Jorge Zavaleta Alegre El 2023 comienza a despertar con mayores muestras de interés por la integración de la naturaleza con las ciudades. Parques, jardines y paseos con arboledas preocupan a las autoridades locales. Aumentan los proyectos de fortalecer la vida vegetal para todos sus habitantes. En primer lugar, los árboles funcionan como un excelente termorregulador natural. Gracias a su sombra y el vapor de agua que liberan sus hojas, logran bajar la temperatura ambiental entre 2 y 8 0C en los días calurosos. Los árboles absorben el dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global. Limpian el aire actuando como purificadores, absorbiendo óxido de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono y devolviendo oxígeno a la atmósfera. La FAO (ONU para la Alimentación y la Agricultura) remarca que los árboles en las ciudades también ayudan a revalorizar el área en la que han sido plantados, ayudando a conseguir un rédito de hasta un 20% más que aquellas zonas de la ciuda