OPINI脫N de Ana Mu帽oz 脕lvarez
La Armada Noruega ha donado esta semana 100.000 euros a C谩ritas, “como s铆mbolo de nuestra gratitud a los habitantes de Ferrol, que tan bien nos han recibido durante tantos a帽os”, explicaban desde las Fuerzas Armadas de Noruega, que durante diez a帽os han trabajado en la r铆a de Ferrol. Sorprende esta noticia por los tiempos que corren, donde los servicios sociales europeos parecen empeque帽ecerse. Una vez m谩s, la sociedad va por delante de los pol铆ticos y dirigentes. Frente a la tiran铆a de los mercados, otros proponen y practican justicia y solidaridad.
M谩s de dos millones de espa帽oles son socios, donantes o voluntarios de alguna ONG de Desarrollo, seg煤n los datos de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Espa帽a (Congde), que agrupa a m谩s de 400 organizaciones de este sector. La Plataforma de Voluntariado, tambi茅n arroja cifras de que el n煤mero de voluntarios ya superan el mill贸n en Espa帽a. Y la presidenta de Unicef en este pa铆s, Consuelo Crespo, en una entrevista a una prestigiosa revista espa帽ola, explicaba que “recibimos m谩s donaciones que 茅pocas pasadas. La crisis econ贸mica nos ha vuelto m谩s solidarios”. En principio, puede parecer incre铆ble, pero “en las 茅pocas de bonanza te olvidas de los que sufren”, a帽ade Crespo.
Noticias de desempleo, de recortes, de austeridad… abren todos los d铆as p谩ginas de peri贸dicos e informativos. Cada d铆a, nos dicen a los ciudadanos “lo mal que est谩 Espa帽a” y los sacrificios que tenemos que hacer. El gobierno dirige sus miradas a los “sin papeles”, a los inmigrantes, a los que no cotizan… Las noticias de la crisis se repiten a diario. Muchos dan la espalda a esta realidad y piensan que a ellos nunca les va a tocar y que cada cual haga lo que pueda para salir de 茅sta. Frente a ellos, otros muchos ciudadanos piensan que esa no es la manera de estar en la sociedad y que no se puede caer en el “no hay nada que hacer” y dejarse llevar por la ola de la desidia.
Organizaciones que ayudan a personas mayores, a j贸venes en situaci贸n de riesgo, a personas sin hogar, a personas discapacitadas… organizaciones de la sociedad civil que trabajan para mejorar la vida de millones de personas, porque es cuesti贸n de justicia. La solidaridad no es mera caridad. La solidaridad es una forma de actuar y de ver el mundo.
La crisis econ贸mica, dura con Europa y con sa帽a en los pa铆ses llamados del Sur de la Eurozona, est谩 abriendo en canal el sistema de seguridad social que exist铆a en estos pa铆ses. La herencia de la Revoluci贸n Francesa “libertad, igualdad y fraternidad” se est谩 resquebrajando. Hoy, la soberan铆a est谩 dejando de ser del pueblo. Los gobiernos ya no velan por el bien de su pueblo sino por el de los mercados y los especuladores. Pero los ciudadanos est谩n dando una lecci贸n a pol铆ticos, dirigentes y partidos cuando no se olvidan de sus conciudadanos, cuando realizan un trabajo voluntario, cuando se preocupan por su vecino, cuando ayudan a otros que tienen menos… Son verdaderos actos de ciudadan铆a y de justicia.
Vivir en sociedad, como persona o como colectivo, no es s贸lo cumplir con las leyes y no hacer mal a otros. Tambi茅n es tomar posici贸n, alzar la voz y actuar ante las injusticias. Hoy, m谩s que nunca, en crisis econ贸mica y de valores, necesitamos ciudadanos comprometidos y solidarios.
La Armada Noruega ha donado esta semana 100.000 euros a C谩ritas, “como s铆mbolo de nuestra gratitud a los habitantes de Ferrol, que tan bien nos han recibido durante tantos a帽os”, explicaban desde las Fuerzas Armadas de Noruega, que durante diez a帽os han trabajado en la r铆a de Ferrol. Sorprende esta noticia por los tiempos que corren, donde los servicios sociales europeos parecen empeque帽ecerse. Una vez m谩s, la sociedad va por delante de los pol铆ticos y dirigentes. Frente a la tiran铆a de los mercados, otros proponen y practican justicia y solidaridad.
M谩s de dos millones de espa帽oles son socios, donantes o voluntarios de alguna ONG de Desarrollo, seg煤n los datos de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Espa帽a (Congde), que agrupa a m谩s de 400 organizaciones de este sector. La Plataforma de Voluntariado, tambi茅n arroja cifras de que el n煤mero de voluntarios ya superan el mill贸n en Espa帽a. Y la presidenta de Unicef en este pa铆s, Consuelo Crespo, en una entrevista a una prestigiosa revista espa帽ola, explicaba que “recibimos m谩s donaciones que 茅pocas pasadas. La crisis econ贸mica nos ha vuelto m谩s solidarios”. En principio, puede parecer incre铆ble, pero “en las 茅pocas de bonanza te olvidas de los que sufren”, a帽ade Crespo.
Noticias de desempleo, de recortes, de austeridad… abren todos los d铆as p谩ginas de peri贸dicos e informativos. Cada d铆a, nos dicen a los ciudadanos “lo mal que est谩 Espa帽a” y los sacrificios que tenemos que hacer. El gobierno dirige sus miradas a los “sin papeles”, a los inmigrantes, a los que no cotizan… Las noticias de la crisis se repiten a diario. Muchos dan la espalda a esta realidad y piensan que a ellos nunca les va a tocar y que cada cual haga lo que pueda para salir de 茅sta. Frente a ellos, otros muchos ciudadanos piensan que esa no es la manera de estar en la sociedad y que no se puede caer en el “no hay nada que hacer” y dejarse llevar por la ola de la desidia.
Organizaciones que ayudan a personas mayores, a j贸venes en situaci贸n de riesgo, a personas sin hogar, a personas discapacitadas… organizaciones de la sociedad civil que trabajan para mejorar la vida de millones de personas, porque es cuesti贸n de justicia. La solidaridad no es mera caridad. La solidaridad es una forma de actuar y de ver el mundo.
La crisis econ贸mica, dura con Europa y con sa帽a en los pa铆ses llamados del Sur de la Eurozona, est谩 abriendo en canal el sistema de seguridad social que exist铆a en estos pa铆ses. La herencia de la Revoluci贸n Francesa “libertad, igualdad y fraternidad” se est谩 resquebrajando. Hoy, la soberan铆a est谩 dejando de ser del pueblo. Los gobiernos ya no velan por el bien de su pueblo sino por el de los mercados y los especuladores. Pero los ciudadanos est谩n dando una lecci贸n a pol铆ticos, dirigentes y partidos cuando no se olvidan de sus conciudadanos, cuando realizan un trabajo voluntario, cuando se preocupan por su vecino, cuando ayudan a otros que tienen menos… Son verdaderos actos de ciudadan铆a y de justicia.
Vivir en sociedad, como persona o como colectivo, no es s贸lo cumplir con las leyes y no hacer mal a otros. Tambi茅n es tomar posici贸n, alzar la voz y actuar ante las injusticias. Hoy, m谩s que nunca, en crisis econ贸mica y de valores, necesitamos ciudadanos comprometidos y solidarios.