Mauricio Herrera Kahn “Las guerras siempre comienzan en la mente de las personas” – Ryszard Kapuściński Sudán del Sur es el país más joven del mundo. Nació en 2011 después de décadas de guerra contra Jartum y de un referéndum que selló su independencia con un 98 % de apoyo popular. El sueño de libertad pronto se convirtió en pesadilla. Años de enfrentamientos internos, hambrunas, corrupción y exilio han convertido al nuevo Estado en uno de los más pobres del planeta. Con una extensión de 619 mil kilómetros cuadrados, más del doble que Alemania, Sudán del Sur tiene una población de 11,6 millones de personas. La mayoría pertenece a etnias como los dinka y los nuer, aunque conviven más de sesenta grupos distintos. Esa diversidad, en lugar de ser riqueza cultural, fue utilizada como arma en guerras de poder que dividen al país hasta hoy. Las cifras son implacables. El PIB per cápita apenas alcanza los 350 USD anuales, el 80 % de la población vive bajo la línea de la pobreza extrema y más...