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Los sobreesfuerzos físicos en el trabajo, primera causa de baja laboral en España

El pasado año se registraron un total de 156.898 accidentes de trabajo por sobreesfuerzos físicos que tuvieron como consecuencia una baja laboral. La cifra es algo inferior a la del año anterior, cuando se notificaron 164.876 (- 4,8 %).

Son cifras que se pusieron sobre la mesa en una jornada organizada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) para presentar la actualización de la “Guía Técnica para la evaluación y prevención de los riesgos derivados de la manipulación manual de cargas”.

Además de reunir criterios técnicos en materia preventiva de actividades que implican levantamiento manual de carga, incluye recomendaciones y directrices para evitar riesgos de los sobreesfuerzos físicos en el trabajo y facilitar la aplicación de la legislación en esta materia.

Y es que la manipulación manual de cargas es habitual en sectores como la industria, el transporte y la logística, la construcción, la sanidad, la limpieza y el mantenimiento o la hostelería y la restauración.

El documento actualizado define como ‘carga’ “cualquier objeto, persona o animal susceptible de ser levantado, descendido, colocado, empujado, traccionado, desplazado, sujetado o transportado”.

Cada 28 de abril se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo.

El peso de esa carga si es igual o superior a los tres kilos, la situación es susceptible de requerir una evaluación específica si se manipula en “unas condiciones ergonómicas desfavorables”: alejadas del cuerpo, con una frecuencia elevada o en condiciones ambientales inadecuadas, entre otras.

La edad y el sexo son factores que modifican el peso máximo a cargar para evitar sobreesfuerzos físicos en el trabajo.

Trabajo sobreesfuerzos físicosEFE/ Elvira Urquijo A.

Así, en “condiciones ideales”, el peso máximo que no se debe sobrepasar es 25 kilos en el caso de hombres de 20 a 45 años y de 20 kilos en el caso de mujeres de la misma franja de edad.

Si es menor de 20 o mayor de 45 la carga máxima debería ser de 20 kilos en el caso de los hombres y de 15, en el de las mujeres.

Lo ideal es que la carga esté próxima al cuerpo, a la altura de las caderas, con la espalda recta, sin realizar giros ni inclinaciones, con la garantía de una sujeción correcta, en unas condiciones ambientales favorables y sin restricciones de espacio.

“En la medida que no se cumplan estas condiciones, el peso máximo a manipular irá disminuyendo progresivamente”, recuerda el texto.

Sin embargo, precisa, no hay que olvidar que las cargas inferiores a los 3 kilos también pueden ser un factor de riesgo, como las tareas que requieran movimientos repetitivos o posturas forzadas.

Levantar, colocar y transportar, incide la guía, aumenta la presión intradiscal, especialmente a nivel dorsolumbar, lo que puede provocar lesiones de distinta gravedad, e incluso puede llegar a dañar estructuras como los discos intervertebrales.

Los aspectos que pueden ser “más determinantes” son los esfuerzos en el arranque del movimiento y mantenerlos durante el transporte.

Así, subraya que al margen de la intensidad de la fuerza, ésta no se aplicará de forma correcta si se empuja o tracciona una carga con las manos por debajo de la altura de los nudillos o por encima del nivel de los hombros.

La explicación que recoge la guía que hace referencia a la legislación vigente, es que fuera de estos rangos “el punto de aplicación de las fuerzas será excesivamente bajo o alto y si, además, el apoyo de los pies no es firme, el riesgo de lesión podrá aumentar”.

salud trabajoImagen de la guía del INSST actualizada.

Hay otras características de la carga que pueden aumentar el riesgo de daño dorsolumbar como son las forma y las dimensiones:

  • Una carga demasiado ancha: implica posturas forzadas de los brazos y dificulta un buen agarre, lo que supone un incremento del trabajo de los grupos musculares tanto de la espalda como de los hombros y los brazos, haciendo más probable la aparición de fatiga y sobrecarga. Tampoco será posible levantarla desde el suelo en una postura segura, al no poder acercarla al cuerpo y mantener el tronco recto y sin flexión.
  • Una carga demasiado profunda: aumenta la distancia horizontal del agarre, y produce a su vez un incremento de las fuerzas compresivas en la columna vertebral.
  • Una carga demasiado alta: entorpece la visibilidad, con lo que aumenta el riesgo de tropiezos o golpes. Por ello, la carga no debe interferir la visión.

Pero también hay otros riesgos de las cargas como los elementos y bordes cortantes o afilados; aquellas que son resbaladizas que se pueden caer de las manos y generar golpes; si están muy calientes o muy frías, que pueden ocasionar quemaduras o pérdida de capacidad de agarre por una menor sensibilidad en las manos.

Por eso, la superficie de la carga no debe tener elementos peligrosos que originen riesgos de lesiones, en caso contrario, lo aconsejable es el uso de equipos de protección individual (EPI).

Insiste la guía en que un esfuerzo físico puede entrañar un riesgo, en particular dorsolumbar, en los casos siguientes: Cuando es demasiado importante, también cuando se puede realizar si no es por un movimiento de torsión o de flexión del tronco; o el cuerpo está en una posición inestable, entre otros.

“La resistencia que presenta la espalda al esfuerzo es mayor cuando se manipula una carga realizando movimientos de torsión o de flexión del tronco o se mantienen posturas inestables, pudiendo provocar lesiones y accidentes. Los giros del tronco aumentan las fuerzas compresivas en la zona lumbar, por lo que, siempre que sea posible, se diseñarán las tareas de forma que las cargas se manipulen sin efectuar giros”, explica.

Recuerda que el arranque del levantamiento de la carga, su depósito, y la aplicación de la fuerza inicial en los casos de empuje y tracción, son los momentos de mayor riesgo, “ya que se van a producir las presiones más intensas” y hay riesgo de sobreesfuerzo físico en el trabajo.

salud trabajoEFE /Jose Manuel Vidal

El riesgo de lesión puede incrementarse si hay que subir o bajar escalones al aumentar las fuerzas estáticas en los músculos y en las articulaciones de la espalda.

Además, en trabajos que se realizan en el exterior hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas porque pueden suponer un riesgo adicional debido a la temperatura.

La guía destaca que la formación en materia preventiva es un derecho reconocido y que cada persona debe recibir una formación teórica y práctica “suficiente y adecuada”.

De hecho, los riesgos de lesiones debidos a las tareas que implican una manipulación manual de la carga y pueden llevar a sobreesfuerzos físicos en el trabajo aumentan ante una formación e información deficientes, incide la guía.

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