad, pero ellos retuvieron entre sus manos la Vida. En cuanto a ti, Gilgamesh, llena tu vientre, vive alegre día y noche, que tus vestidos sean inmaculados, lávate la cabeza, báñate, atiende al niño que te tome de la mano, deleita a tu mujer, abrazada contra ti. ¡Tal es el destino de la Humanidad!” Esta es la X tablilla que presenta a Gilgamesh, a orillas de las Aguas de la Muerte, como un vasto Océano. Fragmento Meisnner (Col. III, 1-14).