OPINIÓN de Pura María García.- R. despierta cuando suena la melodía del reloj simulador de amanecer, acompañada de un haz de luz que, en este momento -cuando ya ha de despertarse de modo completo, según el mecanismo interno del artefacto- ha intensificado su luminosidad y ha cambiado a una tonalidad más clara y rosácea. La función despertar dispone de diversas memorias para programar diferentes horas de activación según el día de la semana. Sin embargo, R. marcó cuando lo hizo funcionar por primera vez, una sola hora para despertarse, sin diferenciar el periodo de lunes a viernes al del fin de semana. Al fin y al cabo, el fin de semana ha de dedicarlo, de manera todavía más necesaria a la optimización del yo: es su tiempo “libre”.