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Mostrando las entradas etiquetadas como JULIO ORTEGA

No violes, no quemes, ¡tortura!

OPINIÓN de Julio Ortega    ¿Se imaginan a un grupo de activistas frente al Congreso sosteniendo una pancarta con este lema: “El sexo a la fuerza no es un acto de libertad. Condena para los violadores”?, o a unos manifestantes coreando por las calles: “La quema de montes al Código Penal”? No, ¿verdad? Esa aberración sería del género esperpéntico, pero literaria al fin, porque ninguno podemos concebir que un sistema que se dice basado en los derechos y las libertades, sin que las que segundas puedan vulnerar los primeros, entendiese que abusar sexualmente de una chica en un descampado o prender fuego a un bosque, constituya una diversión, un negocio o, simplemente, el deseo cumplido de un individuo bajo la mirada benevolente e incluso cómplice de la sociedad. Nadie admitiría que violadores o pirómanos nos dijesen: “si no te gusta forzar a una mujer o ver como arden los árboles no lo hagas, pero respétanos”. ¿Cómo es posible entonces que a estas alturas, quienes denuncian la tortura

RTVE y su desprecio a los niños

OPINIÓN de Julio Ortega    Según publicó el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, la violencia en la televisión lleva a los niños a desarrollar conductas agresivas que son aprendidas a través de la observación y retenidas durante largo tiempo. El estudio, con una duración de 40 años, determinó que cuanto más violenta sea la televisión más probabilidades existen de que muestren comportamientos antisociales. En él, el Profesor de Pediatría de la Universidad de Washington, Doctor Dimitri Christakis, aseguró que los niños no saben distinguir entre fantasía y realidad, y que la televisión les enseña que la violencia es divertida.    Si las afirmaciones anteriores reflejan un problema grave en extremo y se están refiriendo a programas de ficción, como series o dibujos animados, ¿cuál no será su alcance cuando esas criaturas tienen constancia de que las imágenes se corresponden con un hecho verdadero? Unas escenas ficticias cargadas de violencia, siendo sin duda dañinas pa

Infancia, violencia y toros. Una relación fuera de toda duda

OPINIÓN de Julio Ortega     Según el informe de UNICEF "Niños y Violencia", las razones de que los niños adquieran comportamientos violentos son más sociales que biológicas, resaltando tanto la inadecuación en su educación actual, como la promoción de modelos de comportamiento absolutamente insensibles en muchas sociedades. La Comisión de la Asociación Psicológica Americana para la Violencia y la Juventud, dictaminó que los jóvenes con riesgo de volverse violentos y agresivos, parecen tener una tendencia a compartir experiencias comunes que les sitúan en una trayectoria hacia la violencia. También indica que influyen otra serie de factores sociales más amplios: la forma en que una sociedad condena la violencia condiciona los valores y las acciones de los individuos. Por ejemplo, en muchas hay una ambivalencia sobre la violencia en el deporte, y existe un considerable apetito de imágenes violentas en los medios de comunicación, o se permiten los juegos que la fomentan. Sa

El crimen se viste de tradición en Tordesillas

OPINIÓN de Julio Ortega    Un traje tejido con la saña, la demencia y el desprecio La horda bien nutrida, como mandan los cánones de la cobardía. Las lanzas cuidadosamente afiladas, que la muerte viaja más cómoda en hojas aguzadas. La víctima, sola, como siempre; sola frente a la turba desquiciada y sus armas; sola para que sea más sencillo perseguirla, acorralarla y atravesarla; sola pero no anónima, porque el suyo es un crimen planeado, anunciado y consentido. Es un linchamiento legal, por eso, se sigue llamando tradición. Una mañana más ese segundo martes de septiembre en una ciudad española: Tordesillas. ¿Una más? No, una muy diferente a todas. Porque ese día la Vega que se extiende en las afueras de la población transmutará en circo romano. Porque esa jornada se tornará al medioevo entre los gritos de los sayones, el polvo del suelo, y la sangre y el miedo del reo de una diversión humana. Porque en esa fecha fatídica, yacerán allí los cadáveres de la compasión, la ética y el

