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Tras la cortina de Europa

OPINI脫N de Pura Mar铆a Garc铆a.- Admiro a las personas que no han perdido la capacidad de alejarse lo suficiente de la realidad impuesta para atisbar la otra realidad, la m谩s real, la que se nos oculta gracias a la perfeccionada artima帽a de la manipulaci贸n. Entre esas personas que no temen virar la br煤jula, supuestamente 煤nica, que el poder y el capital sit煤an como regalo valios铆simo en nuestras manos para que no nos desviemos del camino, est谩 Marina Garc茅s. Busco sus palabras y las leo, m谩s de una vez. A veces duelen lascadenas de frases y las afirmaciones, argumentadas, con las que se adentra en las entra帽as de la mentira colectiva que es vivir una realidad impuesta, fabricada a conciencia para el bien de unos sobre la miseria de otros. Garc茅s teje pensamientos sin miedo, o con el m铆nimo miedo –que al fin y al cabo, en este estado de excepci贸n de no libertad y no derechos sutilmente maquillado que es el hoy, ya es mucho- y logra dejarlos caer, huyendo del dogma y la categorizaci贸n, en el centro de lo que un d铆a fue el paisaje donde habit贸 la consciencia y la conciencia colectiva.

Hoy, a prop贸sito de la farsa global de las elecciones europeas, he vuelto a buscar sus ideas, esperando el impacto de conceptos, pruebas y razones para que mi empe帽o por mantenerme despierta no aminore su fuerza. Esgrime una frase tajante e impregnada de verdad: “El individuo no existe sin sus relaciones y sus relaciones no vienen despu茅s, son lo que nos compone. Es desde ah铆 donde yo digo: ya estamos implicados. Lo que pasa es que vivimos negando esa implicaci贸n, construyendo una ficci贸n de autosuficiencia. Y entonces, claro, la colectividad es un problema.”

Nos han enga帽ado, el poder y su ego travestido, la econom铆a, de muchas formas. En lo obvio y en lo m谩s sutil: hoy se desprecintaban urnas y se van a abrir sobres que, si hubi茅semos sido capaces de esquivar la manipulaci贸n del poder, sabr铆amos interpretar como signos inequ铆vocos de un inmenso enga帽o. El poder le ha dado la vuelta, interesada y retorcidamente, a las cosas, hasta el punto de orquestar perfomances peri贸dicas y representaciones colectivas que no son sino una trampa, ideol贸gica y vital, en la que como ratones en una ratonera hemos ca铆do desde hace mucho tiempo: Europa.

Nos han entretenido y despistado de la realidad, con refer茅ndums, elecciones, creaciones de organismos donde dormitan pol铆ticos de sueldos desorbitados, campa帽as de concienciaci贸n en las que intervienen gabinetes y empresas tent谩culo de multinacionales y bancos donde ocupan sillones de comit茅 ejecutivo los que falsean la justificaci贸n de esa innecesaria concienciaci贸n. Nos han impuesto, haci茅ndonos creer que era un premio y un salvoconducto, una entelequia cuyo coste excede lo material: la mentira de Europa. Con ella, como Chomsky describi贸 en muchos de sus l煤cidos art铆culos, nos han impuesto una oportunidad m谩s para que el poder y su gemelo abominable, hoy llamado eufem铆sticamente econom铆a, controle nuestras vidas y nos entreguemos a 茅l porque nos ha vendido que as铆 es la 煤nica manera de que estemos a salvo (de un enemigo intangible que es el mismo poder).

Nos han enga帽ado hasta el punto de hacernos creer que debemos pagar, por adelantado, lo que deber铆a constituir un derecho soberano: estar a salvo de las guerras y la intervenci贸n militar. Y nos lanzamos, impulsados por su mentira, a votar a favor o en contra de una alianza que nos defender铆a, supuestamente, de un peligro que no exist铆a sino en las intenciones de la Europa de nombre y cargo que est谩 detr谩s de esa otra Europa de outlet que nos llevan vendiendo desde hace demasiado tiempo. Chomsky afirmaba que la soberan铆a no es un valor en s铆 misma sino en la medida en que relaciona la libertad y los derechos, ya sea potenci谩ndolos o debilit谩ndolos. La mentira de Europa nos hace creer que hemos de luchar por mantener una soberan铆a que no es sino el arma arrojadiza que permite justificar campa帽as militares, prevenci贸n de riesgos, control, control, aniquilamiento del somos plural que se debilita por el miedo a ser agredido por un enemigo invisible y, por ello, m谩s temido, m谩s da帽ino.

Nos enga帽an, tambi茅n tras la cortina de Europa, de lo global, de la necesidad de elegir. Nos hacen creer que somos participantes en esa mentira, pero somos meros espectadores, cada vez con m谩s hambre y menos derechos, a los que 煤nicamente se les da oportunidades peri贸dicas, ornamentadas con banderitas de colores e himnos irracionales, en las que se supone que podemos elegir a nuestros RESPONSABLES, que no son m谩s que, en realidad, los responsables del PODER PRIVADO.

Y ah铆 nos tienen, entretenidos con rondas de un licor de 铆nfima calidad: 茅sta la paga Europa; 茅sta las municipales; 茅sta Bruselas; esta…Borrachos de una Europa de quita y pon que se pasea presumida dici茅ndoles a los pa铆ses rebeldes que deben pensarse si entran en su casa de meretrices o se quedan fuera.

Marina Garc茅s, una vez m谩s, nos lanza la idea como est铆mulo para que no cerremos los ojos. Deber铆amos darnos cuenta. M谩s all谩 de esta farsa de urnas y recuentos est谩 lo que ella describe: Nos est谩n entreteniendo, despist谩ndonos de la realidad: ya somos Europa, ya no deber铆amos vivir socialmente negando esa implicaci贸n que tenemos los unos con los otros, construyendo esa ficci贸n de autosuficiencia que nos hace erigir fronteras y concertinas. Al poder no le interesa que lo percibamos. Si lo hacemos, construimos una colectividad y lo colectivo es peligroso, un problema que no pueden permitirse. Nos entretienen haci茅ndonos creer que hemos de tomar decisiones cuando lo que deber铆amos exigir ya es que su empe帽o no sea construir Europa, c贸mo se construye, c贸mo se organiza la arquitectura de la evasi贸n y la acumulaci贸n de riqueza sino c贸mo SE GESTIONA ESTA PLURALIDAD QUE YA SOMOS. Pero en eso no van a perder ni un minuto, NO LE ES RENTABLE AL PODER.

Nos han enga帽ado, pero podemos empezar a creer que PODEMOS.


*lamoscaroja.wordpress.com















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