Por Pura María García.-

No es mosquito, es abejorro,
más feo aún, moscardón
con un tupé bien cardado,
un verdadero c…ón.
No es el Aedes aegypti,
ese mosquito jodido
que lleva el dengue en sus patas
y la ckikunguña en el pico.
Es un moscardón, ya saben,
que a fuerza de grandes pagos,
de comprar a candidatos,
montar saraos con globos
y pasear la familia
–full de hijos interesados-
ha conseguido medalla
de retrasado[1] potente
aspirante a presidente
de un país peor que el nuestro.
Españistán, no lo olvides,
tiene presidente insecto,
abejorro es a escondidas,
mentiroso hasta en su vuelo
que aunque a inmigrantes y pobres
bien quisiera exterminar,
nuestro abejorro en el plasma
la boca sabe cerrar,
tanto, sí, que no la abre:
esta es una gran verdad.
Volviendo al americano
-al mal llamado magnate,
pues en realidad es magneto
que atrae, con voz de farsante,
a zombies con hamburguesa-
les va a dar a los votantes
no solo su merecido
sino una especial propina:
Magistrados por decreto
(antiaborto, por supuesto)
Presupuestos de millones
robados a sanidad
y entregados, por sus huevos,
al gran guardián militar.
Fronteras bien protegidas
del virus de los hispanos,
con muros infranqueables
bloqueando al apestado.
Una perfomance bien chula
que anuncia la reapertura
de un hotel de cero estrellas
que ha de volver a llenarse
de malos e indeseables,
los que molestan, los negros,
solo con darte su mano.
(En efecto, el hotelazo
es la cárcel de Guantánamo)
El del tupé va a inventar
una disciplina nueva
con la que poder limpiar
su estadounidense casa:
¡Deportaciones en masa!
Más fanático será
que aquellos que ha de limpiar,
por eso nos anticipa
que, de su país grandioso,
expulsará al musulmán.
Esto es solo un anticipo
de lo que el mundo tendrá
cuando lleve a este cretino
a ocupar el pedestal
de PRESIDENTE ANORMAL.
Más no gires tu cabeza,
mejor no mires a un lado:
de presidente te espera
otro abejorro tarado.
[1] Respetuosamente, sin comparación ni alusión con las personas con alguna discapacidad mental, que son, por cierto, menos discapaces que él.

No es mosquito, es abejorro,
más feo aún, moscardón
con un tupé bien cardado,
un verdadero c…ón.
No es el Aedes aegypti,
ese mosquito jodido
que lleva el dengue en sus patas
y la ckikunguña en el pico.
Es un moscardón, ya saben,
que a fuerza de grandes pagos,
de comprar a candidatos,
montar saraos con globos
y pasear la familia
–full de hijos interesados-
ha conseguido medalla
de retrasado[1] potente
aspirante a presidente
de un país peor que el nuestro.
Españistán, no lo olvides,
tiene presidente insecto,
abejorro es a escondidas,
mentiroso hasta en su vuelo
que aunque a inmigrantes y pobres
bien quisiera exterminar,
nuestro abejorro en el plasma
la boca sabe cerrar,
tanto, sí, que no la abre:
esta es una gran verdad.
Volviendo al americano
-al mal llamado magnate,
pues en realidad es magneto
que atrae, con voz de farsante,
a zombies con hamburguesa-
les va a dar a los votantes
no solo su merecido
sino una especial propina:
Magistrados por decreto
(antiaborto, por supuesto)
Presupuestos de millones
robados a sanidad
y entregados, por sus huevos,
al gran guardián militar.
Fronteras bien protegidas
del virus de los hispanos,
con muros infranqueables
bloqueando al apestado.
Una perfomance bien chula
que anuncia la reapertura
de un hotel de cero estrellas
que ha de volver a llenarse
de malos e indeseables,
los que molestan, los negros,
solo con darte su mano.
(En efecto, el hotelazo
es la cárcel de Guantánamo)
El del tupé va a inventar
una disciplina nueva
con la que poder limpiar
su estadounidense casa:
¡Deportaciones en masa!
Más fanático será
que aquellos que ha de limpiar,
por eso nos anticipa
que, de su país grandioso,
expulsará al musulmán.
Esto es solo un anticipo
de lo que el mundo tendrá
cuando lleve a este cretino
a ocupar el pedestal
de PRESIDENTE ANORMAL.
Más no gires tu cabeza,
mejor no mires a un lado:
de presidente te espera
otro abejorro tarado.
[1] Respetuosamente, sin comparación ni alusión con las personas con alguna discapacidad mental, que son, por cierto, menos discapaces que él.