Al menos siete personas han muerto, entre ellas una niña, y decenas han resultado heridas a consecuencia de un terremoto de magnitud 6,3 en la escala abierta de Richter en Croacia, que ha causado además importantes daños materiales en la capital del país, Zagreb, y sus alrededores, con Petrinja, en el norte del país, como la localidad más afectada por el seísmo. El alcalde de Petrinja, Darinko Dumbovic, ha confirmado que los decesos han tenido lugar tras el derrumbe de numerosos edificios. El último cuerpo sin vida ha sido recuperado entre los escombros de una iglesia de la localidad vecina de Zazina. La menor había sido sepultada por los escombros en Petrinja, a 60 kilómetros de Zagreb, mientras que los otros cuatro --un joven, un hombre mayor y un hombre y su hijo-- han fallecido en la zona de Glina, donde también han confirmado sus muertes. Poco después del seísmo, el área se vio fuertemente golpeada por una réplica prácticamente de la misma magnitud que el terremoto