Eren Keskin He participado en la lucha por los derechos humanos desde la década de 1990. Junto con mis amigos, he presenciado tanto sufrimiento causado por la guerra que la gente difícilmente lo creería si se lo contara. A pesar del inmenso dolor y el profundo duelo, siempre sentimos un profundo respeto por la inquebrantable resistencia. Las mujeres desempeñaron un papel crucial en esta resistencia, y hubo algunas que jamás podré olvidar. Nunca he olvidado a la madre que fue detenida por colgar una fotografía de su hijo, un guerrillero, en la pared. Fue torturada durante su detención y encarcelada por presunta complicidad. Lloraba constantemente en prisión. Pero su queja nunca fue sobre la tortura. Lo que no entendía era por qué estaba prohibido exhibir la fotografía de su hijo. Esa madre nunca la quitó de la pared. Sin embargo, murió sin reencontrarse con su hijo. Una mujer que jamás podría olvidar, y quizás ninguna otra que haya luchado por una solución a la cuestión kurda en es...