OPINIÓN de Julio Ortega .- Yo era piloto de aviones (y sigo siendo pasajero). Conocer que hay empresas con departamentos de I+D+ì orientados a investigar para introducir mejoras en el sector de la aeronáutica me llena de satisfacción y tranquilidad. ¿Saben por qué? Porque además de por el bien de la rapidez en el transporte, de la economía o de la comodidad, es por el bien de la seguridad. Dedicar recursos a algo así, por encima de todo, salva vidas. Carbures, una empresa que fabrica piezas de fibra de carbono para la aviación, en concreto para el constructor de aeronaves Airbus, ha destinado personal y dinero para llevar a cabo un proyecto I+D+i cuyo resultado final ha sido aligerar el estaquillador (palo donde se monta la muleta) y la espada de los matadores de toros, dotándola de mayor flexibilidad y resistencia a la rotura en un proceso denominado “carbonización”. Como activista por los derechos de los animales y como ser humano esa noticia me produce asco y vergüenza. ¿Sabe