Ilka Oliva-Corado Est谩 en el estanque lavando la ropa de toda la familia desde las cuatro de la madrugada, algunas llegaron desde las tres, cada una acompa帽ada con un candil para alumbrarse un poco en la gran oscurana en medio de la arboleda de la aldea. De dicha tienen una galera que las cubre un poco cuando llueve sin viento, pero cuando son tormentas no hay d贸nde refugiarse y lavan recibiendo el aguacero, terminan con la ropa empapada que va escurriendo mientras caminan de regreso hacia sus casas. Si terminan antes de que amanezca aprovechan a ba帽arse, con jab贸n de coche o aceituno que llevan envueltos en tusas, y sin faltar la piedra poma para restregarse los carca帽ales. Pero si el d铆a aclar贸 no pueden porque el estanque est谩 a la orilla del camino y para el filo de las seis de la ma帽ana se ha llenado de vacas, cabras, ni帽os y adolescentes que van a pastorearlas. De adultos que van a tomar el autob煤s para viajar a la capital. A las seis en punto Lupita tiene que irse a o...