OPINIÓN de Ana De Luis Otero .- Había una vez, un circo, que alegraba siempre el corazón, decía la canción. No sé si Fofó se reiría de este caso, con este caso, y si acaso esto tiene gracia. Si no fuera porque hablamos de una universidad, de una presidenta de una comunidad autónoma y de unas normas que supuestamente hay que cumplir, la cosa tendría gracia o quizá no, porque sería un fraude que como ven, hoy, habla por sí solo. Quizá los periodistas, ese oficio de canallas que deja abierta la puerta cuando otros la cierran, no hubiera dicho qué hay de lo mío, no estaríamos hablando de esto, pero da la casualidad que abrimos el cajón y salió lo que no debía conocerse.