Welcome to Spain

OPINIÓN de Julio Ortega    1- Se dormirá, extenuado, sabiendo que hoy en la mesa de operaciones salvó la vida de un anciano y de un bebé. 2.- Se irá a la cama, agotada, después de transmitir parte de sus conocimientos a sus alumnos. 3- Se acostará, exhausto, tras haber rescatado de la muerte a dos adultos, dos niños y un perro. 4- Esta noche cerrará los ojos, orgulloso, recordando cómo por la tarde torturó, mutiló y asesinó a seis toros. A tres de ellos en España se les recorta el sueldo. El otro se lleva hasta treinta millones por una jornada de "trabajo" y es calificado de héroe. A tres de ellos el Rey Juan Carlos les pide que hagan sacrificios. Al cuarto le pone en el pecho la Medalla de Oro de las Bellas Artes. Welcome to Spain

Los perros ninot de Girona

OPINIÓN de Julio Ortega     Perros de masías o de naves, transformados en eternos vigilantes encadenados, sin recibir más a cambio que el escaso pienso semanal, y el agua limpia de los lunes o el fondo húmedo y sucio de los viernes. Perros de cazadores, convertidos en herramienta ocasional, sin apenas comida, enjaulados y solos día tras día, esperando a que llegue el cancerbero de la escopeta. Primero olfateasteis el humo, vosotros antes que nadie, después masticasteis nerviosos las cenizas y al fin, llegó el calor, insoportable, y con él las llamas mordiendo vuestro cuerpo, mientras las cadenas o los barrotes le hacían parte del trabajo a un fuego sin prisa, porque la huida era imposible. Se cerraba el proceso con el último olor que percibisteis: el de vuestra carne quemada Incendios como el de Girona dejarán una destrucción pavorosa que, convertida en estadística como cualquier tragedia, se contabilizará en víctimas humanas, daños materiales y hectáreas arrasadas. Pero hay más,

Toro de la Vega, el delito que no lo es

Cumple con los requisitos, pero es una excepción OPINIÓN de Julio Ortega    El artículo 337 del Código Penal español comienza así: “El que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente a un animal doméstico o amansado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud, será castigado...”. Tordesillas está en España, y el toro de raza de lidia, porque cumple todas las premisas para considerarlo como tal y porque así lo dice la FAO, es un animal doméstico. En el Reglamento de Espectáculos taurinos populares de la Comunidad de Castilla y León se indica lo siguiente: Artículo 2º, Principios generales: “ausencia de maltrato a las reses de lidia”. Artículo 19º: “en todos los espectáculos taurinos populares queda prohibido herir, pinchar, golpear, sujetar o tratar de cualquier otro modo cruel a las reses. De igual forma, está prohibido darles muerte en presencia del público”. Artículo 31º: “a los festejos tradicionales les es aplicable el régimen ju

Liberación humana y animal

OPINIÓN de Julio Ortega    No son luchas diferentes ¿Conculcan nuestro derecho a una sanidad pública eficaz? Ellos agonizan en las calles, en las perreras, en las granjas, en los zoológicos, en los circos… ¿Fracturan la educación gratuita en favor de la privada? A ellos les niegan conocer la libertad que les pertenece.  ¿Nos recortan los sueldos? A ellos la vida. ¿Reprimen nuestras voces con violencia? Las suyas jamás son tenidas en cuenta. ¿Favorecen a los que nos roban? En su caso, protegen legal y económicamente a quienes los matan otorgándoles también amparo moral. ¿Nos juran que todo es por nuestro bien? Su explotación y asesinato aseguran que responden al arte, la diversión, el negocio, la sostenibilidad, la educación… ¿Nos consideran imbéciles? A ellos inferiores. ¿Nos creen mansos? A ellos también. Tal vez, sería un momento idóneo para la reflexión y aprender una lección muy valiosa: la opresión, siempre se sustenta en idénticos principios sea cual sea la ra

