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La salud, un derecho de todos

OPINI脫N de Teodoro Mart铆nez Ar谩n  

El gobierno espa帽ol ha aprobado “medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones”. Han sido especialmente criticadas aquellas destinadas a limitar el derecho a la asistencia sanitaria de la poblaci贸n inmigrante no regularizada.

Hasta el d铆a de antes de publicar esta norma, nadie quedaba sin asistencia por no cumplir los requisitos legales para la plena cobertura establecidos por Sistema Nacional de Salud. En primer lugar, porque las personas “fuera del sistema” eran muy pocas; un certificado de empadronamiento era suficiente para obtener una tarjeta de asistencia sanitaria. En segundo lugar, por sus profesionales, que obviaban las limitaciones que los bur贸cratas impon铆an a la asistencia 贸ptima de sus pacientes.

El actual Gobierno considera que esa actitud ha provocado un despilfarro sanitario no presupuestado en torno a los 1.500 millones de euros anuales, de los cuales 1.000 corresponder铆an a ciudadanos de la Uni贸n Europea que viajan a nuestro pa铆s para obtener asistencia de prestaciones no cubiertas por sus respectivos sistemas de salud (hecho conocido como turismo sanitario), y los 500 restantes a los inmigrantes que no tienen regularizada su estancia en el pa铆s.

Adem谩s de las medidas destinadas a intentar facturar a sus socios comunitarios la asistencia de los ciudadanos que vienen a curarse en nuestro sistema, se plantea en este decreto la limitaci贸n del derecho a la asistencia de la poblaci贸n extranjera no regularizada. Esto restringir谩 la asistencia a cuidados de urgencia por enfermedad grave o accidente, el embarazo, parto y postparto. Los menores de dieciocho a帽os mantendr谩n las mismas condiciones que los espa帽oles.

Denegar la asistencia sanitaria a un enfermo, pudiendo proporcion谩rsela, es un acto de lesa humanidad. Es contraria a la deontolog铆a m茅dica, y atenta contra la Declaraci贸n Universal de los Derechos Humanos. “El m茅dico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminaci贸n alguna. Su principal lealtad es la que debe a su paciente y la salud de 茅ste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia. El m茅dico no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias del paciente le supongan un riesgo personal”, reza el c贸digo deontol贸gico espa帽ol.

Por encima de todo est谩 el paciente y su salud. Sin matices. S贸lo un bur贸crata puede redactar algo que niegue la asistencia de un enfermo. Hay c贸mo se le va a negar la asistencia a un hombre cuyo 煤nico “crimen” es ser m谩s pobre que nosotros, haber tenido que abandonar a su pa铆s y su familia, y exponerse a condiciones penosas por buscar un futuro que le negaba su tierra de origen.

A煤n hay argumentos ego铆stas para los xen贸fobos que pudieran aplaudir estas medidas. Excluir de la asistencia sanitaria a colectivos de poblaci贸n que conviven con nosotros genera problemas serios de salud p煤blica, en especial en relaci贸n con las enfermedades prevenibles transmisibles, como la tuberculosis, el sida o el sarampi贸n. Aumentar el porcentaje de poblaci贸n susceptible a las enfermedades, sin incluirlos en los programas de promoci贸n y prevenci贸n, y sin tratarlas en los estadios precoces de la enfermedad, crea reservorios para los g茅rmenes que hacen bald铆as las campa帽as de vacunaci贸n y erradicaci贸n de enfermedades.

La solidaridad es un elemento clave en la financiaci贸n de los sistemas nacionales de salud. Los sistemas con un fuerte componente de aseguramiento individual, como el estadounidense, han demostrado ser much铆simo m谩s caros (Estados Unidos invierte justo el doble del PIB que Espa帽a), con much铆sima menos cobertura que nuestro sistema y unos resultados sanitarios mucho peores. La primera causa de empobrecimiento de un ciudadano de clase media en Estados Unidos es caer enfermo; deber铆amos reflexionar sobre ello a los que citan el sistema sanitario estadounidense como un posible modelo.

Por 茅tica, por derecho, por humanidad, por justicia. Yo s铆 atiendo inmigrantes sin papeles. Y lo seguir茅 haciendo.

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