OPINI脫N de Vicen莽 Navarro
El Banco Mundial (BM) se帽alaba hace unas semanas que, a pesar de la recesi贸n mundial, la pobreza extrema hab铆a bajado en el mundo durante el periodo 2005-2010. Los mayores diarios y semanarios del mundo publicaron noticias y art铆culos, con titulares muy llamativos, anunciando la noticia.
Los datos, incluyendo los propios datos del informe del Banco Mundial, no reflejan esta realidad. Lo primero que aparece es que los que el informe presenta van del a帽o 1981 al 2008. El estudio del BM es la evoluci贸n de la pobreza extrema durante este periodo. El 煤ltimo a帽o analizado es 2008, el primero de la recesi贸n.
La crisis y la recesi贸n se iniciaron aquel a帽o, y a nivel mundial todav铆a contin煤a en muchas partes del mundo. Para llegar a la conclusi贸n a la que llegaron los medios, el estudio tendr铆a que haber analizado la evoluci贸n de la pobreza durante el periodo 2008-2012, y ver si la pobreza baj贸 durante esos a帽os. El BM hizo una estimaci贸n de la bajada de la pobreza durante el periodo 2008-2010, no basada en datos reales, sino en datos calculados seg煤n varios supuestos, algunos altamente cuestionables.
Pero el informe del BM comete otro error para llegar a una conclusi贸n equivocada. Analiza cu谩nta gente vive en el mundo con menos de 1.25 d贸lares al d铆a y cuantifica c贸mo esta cifra ha ido evolucionando durante el periodo 1981-2008. Y dado que el total, seg煤n sus c谩lculos, es que en 2008 hab铆a 662 millones menos que estaban en esta condici贸n que en 1981, concluye que la pobreza ha disminuido a nivel mundial. Puesto que durante este la mayor铆a de pa铆ses del mundo, presionados por el Fondo monetario Internacional y por el BM, han llevado a cabo pol铆ticas neoliberales, este descenso se presenta como la prueba del gran 茅xito de tales pol铆ticas.
Pero este descenso del porcentaje de la poblaci贸n que vive con menos de 1,25 d贸lares al d铆a se concentra en China (y en segundo lugar en la India), que no ha seguido pol铆ticas neoliberales. En contra del Consenso de Washington en Estados Unidos, y Consenso de Bruselas en la Uni贸n Europea, el Estado de China es intervencionista, con pleno control p煤blico de la banca y del cr茅dito, entre otros ejemplos. Un tanto semejante ocurre en la India. Excluyendo estos dos pa铆ses, el porcentaje de la poblaci贸n en pobreza extrema aument贸, no disminuy贸, y muy en particular en los pa铆ses que siguieron con mayor docilidad las recetas neoliberales.
En otros pa铆ses donde la pobreza disminuy贸 a principios de este siglo, tales como Venezuela, Brasil, Argentina y otros pa铆ses de Am茅rica Latina, este descenso se debi贸 al desacato de las pol铆ticas neoliberales y la puesta en marcha de pol铆ticas de orientaci贸n redistribuidora. Tal como los informes publicados por el Center for Economic and Policy Research de Washington han mostrado, las consecuencias del neoliberalismo en el mundo empobrecido han sido negativas.
El mayor problema del informe del Banco Mundial es la manera como define pobreza extrema. Utiliza el indicador del consumo de 1,25 d贸lares estadounidenses como el umbral de la pobreza. Utilizar 1,25 d贸lares no quiere decir que en el mundo sean pobres los que consumen menos de 1,25 d贸lares por habitante. Tal cantidad, en d贸lares estadounidenses, podr铆a ser una cantidad respetable para un pa铆s empobrecido. No son 1,25 d贸lares estadounidenses el umbral de la pobreza extrema en esos pa铆ses, sino el valor de la moneda local cuya capacidad adquisitiva sea comparable a la de 1,25 d贸lares en Estados Unidos.
Este indicador, tal como han mostrado Robin Broad y John Cavanagh en su libro Development Redefined. How the Market Met its Match es simplista en extremo, pues no tiene en cuenta otros consumos que no sean comercializados. Por ejemplo, dos pa铆ses pueden estar consumiendo 1,25 d贸lares per c谩pita per dia y, sin embargo, el que tenga abundantes servicios p煤blicos, tendr谩 menos pobreza que otro pa铆s que no tenga tales servicios. Pero el Banco Mundial no valora el consumo p煤blico, s贸lo el privado. De ah铆 que tal indicador subestime deliberadamente el efecto positivo que tienen los servicios p煤blicos en reducir la pobreza de un pa铆s.
En resumidas cuentas, el neoliberalismo ha sido un fracaso, por mucho que el Banco Mundial y el FMI intenten rescatarlo. Su impacto en la pobreza ha sido devastador y la crisis est谩 acentuando todav铆a m谩s esta situaci贸n. La pobreza se est谩 disparando, no reduciendo. Escribir lo contrario es mera propaganda neoliberal, por mucho que se intente ocultar esa realidad con estudios aparentemente cient铆ficos.
