En algunas regiones en el campo sirio, las campesinas prensan sus granos suavemente para que pierdan su sabor amargo y se endulcen. Desde luego, el maté no falta en todo este proceso. Por Watfeh Saloum. Damasco, 9 nov (SANA) La temporada de recolección de aceituna en Siria inicia en octubre y dura unas semanas, en un ritual que pasa de padres a hijos, durante miles de años. Octubre es el mes en que los campos de olivos cobran vida y se llenan de campesinos que recolectan durante unos días los frutos de su trabajo realizado durante todo el año. Dentro de la olivicultura, Siria se sitúa en séptimo lugar a nivel mundial en termino de superficie de cultivo y en octavo en producción de aceite de oliva. Las plantaciones de olivo se centran principalmente en las provincias de Alepo e Idlib en el noroeste, y Latakia y Tartous en la región costera, aunque extensas áreas están sembradas de olivo en otras gobernaciones como Deraa, Sweida y Quneitra, en el sur de la nación. El rit