OPINIÓN de Irene Casado Sánchez .- El trabajo infantil es una realidad para 168 millones de niños. Pequeños que “trabajan hasta el cansancio en fábricas clandestinas, minas, en el sector de la construcción y en la agricultura”, denuncian desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se trata de niños “que no han alcanzado la edad mínima legal de admisión al empleo” y trabajan para ayudar a satisfacer sus necesidades más básicas y las de sus familias. Ochenta y cinco millones de ellos realizan trabajos peligrosos. Miles de pequeños en el mundo “se ven involucrados en conflictos armados o en el tráfico de drogas, otros son explotados sexualmente”, advierte la OIT. Atrapados en esta situación, “estos niños nunca podrán tomar sus propias decisiones y salir adelante”. Ese trabajo infantil es un lastre para su futuro. Desde el año 2000, el número de niños en esta situación ha disminuido un tercio pasando de 246 a 168 millones. Sin embargo, desde la organización lamentan que no