OPINIÓN de Ramón Cotarelo / Palinuro.- El presidente del gobierno -que lleva seis años riéndose de los gobernados- ha hecho cuanto ha podido por evitar la comparecencia. Su partido ha obstaculizado la acción de la justicia desde el comienzo; él mismo se ha negado siempre a dar cuentas; no quería comparecer en persona, sino a través de plasma. Pero, al final, no ha tenido otro remedio que ceder, a regañadientes, según se ve. Recuerda aquella otra comparecencia en un pleno del Congreso un 1º de agosto en la que se le pidieron cuentas por sus tratos con Bárcenas y a la que hubo que arrastrarlo con una amenaza de moción de censura. Al final la democracia se impone por encima de las maniobras para burlarla.