OPINIÓN de Ollantay Itzamná Las consecuencias socioeconómicas de la pandemia, y los “daños colaterales” de la guerra comercial y financiera entre los “gigantes planetarios”, dejan a Guatemala, al igual que a sus vecinos, en condiciones más paupérrimas de las que se encontraba hace tres años atrás. En esta situación empeorada, el país nuevamente será convocado a las urnas, para el 2023, para “elegir” a su nuevo gobernante, donde la manipulación del hambre de las y los hambrientos será la reiterada estrategia electoral que definirá los resultados electorales. La insubordinación electoral al sistema neoliberal es constante y creciente en la región de Abya Yala. México, Honduras, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Perú, Bolivia, Argentina, Chile, optaron por esa vía de la insubordinación. Colombia y Brasil anuncian que avanzan también. Pero, ¿Qué hay de Guatemala? El país de la indómita ave del Quetzal, donde en décadas recientes, rebeldes, fusil en mano, levantaron la cerviz contra el amo, se en