La inesperada dureza de la tercera ola del coronavirus ha sumido a los sanitarios en una honda tristeza y enfado. Están al límite de poder seguir soportando tantas muertes y ser testigos diarios del “egoísmo” de la sociedad e ineficacia de las medidas adoptadas para atajar la pandemia. Profesionales de cinco grandes hospitales públicos de Madrid lanzan un grito de auxilio ante el agotamiento psíquico y físico que padecen, la sobrecarga asistencial y la sensación de haber regresado a la casilla de salida de la primera ola de marzo, aunque ahora mejor preparados -más conocimiento de la enfermedad y protección-. El relato de Laura (Hospital de la Princesa), Rosario (Hospital Isabel Zendal), Eduardo Fernández (Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes) y Daniel Ponce (Clínico de San Carlos y la Jiménez Díaz) tiene puntos en común: todos se declaran inermes ante la gravedad de la situación y sienten especial dolor porque cada vez es más frecuente el paciente joven que acaba en la uci o