OPINIÓN de Pascual Serrano /Mundo Obrero.- Un conflicto entre la senadora Dianne Feinstein, que preside la poderosa Comisión Selecta de Inteligencia del Senado estadounidense, creada tras el escándalo de Watergate, y la CIA debido a que se ha descubierto la existencia de un informe que muestra que la agencia espió y mintió a los miembros de la comisión, ha permitido conocer el sistema por el que los servicios secretos rendían cuenta a los representantes políticos. En un indignado discurso de Feinstein, una defensora habitual del amplio programa de espionaje a nivel mundial de la Agencia de Seguridad Nacional y de otras agencias de inteligencia de Estados Unidos, explica que "la CIA comenzó a enviar documentos en formato electrónico a los miembros de la Comisión en un establecimiento alquilado por la CIA a mediados de 2009. El número de páginas llegó a ser rápidamente de miles, decenas de miles, cientos de miles, y luego millones. Los documentos facilitados no tenían índice ni