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Mostrando las entradas etiquetadas como RAFAEL FERNANDO NAVARRO

ESPAÑA. El terror lleva corbata

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro.-   Los españoles sabemos mucho de esto. Fueron tiros en la nuca. De gracia, les llamaban. Cuarenta años con las pistolas en las sienes, siempre dispuesta la recámara a crujir un cerebro. Años de cunetas, de tapias de cementerios blancos, de amaneceres chorreados de orfandad, de viudedad, de soledad para siempre encerrada en pañuelos negros, en delantales negros, en almas para siempre negras. Después vinieron el plomo oscuro para matar a un concejal que llevaba el pan caliente, recién comprado. Los Ordoñez, Los Miguel Angel, Las Irenes. Los sin nombre. Y otra vez las aceras chorreadas de dolor, de ausencias, de distancias infinitas. El se murió en su cama una mañana que ya es una mañana cualquiera. No la registra la historia porque la historia se desentiende de quien la fusila por la espalda. Otros se subieron a una máscara infame y dijeron que nos perdonaban la vida, que nadie les ganaba a chulería, que podían emplear el tiempo en sacarle brillo

Que viva España

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Llamarse Manolo es ostentar un nombre patriotero. Por esos mundos ha ido Manolo Escobar, haciendo patria, paseando esa visión de macho hispano que “no quiere que a los toros te lleves la minifalda” Y en todos los campos de fútbol del mundo ha resonado el bombo de otro Manolo jaleando la camiseta de la selección, haciendo patria, dicen. ¿Se acuerdan cuando Gibraltar era una espina que todo español llevaba clavada en el corazón? No valía una guerra, decía el régimen, aunque el ministro Margallo tiró del puñal que lleva clavado en la primera ocasión en que saludó a una autoridad británica haciendo gala de una diplomacia de bachillerato. La derecha siempre ha hecho ostentación de amor patrio, hasta tal punto que se ha dedicado con frecuencia a echar en cara la ausencia de patriotismo a la izquierda. España es un monopolio de su propiedad. Incluso es habitual que se apropien de la conciencia de la totalidad en sus discursos. “Los españoles quieren…”

ESPAÑA. El camino

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro.-   La vida es un camino a lo largo del cual vas perdiendo el corazón. Un accidente de tráfico, un cáncer, un infarto. Y cuando sientas en las aceras tu cansancio, te das cuenta de que te queda menos alma, menos arraigo, menos raíces. De que el padre, la madre, el amigo, el vecino que te regalaba los buenos días envueltos en sonrisas… Que todo se ha ido perdiendo por las tuberías del tiempo, por las cloacas de la existencia. Recuerdo aquel despertar. Nos brotó la conciencia de existir. Se nos puso de pie la vida y miramos al mundo por encima de la alegría. Teníamos derechos. Tuvimos que tocarlos como se toca la carne-novia cuando ya no nos niega el primer beso. Se nos cambió la piel. Nos dolía el vientre de reptar aplastados por la obediencia a sables y botas militares. Y ahora éramos ciudadanos, con obligaciones, con derechos, con tribunales de apelación, con reuniones bendecidas, con enfermedades contempladas sin que nadie te pidiera el carnet de y

ESPAÑA. Sí, quiero

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Se puso de pié sobre el mundo. De puntillas, para alcanzar la luna. Ante el espejo su madre le dijo: “eres una emperatriz” Acarició sus caderas como el ecuador más hermoso y miró la existencia por encima de su orgullo de novia blanca. Por última vez novia. Esposa más tarde. Desnuda de noche, abrazada al día más feliz de su vida, ante la noche con más estrellas. Chaqué para su elegancia. Por última vez novio. Esposo dentro de poco. Desnudo de noche, ante el asombro asombrado de aquella mujer con el alma entreabierta, con veinticinco años boca arriba, con los besos sembrando los cielos de las bocas hambrientas. Te quiero y te querré siempre hasta que la muerte nos una en el amor absoluto. De la mano y entre aplausos, iniciando el camino, el proyecto, el futuro. Un día se les despeñó el corazón, se fracturó la eternidad, se hizo cansancio la desnudez, se ahogaron las promesas. Les escoció el alma, se bifurcaron los caminos y se fueron despidiendo p