El Banco Mundial (BM) se帽alaba hace unas semanas que, a pesar de la recesi贸n mundial, la pobreza extrema hab铆a bajado en el mundo durante el periodo 2005-2010. Los mayores diarios y semanarios del mundo publicaron noticias y art铆culos, con titulares muy llamativos, anunciando la noticia.
Los datos, incluyendo los propios datos del informe del Banco Mundial, no reflejan esta realidad. Lo primero que aparece es que los que el informe presenta van del a帽o 1981 al 2008. El estudio del BM es la evoluci贸n de la pobreza extrema durante este periodo. El 煤ltimo a帽o analizado es 2008, el primero de la recesi贸n.
La crisis y la recesi贸n se iniciaron aquel a帽o, y a nivel mundial todav铆a contin煤a en muchas partes del mundo. Para llegar a la conclusi贸n a la que llegaron los medios, el estudio tendr铆a que haber analizado la evoluci贸n de la pobreza durante el periodo 2008-2012, y ver si la pobreza baj贸 durante esos a帽os. El BM hizo una estimaci贸n de la bajada de la pobreza durante el periodo 2008-2010, no basada en datos reales, sino en datos calculados seg煤n varios supuestos, algunos altamente cuestionables.
Pero el informe del BM comete otro error para llegar a una conclusi贸n equivocada. Analiza cu谩nta gente vive en el mundo con menos de 1.25 d贸lares al d铆a y cuantifica c贸mo esta cifra ha ido evolucionando durante el periodo 1981-2008. Y dado que el total, seg煤n sus c谩lculos, es que en 2008 hab铆a 662 millones menos que estaban en esta condici贸n que en 1981, concluye que la pobreza ha disminuido a nivel mundial. Puesto que durante este la mayor铆a de pa铆ses del mundo, presionados por el Fondo monetario Internacional y por el BM, han llevado a cabo pol铆ticas neoliberales, este descenso se presenta como la prueba del gran 茅xito de tales pol铆ticas.
Pero este descenso del porcentaje de la poblaci贸n que vive con menos de 1,25 d贸lares al d铆a se concentra en China (y en segundo lugar en la India), que no ha seguido pol铆ticas neoliberales. En contra del Consenso de Washington en Estados Unidos, y Consenso de Bruselas en la Uni贸n Europea, el Estado de China es intervencionista, con pleno control p煤blico de la banca y del cr茅dito, entre otros ejemplos. Un tanto semejante ocurre en la India. Excluyendo estos dos pa铆ses, el porcentaje de la poblaci贸n en pobreza extrema aument贸, no disminuy贸, y muy en particular en los pa铆ses que siguieron con mayor docilidad las recetas neoliberales.
En otros pa铆ses donde la pobreza disminuy贸 a principios de este siglo, tales como Venezuela, Brasil, Argentina y otros pa铆ses de Am茅rica Latina, este descenso se debi贸 al desacato de las pol铆ticas neoliberales y la puesta en marcha de pol铆ticas de orientaci贸n redistribuidora. Tal como los informes publicados por el Center for Economic and Policy Research de Washington han mostrado, las consecuencias del neoliberalismo en el mundo empobrecido han sido negativas.
El mayor problema del informe del Banco Mundial es la manera como define pobreza extrema. Utiliza el indicador del consumo de 1,25 d贸lares estadounidenses como el umbral de la pobreza. Utilizar 1,25 d贸lares no quiere decir que en el mundo sean pobres los que consumen menos de 1,25 d贸lares por habitante. Tal cantidad, en d贸lares estadounidenses, podr铆a ser una cantidad respetable para un pa铆s empobrecido. No son 1,25 d贸lares estadounidenses el umbral de la pobreza extrema en esos pa铆ses, sino el valor de la moneda local cuya capacidad adquisitiva sea comparable a la de 1,25 d贸lares en Estados Unidos.
Este indicador, tal como han mostrado Robin Broad y John Cavanagh en su libro Development Redefined. How the Market Met its Match es simplista en extremo, pues no tiene en cuenta otros consumos que no sean comercializados. Por ejemplo, dos pa铆ses pueden estar consumiendo 1,25 d贸lares per c谩pita per dia y, sin embargo, el que tenga abundantes servicios p煤blicos, tendr谩 menos pobreza que otro pa铆s que no tenga tales servicios. Pero el Banco Mundial no valora el consumo p煤blico, s贸lo el privado. De ah铆 que tal indicador subestime deliberadamente el efecto positivo que tienen los servicios p煤blicos en reducir la pobreza de un pa铆s.
En resumidas cuentas, el neoliberalismo ha sido un fracaso, por mucho que el Banco Mundial y el FMI intenten rescatarlo. Su impacto en la pobreza ha sido devastador y la crisis est谩 acentuando todav铆a m谩s esta situaci贸n. La pobreza se est谩 disparando, no reduciendo. Escribir lo contrario es mera propaganda neoliberal, por mucho que se intente ocultar esa realidad con estudios aparentemente cient铆ficos.