Tras décadas de promesas y cumbres anuales desde Kioto hasta Sharm el-Sheikh y el planeta sigue calentándose. La presión sobre los gobiernos y las grandes empresas para que actúen, y no solo hablen, nunca ha sido mayor. Celebrar la COP30 en Belém , al borde de la Amazonía , la selva tropical más grande del mundo, subraya la gravedad de la situación: esta región es tanto un sumidero de carbono vital como una primera línea de defensa en la lucha contra la deforestación y el cambio climático . La reunión de este año busca un cambio de rumbo. Los delegados revisarán los planes climáticos nacionales, impulsarán la obtención de 1,3 billones de dólares anuales en financiación climática, adoptarán nuevas medidas para ayudar a los países a adaptarse y promoverán una transición justa hacia economías más limpias. “Es hora de actuar” La COP30 se ha considerado un punto de inflexión: un momento decisivo y una prueba de solidaridad global. La cumbre se inaugura el lunes en Belém con un panorama d...