ESPAÑA. Ni pregunto

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- “El ser humano es una oscura noticia sobre sí mismo” Así nos define Karl Rhaner y sobre esta definición construye una visión antropológica digna de ser tenida muy en cuenta a la hora de ponernos de acuerdo con nuestro propio corazón. Sostenernos como oscura pregunta nos lleva a no conformarnos con las respuestas que nos brindan las ciencias, las filosofías o las religiones. No somos compuestos electrónicos, ni animales racionales ni seres arrojados a la existencia por un dios creacionista desentendido y no comprometido con la existencia humana. Debemos remitirnos a esa interrogante que somos para realizarnos como pregunta sin alcanzar tal vez nunca la respuesta definitiva, asumiendo nuestra propia oscuridad, la opacidad de las coordenadas en que crecemos hasta la interrogante última de la muerte irredenta, ”pasión inútil” y sartriana, náusea, nada con volumen de tiempo. Si tenemos enraizada esa esencia de ser pregunta, no debemos asustarnos de

Gris marengo

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Todavía la siguen llamando joven. Treinta y tantos años ya, camino de esa edad madura que embellece las formas, que engalana los ojos, que decora los labios. Pero algunos se refugian en Rubén, en la juventud divino tesoro, para negarse a adelantar camino y verla hermosa para amarla sin reparos, con pasión desbordada, sin miedo a estupros punibles. Treinta y tantos años. Aceras con geranios, libertad en las solapas, agilidad para vivir dándonos la mano, edificando futuro, olvidando un pasado de botas y sables, de tiros en la nuca, de tapias de cementerios blancos. Democracia empezamos a llamarle, a estrenar derechos, leyes que protegían sin encorsetar, capacidad de decidir sin coacción, terminando en amistad lo que fue enfrentamiento. La guerra terminó en mil novecientos setenta y cinco. La enterramos en la sierra madrileña, bajo una cruz que ampara a los del bando bueno. Le bastó a los otros con cunetas camineras, con huesos amontonados en la solid

Tres millones

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro.-  “Ya ha pasado lo peor de la crisis” “Vamos saliendo del túnel” “Hay esperanza en el horizonte” Palabras huecas que pronuncian los gobernantes para anestesiar la conciencia crítica de los ciudadanos, una prórroga del miedo narcotizante que mata el grito, la rebeldía, la indignación. Empinamos la existencia, calzamos tacones a la desesperanza y nos asomamos a una tapia para tocar un futuro invisible porque la mentira organizada nos promete que está ahí, tras la visión de un Rodrigo de Triana, desbrozador de nubes. ¿Pero quién incorpora estas frases manidas, huecas, preñadas de inercia política? ¿Los que han soportado la crisis sobre sus hombros o los que se han lucrado con ella convirtiéndola en una estafa? Porque la compra del morcillo para un cocido o de un ferrari último modelo ha marcado el abismo histórico, el desgarro siempre programado entre ricos y pobres. 508 millones de euros confiesa haber ganado el presidente de Mercadona, un empresa

Populismo

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro.-  Se trata tal vez de una definición muy elemental. Consiste más o menos en decirle al pueblo lo que el pueblo necesita oír para emerger de sus acuciantes problemas y atraer de esta forma el voto de los electores o afianzar la adhesión si ya se está en el poder. Europa tiende a llamar populistas, en el sentido más despectivo de la palabra, a ciertos mandatarios latinoamericanos señalando como exponente máximo al desaparecido Chávez. ¿Incluidos en este desprecio van los logros sanitarios, educacionales, de reparto de bienes, de alfabetización.? El populismo de esos líderes latinoamericanos se reduce malintencionadamente a palabras huecas sin cumplimiento alguno de promesas. Todo se resuelve en un discurso hueco, halagador de oídos ingenuos, destinado a engañar explícitamente al auditorio. Hugo Chávez ha muerto y no es mi intención hacer un panegírico de su labor presidencial. Pero tampoco denigrarla. Hay voces siempre dispuestas a magullar el quehace

