OPINIÓN de Carlos Tena .- En 1951, el director Billy Wilder denunció en su formidable película “El Gran Carnaval”, cómo el periodismo estadounidense de entonces (y hoy sigue siendo el mismo, desgraciadamente, en Europa y toda América Latina) aprovecha las desgracias humanas para, bajo el paraguas y la disculpa del “deber informativo” hacerse con cotas de audiencia que aumentan la PUBLICIDAD. En aquel filme, Wilder fustiga a los medios cuando un minero indio se queda atrapado en un túnel y el reportero Tatum (Kirk Douglas) ve la oportunidad de volver a triunfar en el mundo del periodismo. Entonces, en connivencia con el sheriff del pueblo, no sólo convierte el caso en un espectáculo, sino que, además, retrasa cuanto puede el rescate. En España hay decenas de niños que enferman por desnutrición y MUEREN de hambre. De eso, el periodismo catalán, vasco, gallego o español, no informan con el mismo “aparato”. Un Gran Carnaval repugnante como el despiste de unos padres dejando a su hijo de do