OPINIÓN de Raúl Wiener , Perú.- Humala tuvo miedo de las consecuencias de su victoria. Las ideas que habían trabajado sus asesores, estaban ahí y el equipo también, pero el hombre se rindió sin pelea después que le dijeron que si mantenía el crecimiento económico haría un gobierno exitoso como el que acababa de concluir de García. Que la gente perdona otras fallas y no que arriesguen sus bolsillos. Castilla fue el que lo convenció que habían dos caminos: el de atraer las inversiones y crecer con ellas, y el de hacer crecer el Estado y terminar en crisis. A Velarde, en cambio le correspondía otra misión, manejar la política monetaria para mantener al gobierno lo más apretado posible. La gran capitulación económica de Humala en el 2011, debe ser algo que le debe haber vuelto a la memoria después de tres años de gobierno y con los indicadores productivos en franca bajada, ya que el pacto con el del mechoncito fue que le garantizaba resultados positivos. Pero ahora que se discute en que