OPINIÓN de Carlos Miguélez Monroy Accidentes, atentados terroristas, secuestros, asesinatos por violencia machista, catástrofes “naturales”, caídas en las bolsas. Muchas personas llegan a creer que el mundo es eso que leen en periódicos e Internet, oyen en la radio o ven en la televisión, con la frecuente conclusión de que “todo está mal” y, por tanto, “no hay nada que hacer”. Millones de personas se refugian en la telebasura o en la “prensa deportiva” – la nueva prensa rosa de hombres y mujeres – para evadirse de esa realidad que no pueden soportar. Algunos profesionales de la comunicación defienden la falacia de que los medios se limitan a “darle a la gente lo que quiere”, aunque sea entretenimiento light y basura. Está de moda convertir a los periodistas en noticia, una línea que antes no se cruzaba pero que ahora se multiplica en “tertulias” con altos niveles de crispación y morbo, para elevar las audiencias, y poco contenido de ideas. El periodismo que mantiene vivo un compone