OPINI脫N de Irene Casado S谩nchez.- El trabajo infantil es una realidad para 168 millones de ni帽os. Peque帽os que “trabajan hasta el cansancio en f谩bricas clandestinas, minas, en el sector de la construcci贸n y en la agricultura”, denuncian desde la Organizaci贸n Internacional del Trabajo (OIT). Se trata de ni帽os “que no han alcanzado la edad m铆nima legal de admisi贸n al empleo” y trabajan para ayudar a satisfacer sus necesidades m谩s b谩sicas y las de sus familias. Ochenta y cinco millones de ellos realizan trabajos peligrosos.
Miles de peque帽os en el mundo “se ven involucrados en conflictos armados o en el tr谩fico de drogas, otros son explotados sexualmente”, advierte la OIT. Atrapados en esta situaci贸n, “estos ni帽os nunca podr谩n tomar sus propias decisiones y salir adelante”. Ese trabajo infantil es un lastre para su futuro. Desde el a帽o 2000, el n煤mero de ni帽os en esta situaci贸n ha disminuido un tercio pasando de 246 a 168 millones. Sin embargo, desde la organizaci贸n lamentan que no parece que se vaya a lograr la meta fijada por la comunidad internacional de eliminar sus peores formas para 2016.
Las cifras demuestran que “el trabajo infantil se puede reducir a trav茅s de la promoci贸n de pol铆ticas de protecci贸n social”, asegura el director de la oficina de la OIT para Espa帽a, Joaqu铆n Nieto. A帽ade que el desaf铆o de combatir la pobreza y el shock econ贸mico no es algo excepcional, sino una realidad cada vez m谩s com煤n a la que los Estados deben hacer frente. Las pol铆ticas dirigidas estrictamente al trabajo infantil, las pol铆ticas sociales de car谩cter general y los Objetivos del Milenio son armas esenciales para reducir el n煤mero de peque帽os que se ven obligados a trabajar y evitar que nuevos ni帽os entren en esta din谩mica.
Las sequ铆as, las inundaciones o el cambio clim谩tico son circunstancias que provocan un colapso econ贸mico en muchos hogares. En estas circunstancias aparece el trabajo infantil que no es “resultado de la pobreza extrema, sino de circunstancias que traen consigo la reducci贸n de los ingresos familiares”, explica Joaqu铆n Nieto.
La lucha contra el trabajo infantil no se limita a los pa铆ses m谩s pobres. La p茅rdida de empleo de un miembro adulto de la familia, las situaciones imprevistas relacionadas con la salud y otras situaciones adversas pueden reducir dr谩sticamente los ingresos de los hogares e impulsar a los ni帽os a abandonar la escuela y a ponerse a trabajar para contribuir a la econom铆a familiar.
Gracias a los planes de acci贸n de la OIT y el compromiso de los estados, en los 煤ltimos a帽os se ha conseguido reducir el n煤mero de menores sometidos al trabajo. La promoci贸n de la educaci贸n, la protecci贸n social, el fomento de oportunidades de trabajo decente, y acciones conjuntas en cuestiones legislativas, son algunas de las medidas que han conseguido mejorar la situaci贸n de millones de ni帽os.
La crisis econ贸mica tambi茅n ha tenido su impacto. Las cifras ofrecidas por la OIT muestran que, entre el a帽o 2008 y 2012, la tasa de descenso del empleo infantil fue m谩s r谩pida. Pese a lo que se tem铆a, “en apariencia, la crisis econ贸mica mundial no ha tenido ning煤n efecto negativo sobre la situaci贸n del trabajo infantil”, afirman. Se barajan dos razones para explicar este hecho: a pesar de que las “econom铆as en desarrollo no pudieron escapar a la crisis, se recuperaron m谩s r谩pido de sus efectos”; en segundo lugar, “el lento crecimiento econ贸mico posterior a la crisis ha reducido la demanda de mano de obra, incluida la demanda de ni帽os”.
La tesitura econ贸mica, de la mano de pol铆ticas de concienciaci贸n social y medidas legislativas para condenar el trabajo infantil, ha conseguido esbozar un panorama alentador para muchos menores. Sin embargo, a煤n hay 168 millones de razones para continuar trabajando por extinguir el trabajo infantil. El informe mundial de 2013 sobre el empleo de menores, bajo el t铆tulo Vulnerabilidad econ贸mica, protecci贸n social y lucha contra el trabajo infantil, hace especial hincapi茅 en la necesidad de “ampliar la protecci贸n social”. Todo para garantizar, al menos, la atenci贸n de salud esencial y la seguridad b谩sica del ingreso a lo largo de la vida de las personas. Para proteger la infancia de quienes son el futuro.