OPINIÓN de Mauricio Castaño H ., Colombia.- Dura, despiadada, descarnada esa filmografía de Gaviria. El animal es más que un cavernícola, no sólo vive apenas con lo necesario sino que está hecho de violencia contra todo y en especial contra la mujer. La Mujer del Animal es un film, crudo, descarnado, no tiene ninguna consideración con el espectador, su lenguaje y sus escenas suceden sin rodeos, van directo al grano, palabras y violencias fuertes que estremecen al desprevenido cinéfilo. Sus personajes son naturales, esos que han vivido las realidades concretas que les ha tocado vivir, los que han perdido desde el momento en que nacieron, por lo general son vidas duras, en proceso de demolición, del bajo mundo, en donde las injusticias se acentúan y se aumentan ene veces a las que viven las clases medias o altas.