La Coruña, verano de 1936: Bebel García muere fusilado. Bebel es zurdo para jugar y para pensar. En el estadio, se pone la camiseta del Depor. A la salida del estadio, se pone la camiseta de la Juventud Socialista. Once días después del cuartelazo de Franco, cuando acaba de cumplir veintidós años, enfrenta el pelotón de fusilamiento: —Un momento —manda. Y los soldados, gallegos como él, futboleros como él, obedecen. Entonces Bebel se desabrocha la bragueta, lentamente, botón tras botón, y de cara al pelotón echa una larga meada. Después, se abrocha la bragueta: —Ahora sí. Eduardo Galeano “ Espejos, una historia casi universal” José Luis Lanao* Bebel García (archivo) Mirar con atención es una forma de habitar el mundo. Lo que vemos -y cómo lo vemos- , claramente nos define. Las imágenes han suplantado lo real, se han convertido en pura exterioridad y se han vuelto pornográficas, en una suerte de obscena hípervisibilidad. La aceleración por “ver” en vez de “mirar”, reemplaza la expe...