Tauromaquia, el arte de la mentira. Rabos, orejas, sangre y embustes

OPINIÓN de Julio Ortega    Leído recientemente en una página taurina, de esas con hemorragia libre de testosterona y tampones de cinismo para la sangre vertida por el animal que agoniza en el ruedo: "Y, quien lo hiciera, podría estimar el valor del torero que, sin más armas que un capote y su arrojo, se pone ante el toro a riesgo de perder la vida para que los aficionados puedan disfrutar del espectáculo que supone la lucha indiscutible del uno contra uno, el ser humano contra la bestia y su bravura". Hasta aquí las reflexiones de quien también habla de"incoherencia antitaurina".  Vamos a dividir en dos fases esa "lucha indiscutible de uno contra uno". La primera podría denominarse "la preparación del toro para la corrida". Aunque se me ocurre otro título todavía más adecuado: "¿Enfrentamiento de igual a igual? ¡Y una m...!"  Según el tipo de toro, la categoría del cartel y el lugar donde se celebre la parte visible de su tortura, p

Club internacional del lanceo. Para vomitar

La vuelta a las cavernas de la manita del PP  OPINIÓN de Julio Ortega    Citen un ejemplo de crueldad y estupidez humanas en grado extremo y esperen un momento: rápidamente será superado por otro. Hay personas incapaces de vivir en sociedad y que requieren de internamiento urgente en un centro psiquiátrico. Eso, o destituir de forma inmediata a los políticos que otorgan amparo legal a las aberraciones de semejantes trastornados. Lo que sigue es buena muestra.  Ya conocíamos el sádico y cobarde alanceamiento de un toro en Tordesillas durante sus fiestas, una salvajada indescriptible que conmociona a todos menos al puñado de energúmenos que la perpetra y a los descerebrados que la autorizan. Pues resulta que los del Patronato del Toro de la Vega no están solos, ahora se les suma el Club Internacional de Lanceo, otra suerte de siniestra congregación al servicio de la tortura de animales como diversión y negocio.  Ellos, los lanceros, se hacen llamar caballeros, lo que ya da idea

Himnos, toros y PPeinetas. Pliegues estremecedores en el tiempo

OPINIÓN de Julio Ortega    Desde El Valle de los Caídos a Villaviciosa de Odón no hay mucha distancia, así que eso ayudó a que el Dodge-Dart del Almirante Carrero Blanco, ya reconstruido por un arcángel chapista y otro mecánico, recogiese el pasado viernes al Invicto de su modestita tumba, para trasladarle como invitado de honor al pleno celebrado en el Ayuntamiento de esa localidad madrileña.  Allí, a instancias del PP, ¿de quién si no?, se llevaban a debate dos propuestas a cual más simbólica de la involución en la que estamos sumidos: una que trataba sobre el respeto y apoyo a los símbolos nacionales, y la otra acerca de declarar los toros como Patrimonio Cultural Inmaterial de Villaviciosa de Odón.  Ya estoy viendo el flamante haiga del Generalísimo circulando a toda marcha por al A6, con un par de banderitas rojigualdas, de esas con el pollo incrustado, ondeando briosas al viento, a las que se sumó para la ocasión una tercera, porque consta que el Caudillo solicitó que le pus

Yo desperté, pero a él lo mataron

OPINIÓN de Julio Ortega    La violencia no era un sueño y su agonía tampoco Aquella noche de septiembre no era fría. Diría incluso que algo calurosa, aunque sin esa torridez estival que agosta hasta la mirada. Sin embargo yo estaba tiritando. -Ya lo tengo aquí – pensé – ya he agarrado el puñetero catarro que me visita todos los años. Pero no me dolía la cabeza, ni la garganta o las articulaciones, no tosía ni moqueaba. Era como un escalofrío continuo, intenso y lo que me extrañaba, inquietante. Tardé más de lo habitual en dormirme, y arrebujado bajo la manta vino a acompañar a mi temblor una sensación de tristeza indefinida y profunda, como esas ocasiones en las que sin saber muy bien el porqué, se forma bajo el diafragma un vacío tan difícil de describir como el colapso que a la vez asoma en el pecho. Y claro, los ojos, cuya capacidad de engaño es nula, empiezan a acusar su ignorancia ante la pesadumbre invisible e inidentificable con lamentos húmedos y salados. Así, entre alarm

Animalistas inadaptados, amargados y sectarios. Y eso en boca de los que matan o pagan por verlo

