OPINIÓN de Ricardo Luis Mascheroni , Argentina.- En los últimos tiempos, legisladores nacionales y provinciales de distintos partidos, misteriosamente han visto la luz descubriendo “la vital importancia” de la obligatoriedad de los debates públicos de candidatos y precandidatos electorales. Algunos hasta temerariamente, desde mi punto de vista, califican con grandilocuencia, que la ausencia de esos mecanismos propios de la ingeniería electoral y de la mercadotecnia política de los tiempos actuales, constituyen un atentado a la democracia. Permítaseme disentir respetuosamente con estas paparruchadas, que como verdades reveladas, afirman que los debates son un extraordinario mecanismo para enriquecer la calidad democrática e institucional de la sociedad, lo que no deja menos que sorprendernos. Estos snobismos tomados de otras sociedades, parten de errores conceptuales sobre: la actividad política, la vida de los partidos y en torno a los desenca