OPINI脫N de Emilio Cafassi, Argentina.- No exclusivamente Argentina se encuentra conmocionada por los fallos de la Corte estadounidense y del juez neoyorquino Thomas Griesa a favor de los holdouts, ya que insin煤a fundar antecedentes jurisprudenciales grav铆simos –y gravosos- para la soberan铆a de todo Estado nacional, a excepci贸n del propio. La casi totalidad de las canciller铆as del mundo y muy diversos organismos multilaterales expresaron su condena. La m谩s nutrida de ellas corresponde al llamado G-77+China, una convergencia entre el gigante asi谩tico y 77 pa铆ses en desarrollo, como corolario de su cumbre celebrada en Bolivia. En igual sentido no dejaron de expresarse todos los pa铆ses sudamericanos, el Mercosur, la Unasur, la Celac, la Unctad de las Naciones Unidas y hasta el propio Fondo Monetario Internacional. En la versi贸n cr铆tica m谩s lavada que corresponde a este 煤ltimo, alude directamente a los grupos minoritarios de acreedores de bonos de deuda soberana que no aceptan reestructuraciones de sus t铆tulos intentando por v铆a judicial cobrar seg煤n las condiciones originales acus谩ndolos de interrumpir los pagos a los acreedores que participaron en el canje, desalentando de este modo futuros procesos similares quienquiera resulte el deudor. La espada que el juez sostiene sobre la cabeza de los estados deudores en general y el argentino en particular, resulta s贸lo posible a trav茅s de la previa renuncia de Argentina y de buena parte de los pa铆ses sometidos a las “recomendaciones” del FMI, a su propia soberan铆a legislativa y jurisdiccional sobre sus propios bonos. En Argentina tiene el nombre de “cl谩usula Mart铆nez de Hoz” en homenaje al ministro de econom铆a de la dictadura, de rancia estirpe, que mediante cambios a dedo de la legislaci贸n permiti贸 que los contratos de deuda externa fueran sometidos a las leyes y jurisdicci贸n del Estado de Nueva York, con el argumento de saldar con ello deudas anteriores. Tambi茅n obviamente por la complicidad de los gobiernos “democr谩ticos” que sucedieron hasta el d铆a de hoy al Terrorismo de Estado manteniendo la infausta cl谩usula, entre otras muestras de sumisi贸n como la negativa a investigar el origen y destino del endeudamiento y a promover un club de deudores.
Las consecuencias de la aplicaci贸n del fallo resultan dantescas: en primer lugar da pie al embargo de bienes nacionales por el mundo, como ya sucedi贸 con una simb贸lica fragata educativa embargada en un puerto de Ghana, cosa que incluye tambi茅n los pagos que mediante instituciones bancarias neoyorquinas pudieran hacerse a los que se acogieron al canje de deuda que vienen cobrando regularmente a trav茅s de nuevos bonos canjeados. Pero sobre todo abre la posibilidad de que tanto el resto de los holdouts como los bonistas realicen demandas hasta por el valor original de los t铆tulos que con los intereses podr铆an ascender a los ciento veinte mil millones de d贸lares. La distinci贸n, tanto cualitativa como cuantitativa es relevante. Por un lado existen bonistas (que representan el 92,4% de los acreedores) y un resto de holdouts (el 7,6% de ellos en default) que no se agotan en los querellantes en este juicio. La clasificaci贸n no corresponde al autor de estas l铆neas sino a la autodenominaci贸n de los involucrados y a la propia sentencia, que auxilia ilustrativamente e invita a asociaciones con otras vertientes te贸ricas.
En ingl茅s el verbo “hold” significa sostener o mantener, pero al agregarle “out” a modo de adverbio se convierte en un “phrasal verb” que significa aguantar o retener. Si Freud hubiera conocido estas capas parasitarias de la burgues铆a financiera y se le hubiera solicitado bautizarlas, probablemente habr铆a recurrido al mismo significante, particularmente despu茅s de haber desarrollado su teor铆a evolutiva. Justamente en ella, identifica la fase anal como la segunda de la evoluci贸n libidinal que puede situarse entre los 2 y 4 a帽os del ni帽o otorg谩ndole una primac铆a a la zona er贸gena anal en relaci贸n con el desarrollo del dominio muscular de esf铆nteres y vejiga, permitiendo regular su capacidad para dar o negar. La imposibilidad de resolver los conflictos en esta etapa puede causar, para el fundador del psicoan谩lisis, una fijaci贸n anal retentiva (o inversamente expulsiva, que no es este el caso) la que entre otros rasgos de personalidad demarca la avaricia.