OPINIÓN de Julio Ortega    - ¡Eh, antitaurinos, sóis unos inadaptados! –, te gritan coordinados docenas de androides casposos con farias de cincuenta pesetas, odre de vino y llavero rojigualda y negro osborne. Lo hacen desde la fila de las entradas para ver la trayectoria de la siguiente que encaje Juan José Padilla. Son una masa longilínea que se extiende viscosa y fláccida desde la plaza hasta donde acaba su hematofílico rastro, cual largo intestino colgando del abdomen abierto del caballo corneado de un picador. Y tú te preguntas, ¿a qué he de adaptarme?, ¿a la violencia, a la tortura, al sometimiento?, ¿he de ajustar tal vez mi culo al tendido para contemplar las tres anteriores?, ¿a los valores que defienden José Ignacio Wert y Esperanza Aguirre? Entonces les contemplas y sonríes, aunque por dentro te estén metiendo rodillazos las arcadas, y le das las gracias a tu cerebro por no ser un divertículo más en esas tripas que serpentean hacia la taquilla del moderno coliseo.  - ¡Ani

De perros y hombres. Historias cotidianas con nuestro ¿mejor amigo?

OPINIÓN de Julio Ortega    -¡¡Ufff!!, ¿Lo has visto?, ¿al perro? -Sí, ahí tirado en el arcén. Qué mal rollo, ¿no? -Parecía malherido pero estaba vivo, se movía. -Lo han debido de atropellar -Lo atropellan y lo dejan ahí abandonado. No me lo puedo creer. ¿Cómo puede haber personas así? -Ya sabes, son gentuza. No tienen corazón. -Porque vamos con prisa que si no... -Es verdad, reservé mesa para las dos y media en el restaurante y ya son y diez. Además, acabo de lavar el coche por dentro. Doce euros que me soplaron. -¿Qué vas a pedir para comer? Yo creo que un corderito lechal que ahí lo hacen muy bien. -Buena idea, yo también. Qué hambre tengo. Otra versión de la misma historia: -Hola, eres de la Protectora, ¿no? -Sí, dime. -Mira, es que yo colaboro con vosotros y te llamo porque he visto a un perrillo que parece que se haya perdido y no está bien. -¿Dónde?, ¿que le ocurre? -Aquí, junto al Polideportivo, muy cerca de mi casa. Se le nota muy débil y ya ves el frío que e

Pendejos. Análisis desde una de sus facetas

OPINIÓN de Julio Ortega    El cantautor Facundo Cabral solía contar que su abuela estuvo casada con un coronel que era un hombre realmente valiente, solamente le tenía miedo a una cosa: a los pendejos. Un día le preguntó ¿por qué?, y le respondió: "Porque son muchos, no hay forma de cubrir semejante frente. Y por temprano que te levantes, allí donde vayas, ya está lleno de pendejos. ¡Y son peligrosos, porque al ser mayoría eligen hasta al Presidente!". A Facundo Cabral lo asesinaron hace ahora un año unos pendejos armados que lo confundieron con otra persona. Facundo Cabral tenía mucha razón. Según él hay pendejos informáticos, burócratas, optimistas, pesimistas, esféricos, fosforescentes, de referencia, conscientes, de sangre azul, demagogos... Lo más curioso es que ningún pendejo admitirá que lo es, esa postura de negación va implícita en la necedad que le caracteriza. Al contrario, sus pendejadas son para él motivo de arrogancia y argumento para establecer su superior

Toro de la Vega 2012, víctima comprada

"Volante" será el próximo toro en morir a lanzadas  OPINIÓN de Julio Ortega    Ya te han comprado, ¿no? Un ganadero decidió criar varios cientos de kilos de carne para que fueran alanceados y les puso un precio que ha sido satisfecho. Nada importa que tu peso incluya un cerebro y un sistema nervioso central porque a partir del hombre hacia abajo, aquí todo ser vivo parece existir para su uso y disfrute. Así al menos lo dicta la tradición, lo alimentan las psicopatías y lo protege la ley. Incluso te han puesto un nombre: Volante. Podía haber sido Desgraciado, Condenado o Trozo de Mierda, lo mismo da. Los dos primeros describen tu realidad y el tercero la consideración que mereces a tus verdugos. Y ahora aguardas, ajeno al destino que te han reservado, en una quinta propiedad del mercader de vidas que te vendió hasta que tus asesinos te recojan la víspera del día señalado para tu ejecución. Que no será rápida ni cicatera en sufrimiento. Los sayones que soltaron los