Pepe

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Era últimamente Benedicto XVI, pero venía de ser Pepe. Santidad. Eminencia. Excelencia. Padre. Por todos esos nombres pasó el cura, el obispo, el cardenal, el papa. Seguro que en el barrio primitivo de su infancia, mientras pateaba una pelota de trapo, la chavalería le llamaba Pepe o José porque los alemanes son muy serios y les cuadra más la seriedad del José que la banalidad del Pepe. Benedicto XVI está de regreso. Ochenta y tantos, setenta y tantos, sesenta y tantos. Irá perdiendo la memoria de sí mismo. Papa-Rey. Jefe de Estado. Sumo Pontífice. Vicario nada menos que de Dios. Infalible porque alguien le entregó el monopolio de la verdad absoluta. Capaz de expulsar a teólogos de la liberación, de quemar preservativos que resguardan del sida, de fulminar los avances científicos, destruyendo en nombre del evangelio las células madre, condenando el amor sin arras, la universalidad del corazón enamorado con derecho a amar por el hecho de amar, Reye

Cuarenta y ocho años

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Cuarenta y ocho años. Lo ha despeñado un ERE edad abajo. Y ahí está, en el hondón de la vida. Como yendo a ninguna parte. Como regresando de ninguna parte. Con la boca llena de besos. Con corazón suficiente entre las ingles. Con caricias crecidas cada noche. Pero aplastada la esperanza, pisoteados los sueños, con el futuro hueco porque ya no es futuro. España no es una país con seis millones de parados. Es un país detenido. Amputados los pies por eso que dicen déficit, prima de riesgo, crisis. Por esos navajazos que revientan la vida de muchas vidas, el vientre de existencias gris marengo, de andamios con tortilla española y piropo a un culo hermoso, de oficinas ahogadas en corbatas de rebajas, de funcionarios envidiados, de operarias mal pagadas porque la mujer tiene menos derechos, muchos menos, porque ser mujer al fin y al cabo es valer para decorar un despacho o sufrir en silencio como recomendaba Pilar Primo de Rivera o Ana Botella alcaldesa

La propiedad de la palabra

OPINIÓN de  Rafael Fernando Navarro .- La democracia nace ahí, en la palabra. Crece ahí, en la palabra. Muere ahí, en la palabra acallada, maniatada, desposeída. La palabra se hizo calle y habitó entre nosotros. Va por las aceras proclamada, nunca vendida, nunca monopolizada, nunca prostituida. Y engendra verdad de pueblo, soberanía de pueblo, orgullo de pueblo. La recuperamos hace treinta y tantos años. Por ella cambiamos nuestro estado de súbditos, al creador de ciudadanos. Nos engendró libres, autosuficientes, artesanos en la construcción de futuro. El país es una calle en pie. Funcionarios, docentes, sanitarios, justicia, jubilados, desahuciados, preferentes, dependientes. La calle es un grito desesperado, un estómago hambriento, un abandono con techo de puente, de cajero con cartones, de hambre con pan de contenedor. Se llama crisis, dicen, mercados, dicen, Merkel, dicen. Y es cirugía sin anestesia, con la carne viva, estremecida, punzada hiriente. Y el pueblo empuja, arremete,

Bendito el fruto de tu vientre

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- A los políticos nunca debemos conceptuarlos como la solución exclusiva de los problemas ciudadanos, pero sí como peones avanzados de ese esfuerzo de la totalidad de la ciudadanía para llegar a la cumbre de una democracia donde encontremos la plenitud de la realización de nuestras aspiraciones. Todos debemos sentirnos concernidos en la búsqueda porque la democracia no es nunca una delegación de responsabilidades sino una asunción intransferible de ellas. La irresponsabilidad de nuestros políticos nos ha llevado a un desengaño democrático altamente peligroso. Las generalizaciones siempre han conducido a la hecatombe vivencial de los pueblos. Últimamente se palpa un interés en desacreditar a la totalidad de los representantes legítimamente elegidos, a los sindicatos, incluso por parte de aquellos que debían permanecer vinculados en unidad de esfuerzos. Ni todos son iguales, ni todos son corruptos. Esas generalizaciones benefician a intereses muy con