En t茅rminos menos t茅cnicos estos fondos “de inversi贸n” son llamados popularmente “buitres” por su particular capacidad para alimentarse a trav茅s de despojos. En un reciente art铆culo publicado en el portal uruguayo uypress, ilustrado con la famosa foto de Kevin Carter, ganadora del premio Pulitzer de 1994 en la que se ve a un buitre junto a un ni帽o moribundo, Esteban Valenti subraya tres insumos indispensables de estos fondos: “un ej茅rcito bien pago de abogados y lobistas; asesores financieros en b煤squeda de v铆ctimas y muchos millones de d贸lares”. Gracias a ellos “seleccionan pa铆ses, casi siempre del sur que se encuentran en situaciones de extrema debilidad econ贸mica y financiera y compran parte de su deuda a un precio vil, que puede llegar como en el caso de Argentina al 10% de su valor nominal. El objetivo es luego de la compra litigar en diferentes foros, realizar embargos durante varios a帽os para cobrar todo el valor nominal de los papeles comprados (..) huelen sus v铆ctimas e incluso ayudan a precipitar su desgracia. Su estrategia es siempre la de rechazar todo canje o reestructuraci贸n de la deuda, litigar contra el pa铆s v铆ctima, desplegar sus grandes equipos de abogados y lobistas y llevar a su presa al borde del default, incluso precipitarlo a la quiebra y luego imponerle sus condiciones”.
La estrategia defensiva argentina result贸 sinuosa y aparentemente improvisada. Sin embargo, luego del rechazo de esta semana al solicitado “stay” (suspensi贸n de la ejecuci贸n del fallo con el prop贸sito de negociar), adopt贸 una medida interesante para oponer a los bonistas con los buitres, particularmente en el corto plazo. Mediante el pago algo anticipado por un par de d铆as de 832 millones de d贸lares correspondientes al servicio de deuda de los t铆tulos en poder de los bonistas (que por lo ya se帽alado debe tambi茅n efectuarse en Nueva York) le corresponder铆a al juez incautar esos fondos a favor de los buitres, para ser coherente consigo mismo, lo que implicar铆a sustra茅rselo a los destinatarios, nada menos que el 92,4% de los acreedores. Su propia interpretaci贸n de la cl谩usula “pari passu” (el tratamiento igualitario entre acreedores) lo obligar铆a ya que Griesa y la C谩mara de apelaciones neoyorquina obliga a considerar en pie de igualdad a quienes ingresaron al canje de deuda mediante el bono “discount” (los bonistas) y los que se mantuvieron litigando (los buitres). Pero el abogado genov茅s Tullio Zembo, que asesor贸 a buena parte de los bonistas italianos en el 煤ltimo canje de 2010, consider贸 que “esto es una guerra entre Argentina y los fondos buitre, y el juez Griesa les est谩 disparando a los bonistas del canje, que son los rehenes o neutrales (…) Si el juez decidiera ejecutar el embargo, ac谩 empieza otro juicio, el de los bonistas contra los fondos buitre; esos fondos que ya est谩n en poder del Bank of New York Mellon no se pueden tocar, ya no est谩n m谩s en poder de la Argentina”. Su interpretaci贸n en 煤ltima instancia, nada descabellada, es que est谩 embargando a los bonistas y no al deudor, cosa a la vez posible porque la sede de pago es exactamente la misma, aunque no lo sea en la pr谩ctica sobre la totalidad de la deuda.
A mediano y largo plazo el panorama es m谩s desalentador. Un eventual acuerdo con los buitres, cosa que Griesa exige, deber谩 ser trasladado al resto de ellos pero adem谩s podr铆a convertir en “judiciable” la totalidad de la deuda, incluyendo la de los actuales bonistas a trav茅s de la cl谩usula “Rights Uppon Future Offers” (RUFO: de derechos sobre ofertas futuras) otorg谩ndole a todos el potencial mejoramiento obtenido por una 铆nfima minor铆a. Si se tratara s贸lo de estos buitres, hasta podr铆a cancelarse sin mayores complicaciones para las reservas ya que no supera los 1.500 millones de d贸lares.
Sin duda la perspectiva es de mayor profundizaci贸n de la recesi贸n que se ha apoderado del mundo y que se trasladar谩 de este modo a los pa铆ses endeudados, precisamente los que lograron resistir parcialmente esta tendencia. El mismo 1% que denunci贸 el movimiento norteamericano “Occupy Wall Street”, responsable de la enorme crisis, dirige ahora su voraz mirada hacia el sur. S贸lo un gran movimiento pol铆tico internacional de todos los afectados mediatos e inmediatos podr铆a detenerlo.
Estamos ante una nueva espiral de descomposici贸n del capitalismo a trav茅s de la hegemon铆a especulativa. Los holdouts han desarrollado mecanismos de valorizaci贸n exclusivamente financiera mediante el culto a la retenci贸n, explicitada no s贸lo en sus estrategias sino hasta en su propio nombre, quiz谩s inducidos por sus fijaciones en la fase anal de su desarrollo evolutivo.
Si as铆 fuera, son en esencia lo retenido.