OPINI脫N de Antonio Hermosa .- Tras escuchar durante a帽os por parte de portavoces del gobierno de B. Netanyahu que era imposible negociar con un interlocutor que hablaba en dos idiomas opuestos, ahora que los antiguos enemigos deciden reconciliarse va el primer ministro israel铆 y lo primero que se le ocurre es dar un portazo a las negociaciones de paz y suspenderlas hasta que el Vaticano gane un mundial. ¡Para lo que hab铆an servido en estos ocho meses, dir谩 alguien, bien se podr铆an interrumpir! Pero no, no ha sido 茅sa la raz贸n esgrimida, sino la de que la reconciliaci贸n palestina ha producido un brutal ataque de celos en el Gobierno israel铆, que se ha sentido compuesta y sin novio: ¡la ha preferido a ella en vez de a m铆!, ha sido la airada reacci贸n de la doncella; y sabiendo, adem谩s, que “con Ham谩s no se puede hablar de paz”, como ha dicho Tzipi Livni, ministra de asuntos exteriores. En fin, inaudito e intolerable, oiga. Parece, pues, que nos quedamos sin redondear la “oportunidad” al...