Erótica

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Sabe el ambiente a puñales. Porque los puñales brillan, destilan sangre caliente y salen de la herida dejando atrás el dolor del vientre descerrajado. Y uno, que va camino del amanecer, del primer café de la mañana, del trabajo o la oficina del paro, se topa de frente con ese olor acerado, con ese sabor de doble filo que chorrea por las paredes. Son los puñales colgados, avisos de oscuras tumbas. Fue en otros tiempos la erótica. Cuando Felipe. Pechos y muslos al aire. Dejó de ser pecado la carne rosa de papel satinado, con gramaje de sexo, erección encuadernada, caricia desnuda sobre cuerpos desnudos. Y andábamos los españoles por las últimas filas de los cines, buscando labios y cinturas y blusas desabrochadas. La erótica se echó a rodar. Hasta las alfombras persas subiendo escalinatas de Moncloa. Presidente traje a medida. Olvidada la pana porque un presidente debe lucir corbata italiana con zapatos a juego. Bajó del coche oficial la erótica.

Dignidad

OPINIÓN de  Rafael Fernando Navarro .- Me he mirado al espejo apenas levantado. Cabello de almohada hundida. Barba de ayer. Recuerdos desordenados de haber soñado contigo. De besos tal vez, de caricias, de nostalgias. Ese, frente al espejo, también soy yo. Más allá de mi propia apariencia, soy yo. Los pueblos también despiertan. Con añoranzas unos. Fraguando revoluciones otros. Conformes o disconformes, casi todos. España se incorporó a la vida no hace mucho, después de una muerte infinita de cuarenta años. Con huellas de muerte. Pisoteada su libertad. Fuera las tripas de tanta cornada de botas y tricornios. Agujereada la vida por tiros en las escápulas. Pero empezó a reconocerse ante el espejo, a verse hermosa de pechos y andares juncales. Empezó a gustarse a sí misma porque nadie pudo violarla tanto que perdiera la intimidad con la grandeza de su historia. Desde la podredumbre de una dictadura hicimos camino hacia la luminosidad de la democracia. Le llamamos transición a aquel paso

La cola del paro

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Para Ana, que se apellida Luna  porque la lleva en los ojos verdes.  Ana es bella como una giralda morena. No he tenido nunca sus ojos frente a frente. Vivimos en la distancia que ella cubre con la palabra rebelde, con la imagen de una Sevilla altiva de feria y semana santa, de farolillos y macarenas que lloran el fracaso de un cristo hijo por Placentines estrecha. Ana es bella como una giralda morena. Seis millones de hombres, de mujeres, de hambre, de frío, de miedo, de humillación, de pasado sin futuro, de ayer sin mañana, de nostalgias sin creación. La cola del paro para pedir movimiento, para no perder masa muscular, para seguir andando. Pero no hay camino, ni calor, ni orgullo. Hay inmovilidad tan solo, abandono tan solo, desesperación tan solo. Y el asco hasta el cuello como un agua podrida, infectada, con parasitosis en los intestinos de la vida. Ana es bella como una giralda morena. Con noches de luchadora sindical en el rostro, con

Hedonismo

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- Los humanos no estamos conformes con la limitación impuesta por las fronteras del tiempo. “El hombre es en ser en el tiempo” decían los existencialistas. Las ansias de sobrepasar esas fronteras han sido potenciadas por las religiones que prometen otra vida eterna feliz o desgraciada según el comportamiento que hayamos tenido en este valle de lágrimas. Pero ante la duda de que esa vida de ultratumba pueda o no desmoronarse, los humanos nos empeñamos en perdurar en el recuerdo de los que seguirán en la historia. Y el recuerdo se convierte en una metaexistencia en la que desprovistos de limitación alguna gocemos de la juventud de la memoria siempre renovada de los que vivirán el mañana. Esta urgencia de perdurar se agudiza en los políticos. Son conscientes de la perdurabilidad de sus privilegios, de sus agendas de contactos útiles, de sus prerrogativas económicas. Pero añoran como nadie el salto al futuro por la alusión a sus decisiones de const

De los buenos cristianos...

