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Los cautivos

OPINI脫N de Ra煤l Wiener, Per煤.- Cuando el Estado me ordena que no hay otra forma de referirnos a los protagonistas irregulares de la violencia de los 80 y 90, que llam谩ndolos “terroristas”, me est谩 haciendo cautivo de su lenguaje que es adem谩s el imperante en el mundo donde algunos hacen terror y no les pasa nada como el Estado israel铆 y otros viven permanentemente aterrorizados.

¿Por qu茅 invaden mi lenguaje y mi mirada de las cosas, sin son lo m谩s 铆ntimo que tengo? Porque lo que buscan es controlar la memoria colectiva, selectivizarla y usarla contra nosotros mismos. Por ejemplo cada vez m谩s se asienta en una parte del pa铆s el follet贸n de los militares encarcelados injustamente y los terroristas que andan por todos lados, que es una mentira kilom茅trica, que alienta el miedo irracional.

¿Qui茅n le ha dado atribuciones a un se帽or disparatado de apellido Galindo para representar la lucha del Estado contra el terrorismo, m谩s de 10 a帽os, y repetir papelones como los del MOVADEF y otros, como la exhibici贸n de pinturas de las presas o el intento de investigar una obra de teatro? Nadie sabe qu茅 de bueno ha hecho Galindo, d贸nde lo eval煤an y c贸mo se le puede enviar a su casa. Pero lo que quieren hacernos creer es que este se帽or nos protege del “terrorismo”, persiguiendo ancianos expresidiarios y j贸venes que no vivieron los terribles a帽os de la violencia.

Hasta d贸nde se ve, Humala se interesa en el tema subversivo si puede exhibir “victorias”, como la captura de Artemio, los muertos del VRAEM y otros. Militar pragm谩tico en 煤ltima instancia, que alguna vez me pregunt贸 si me parec铆a posible una f贸rmula pol铆tica para una amnist铆a que abarcara a Antauro. Le dije que por el momento de la elecci贸n no me parec铆a viable, y ah铆 qued贸 la cosa. Al final, Humala ha sido tambi茅n un cautivo del poder, sin libertad de movimientos. Y para el 2016, se le est谩 viniendo un “frente del orden”, que con seguridad subrayar谩 el problema del terrorismo como una falsa prioridad que puede llevarnos por cualquier lado.

Las ideolog铆as radicales que alimentar铆an la cr铆tica al sistema, fracasaron absolutamente en su proyecto, pero le dieron material para las c谩rceles mentales y reales con la que el neoliberalismo vislumbra su futuro. Denunciar a la cautiva, cuyo principal tema es su propia crisis por determinar quienes abusaron de ella, refleja la encrucijada de una sociedad que pretende ser sometida a cuenta de una protecci贸n y seguridad que como se ve en el caso de Urresti puede devenir en caricatura.

El caso de la cautiva muestra que esta lucha por libertad y democracia real, versus neoautoritarismo y represi贸n atraviesa limpiamente lo cultural. Felizmente como se acaba de comprobar somos a煤n un pa铆s con reservas morales y pol铆ticas, tanto para luchar contra la Ley Pulp铆n como para tener acceso libre a las expresiones culturales.

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