La singular obra de Carlos Endara sale de Panamá por primera vez para exhibirse en una antológica individual que incluye copias de época y nuevas, negativos en vidrio, retratos iluminados y 150 tarjetas de visita. Casi desconocido, el trabajo de este pionero de la fotografía regional perdura como testimonio de la historia del Panamá de fines del siglo XIX y la primera mitad del XX. Endara legó un retrato de un Panamá “feliz”. Con un empeño casi mesiánico, retrató lo que él veía como una sociedad venturosa, precisamente porque el motor del engranaje socioeconómico era un conjunto de contradicciones en constante transformación. Lo que distingue a Endara de los fotógrafos de su época es la amplitud de su registro humano y ambiental. Con un estilo frontal, directo y elocuente, fotografió a pobres, inmigrantes, familias y parejas sin ceñirse en exclusiva a los acaudalados sino retratando a personas de distintos orígenes étnicos y niveles económicos. Así logró fijar la diversidad humana qu