No más cuentos de hadas. No más falsas promesas. Es hora de que las niñas escriban sus propias historias. © UNFPA Bangladesh/Prince Naymuzzaman Febrero es un buen mes para floristas y joyeros; es, en cambio, un mes difícil para los defensores que trabajan para poner fin a dos rituales que marcan el fin de la infancia para niñas de todo el mundo: el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina. Adisa, de Sarajevo, muestra joyas que le reglaron sus suegros después de casarse cuando tenía 14 años. Freshta (se ha cambiado el nombre), en Afganistán, muestra el vestido que llevaba cuando su padre la obligó a casarse con un hombre de 60 años. En ese momento tenía 12 años. © UNFPA BiH/Imrana Kapetanovic, © UNFPA Afganistán La mutilación genital femenina y el matrimonio infantil suelen ir de la mano. En muchas comunidades, la mutilación genital femenina se considera un rito de paso que permite a las niñas contraer matrimonio. En Sierra Leona, Fatmata se negó a ser mutilada y se vio ob