OPINIÓN de Sergio Ortiz Un país acostumbrado a las crisis esta vez debe lidiar con tres simultáneas: económica, sanitaria y política. Y si bien se han encontrado paliativos, hubo pifias pequeñas y enormes. Se debe buscar una solución popular. Argentina llegó a 2.1 millones de contagios y 52 mil muertos por COVID-19, lo que denota que la crisis sanitaria pegó duro y sigue provocando grandes dolores. Y no son números. Cada lector tendrá en mente un familiar o amigo que se enfermó grave o se murió por el coronavirus. Yo pienso en Jorge Watts, ex militante de Vanguardia Comunista (actual Partido de la Liberación), delegado general de ATE del sector Informática, en los ‘70. Por sus militancias sindical y política fue secuestrado en 1978 y llevado al campo de exterminio “El Vesubio”. Allí fue brutalmente torturado por órdenes del jefe de ese antro, el militar Gustavo Adolfo Cacivio, “El Francés”. Una veintena de compañeros fue desaparecido y asesinado. Jorge estuvo entre los sobrevivientes y