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .-    “De los buenos cristianos, líbranos, Señor” Lo decía el angustiado Unamuno. Hoy sigue siendo una invocación válida y urgente. La compatibilidad entre ciencia y religión es un desideratum antiguo, pero no por antiguo menos incongruente. La Iglesia, siempre orgullosa de poseer el monopolio de la verdad, nunca ha admitido que pueda haber verdades científicas al margen del depósito de la palabra de Dios de la que se proclama albacea única. Y lo que los científicos investiguen y las conclusiones a las que lleguen no pueden estar enfrentadas en ningún caso con esa revelación de la que se proclama administradora única. A falta de una coherencia unitaria de la revelación, la Iglesia ha necesitado convertir el evangelio en un refranero que acuda con cada sentencia proverbial a tapar los agujeros que la ciencia construye para negar con ecuación con la voluntad divina. Ha pagado caro este orgullo. Galileo, Servet y otros muchos son testigos de su crueld

España por amor de Dios

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- España está a las puertas de una iglesia. Sucia, hambrienta, borracha. Rodeada de colillas, don simón acuoso y un perro con el estómago colgado del costillar. España desnuda de Lorca, de Dámaso Alonso, de Juan Ramón. España repudiada de gótico, románico, alhambras y mezquitas. Sin Sevilla de giraldas, sin Granada de generalifes, sin Galicia de rías y Asturias de sangre verde. Desnuda España de España. Ella sin ella. Hueca. Vacía. Sin andamio interior donde apoyar su historia. Comedores llenos de hambre. Estómagos en fila. El frío de luna acumulado en los huesos. Frío sobre frío y frío. De noche de aceras, de cajero con cartones, de puentes con restos de desahucios. Niños de mocos helados. Mujeres sin muslos para maridos en paro. Viejos hartos de ser viejos, con la muerte deseada en las esquinas. Enfermos sin el gelocatil para el reuma empedernido. Dependientes con muletas de madera, como en el tiempo aquel, con pensión de guerra recién terminada

Miedo

OPINIÓN de  Rafael Fernando Navarro .- Tengo miedo. No miren el diccionario de la RAE porque tal vez no refleje con exactitud las estrías que siento en el alma. Sólo pretendo que entiendan esta sensación de estar suspendido en el abismo, dependiendo de que no sé quién afloje un poco el hilo que me sostiene y me deje caer al vacío. Miedo a que los bancos sigan dando patadas en el alma indefensa de los que no pueden pagar su hipoteca y los lancen al hueco misericordioso de un puente. Miedo a seis millones de parados, amputada la esperanza de futuro para ellos y sus hijos. Miedo a esos enfermos a los que no se les aplica un tratamiento porque es caro, han cumplido sesenta y cinco años y sus vidas no valen más que para un estercolero con una cruz en la cabecera. Miedo a esos investigadores que han visto frustrado su afán de arrancarle secretos al misterio de la vida porque dicen que no hay dinero para que el ojo permanezca vigilante ante el microscopio. Miedo a esa sanidad convertida en

Un tiesto para el Primado

OPINIÓN de Rafael Fernando Navarro .- La Iglesia católica no puede ser democrática por definición. Su estructura rigidamente piramidal lo impide. En la cúspide se sitúa el Papa-jefe supremo (con categoría de rey en otros tiempos), desciende por el colegio de príncipes-cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y rebaño pastoreado y gregario. Poseedora su jerarquía del monopolio de la verdad absoluta basada en las enseñanzas de su fundador y en la interpretación del derecho natural, se siente depositaria de la obligación de guiar a la humanidad, situando su magisterio por encima de los legisladores elegidos en cada país, de sus parlamentos y de las decisiones políticas democráticamente emanadas de sus decisiones. Braulio Rodríguez, Arzobispo de Toledo y Primado de España (habría mucho que hablar del origen de estos títulos) acaba de condenar el divorcio exprés aprobado por el parlamento español porque conlleva “dramas, odio y violencia machista” Y fundamenta esta afirmación en q




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