La aficionada al fútbol de Irán se prendió fuego tras ser procesada por tratar de entrar en un estadio de fútbol de Teherán. “Lo ocurrido a Sahar Khodayari es desgarrador y revela el impacto del terrible desprecio de las autoridades iraníes hacia los derechos de las mujeres. Su único ‘delito’ fue ser mujer en un país donde las mujeres sufren una discriminación arraigada en la ley y que se manifiesta en las formas más horrorosas imaginables en todas y cada una de las áreas de su vida, incluso en el deporte",