El taurino Wert, un Mr. Bean pero sin gracia

OPINIÓN de Julio Ortega   Contra el paro y la pobreza: más toros Se puede ser majadero. También es posible ser majadero y despiadado. E incluso cabe ser majadero, despiadado y ministro. En José Ignacio Wert se obra el milagro de la Santísima Trinidad pero en versión casposa: este hombre es Uno y Trino a la vez. Si en el caso de la Iglesia Cristina El Padre es increado e inengendrado, El Hijo no es creado sino engendrado eternamente por El Padre, y El Espíritu Santo no es creado ni engendrado sino que procede eternamente del Padre y del Hijo, podemos decir que con Wert el botarate fue engendrado (sus necedades son como rellenar un tomo), el desalmado procede probablemente de la formación y estímulos recibidos, y el ministro fue creado por un Rajoy que se tiene que estar comiendo los nudillos cada vez que este sujeto abre la boquita o firma una decisión ministerial. El hombre, como poseído por Jason un viernes 13, se lía a machetazos con los presupuestos de educación y cultura, per

Tartufos de trapío y dehesa. Tauromaquia, el embuste como estandarte

OPINIÓN de Julio Ortega      No les sirve una plaza de toros reconvertida en centro comercial. Tampoco les vale como escenario para representaciones teatrales, espectáculos deportivos, conciertos de música o zona para dejar sueltos a los perros. Ni hablar de que se cierren, tampoco de derribarlas aunque no guarden el menor valor arquitectónico. Ni esto, ni lo otro ni lo de más allá. ¿Qué es lo que realmente quieren? Pues que se sigan celebrando en ellas corridas, eso y sólo eso. El resto son capotazos de demagogia y embustes para desviar la atención. Apelan a la cultura cual Apolos redivivos empuñando la lira y tocados de laurel, sin embargo no les seduce aquella que el valiente Alcalde de Bogotá Gustavo Petro, al que le expreso toda mi admiración desde aquí, pretende ofrecer a los ciudadanos en la arena de la Plaza de Santamaría donde a partir de ahora se derramarán versos, ideas o lágrimas de emoción, pero nunca más la sangre de una criatura torturada. ¿Apolos? Calígulas de puro y

¿España?... Que alguien me pase la bolsita para el mareo

OPINIÓN de Julio Ortega    Quién me iba a decir que mi futuro sería el de gilipollas Un señor entra en mi casa y veo, muy tranquilo, cómo lo hace. No es que le crea un amigo pero sí alguien que viene a sugerirme ideas y ofrecerme soluciones para hacerme la vida más fácil. Y yo le dejo hacer. Recorre libremente todas las estancias mientras continúo a mis cosas confiado en su indudable profesionalidad. Pero cuando me quiero dar cuenta ese individuo se ha llevado de mi nevera hasta la mermelada caducada, ha vaciado mis cajones y tiene en sus manos las llaves de mi coche. Perdón, quería decir de "su" nevera, de "sus" cajones y "su" coche, porque resulta que asombrado descubro que ahora "mi" casa es "su" casa. Me enseña, para que no dude, el título de propiedad, porque no crean que ha huido ta cual haría un ratero que me hubiese birlado la cartera en el Metro, no, éste sigue delante de mí y e incluso está sonriendo burlón, como diciéndom

El torero, una aproximación a su figura

OPINIÓN de Julio Ortega    Esto que vemos aquí es la imagen de un torero y en ella se especifican las diferentes partes de su indumentaria. Bien es verdad que el traje del grabado carece de un detalle imprescindible porque forma parte de él del mismo modo que las heces son consustanciales un colector: la sangre. Y es que aunque el matador – otra denominación que recibe este sujeto y que le viene pintiparada - salta limpio a la arena del ruedo, se va empapando con ella durante la faena a la vez que su víctima la va perdiendo por sus pavorosas heridas. El torero se cree un artista, sin embargo no pinta ni compone, su musa sólo engendra tortura. Se piensa un sublime hacedor de cultura, pero en vez de escribir teatro o novelas sus manos le sirven al fin para matar lentamente. Le fascina que le llamen "maestro", y si le califican de "héroe" probablemente llegará al clímax de su envanecimiento, mas las lecciones que imparte contienen demostraciones prácticas de violenci




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