Samuel Schmidt Rosie trabajaba en una clínica, que entre sus actividades impartía cursos para personas acusadas de violencia doméstica, aunque era una actividad educativa ordenada como castigo por un juez, en caso de reincidencia el castigo era mayor. Por lo menos un “estudiante” en medio del curso decía, llegando a la casa le voy a poner una buena a la mujer. Quiere decir que el curso servía de poco para alterar su ánimo y motivación violenta que lo convertían en abusador, y no estaba dispuesto a aprender un comportamiento distinto. Claudia Sheinbaum Cuando viajo en el metro de la CDMX o el metrobus, me encuentro con zonas reservadas para mujeres, vagones donde la mujer está a salvo de los patanes que aprovechan la aglomeración para agredir a la mujer. El proteger a la víctima está muy bien, pero es una medida ineficaz para cambiar la conducta del agresor, el que aprovechará cualquier oportunidad para actuar. Mientras que un sistema (EUA) cree firmemente en el castigo como medida de c