OPINI脫N de Pascual Serrano.- El 6 de enero de 1941, el entonces presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt se dirigi贸 al Congreso en su discurso del Estado de la Uni贸n. Aquella intervenci贸n se conoce como Discurso de las Cuatro Libertades (Four Freedoms Speech) porque Roosevelt sintetiz贸 en “cuatro libertades humanas esenciales” los objetivos de Estados Unidos para el mundo de posguerra: la libertad de expresi贸n, la libertad religiosa, la libertad de vivir sin penuria y la libertad de vivir sin miedo (freedom of speech, freedom of religion, fredom from want and freedom from fear). Incluso Jimmy Carter, durante su presidencia, citaba entre los “derechos humanos fundamentales” la “prohibici贸n del sufrimiento causado por una asistencia sanitaria inadecuada”. De las dos 煤ltimas libertades de Roosevelt, que ahora nos parecen tan lejanas, me quisiera ocupar.
Es evidente que el campo socialista pon铆a el acento en esos derechos sociales, incluso en detrimento de libertades p煤blicas como las de asociaci贸n, movimiento o expresi贸n. La ca铆da del bloque del Este supuso una victoria ideol贸gica tal de los sectores neoliberales econ贸micos que borraron de nuestra cosmovisi贸n los derechos sociales hasta el punto de que hoy la libertad de vivir sin penuria parece un desider谩tum de otro mundo. Y por supuesto no de un pa铆s de econom铆a capitalista como es Estados Unidos. Esta victoria ideol贸gica se ha impuesto tambi茅n en las ONG's de desarrollo y de derechos humanos. Hoy ninguna acusa a ning煤n gobierno por el hambre de sus ciudadanos, el desahucio de familias de sus viviendas, la falta de un trabajo para sobrevivir o una inadecuada asistencia sanitaria. Todas ellas violaciones de “la libertad de vivir sin penuria”, una de las libertades humanas esenciales para la presidencia de Estados Unidos hace 75 a帽os. Abducidas por el modelo neoliberal que prioriza las libertades e ignora los derechos sociales, nuestras ONG's denunciar谩n que un gobierno clausure una organizaci贸n de vecinos pero ignorar谩 que esos mismos vecinos no tengan trabajo, ingresos para comer o un techo de guarecerse. Nuestras ONG's acusan a gobiernos porque no autorizan a una empresa extranjera para poner en marcha un peri贸dico, pero no les acusar谩n de mantener en el analfabetismo al 60% de la poblaci贸n, lo que impedir铆a que ese porcentaje pueda leer los peri贸dicos. El informe anual de una organizaci贸n de derechos humanos recoger谩 la denuncia a un gobierno africano por prohibir una manifestaci贸n pero no acusar谩 al gobierno en ese mismo informe por la muerte de hambre de miles de personas.
En cuanto a “la libertad de vivir sin miedo”, a los ciudadanoss de pa铆ses occidentales y bien armados nos sugiere el miedo a un atentado, pero el fil贸sofo italiano Dom茅nico Losurdo se帽ala que ser铆a bueno pensar en esos otros pa铆ses d茅biles que, independiente de que nos guste o no su gobierno, sus ciudadanos temen constantemente por su seguridad a causa del despliegue amenazador en sus fronteras o la presencia a poca distancia de ellos de un poderoso dispositivo militar. Es el caso de Cuba. Esa amenaza de agresi贸n constante impide dedicar todos los recursos materiales necesarios a la realizaci贸n de los derechos sociales y econ贸micos. Pero tambi茅n se resienten los derechos civiles y pol铆ticos. No tanto porque forme parte del modelo socialista elegido, sino porque viven en un estado constante de alerta y acoso. ¿Acaso no se limitan gravemente esos derechos en los pa铆ses m谩s democr谩ticos cuando su seguridad nacional est谩 en peligro?
Pues bien, esta “libertad de vivir sin miedo” tambi茅n ha sido olvidada por ONG's y organizaciones de derechos humanos. En los juicios de Nuremberg se conden贸 a muerte a muchos mandos nazis por haber desencadenado una guerra, violando el derecho humano a la “libertad de vivir sin miedo”. Hoy es Estados Unidos el pa铆s que m谩s pone en cuesti贸n esa libertad en la medida en que tiene instaladas bases militares por todo el mundo y se reserva el derecho de atacar cualquier pa铆s. Sin embargo a ninguna organizaci贸n se le ocurre acusarle de violar las principales libertades planteadas por Franklin D. Roosevelt, trig茅simo segundo presidente de los Estados Unidos de Am茅rica.
*pascualserrano.net
Es evidente que el campo socialista pon铆a el acento en esos derechos sociales, incluso en detrimento de libertades p煤blicas como las de asociaci贸n, movimiento o expresi贸n. La ca铆da del bloque del Este supuso una victoria ideol贸gica tal de los sectores neoliberales econ贸micos que borraron de nuestra cosmovisi贸n los derechos sociales hasta el punto de que hoy la libertad de vivir sin penuria parece un desider谩tum de otro mundo. Y por supuesto no de un pa铆s de econom铆a capitalista como es Estados Unidos. Esta victoria ideol贸gica se ha impuesto tambi茅n en las ONG's de desarrollo y de derechos humanos. Hoy ninguna acusa a ning煤n gobierno por el hambre de sus ciudadanos, el desahucio de familias de sus viviendas, la falta de un trabajo para sobrevivir o una inadecuada asistencia sanitaria. Todas ellas violaciones de “la libertad de vivir sin penuria”, una de las libertades humanas esenciales para la presidencia de Estados Unidos hace 75 a帽os. Abducidas por el modelo neoliberal que prioriza las libertades e ignora los derechos sociales, nuestras ONG's denunciar谩n que un gobierno clausure una organizaci贸n de vecinos pero ignorar谩 que esos mismos vecinos no tengan trabajo, ingresos para comer o un techo de guarecerse. Nuestras ONG's acusan a gobiernos porque no autorizan a una empresa extranjera para poner en marcha un peri贸dico, pero no les acusar谩n de mantener en el analfabetismo al 60% de la poblaci贸n, lo que impedir铆a que ese porcentaje pueda leer los peri贸dicos. El informe anual de una organizaci贸n de derechos humanos recoger谩 la denuncia a un gobierno africano por prohibir una manifestaci贸n pero no acusar谩 al gobierno en ese mismo informe por la muerte de hambre de miles de personas.
En cuanto a “la libertad de vivir sin miedo”, a los ciudadanoss de pa铆ses occidentales y bien armados nos sugiere el miedo a un atentado, pero el fil贸sofo italiano Dom茅nico Losurdo se帽ala que ser铆a bueno pensar en esos otros pa铆ses d茅biles que, independiente de que nos guste o no su gobierno, sus ciudadanos temen constantemente por su seguridad a causa del despliegue amenazador en sus fronteras o la presencia a poca distancia de ellos de un poderoso dispositivo militar. Es el caso de Cuba. Esa amenaza de agresi贸n constante impide dedicar todos los recursos materiales necesarios a la realizaci贸n de los derechos sociales y econ贸micos. Pero tambi茅n se resienten los derechos civiles y pol铆ticos. No tanto porque forme parte del modelo socialista elegido, sino porque viven en un estado constante de alerta y acoso. ¿Acaso no se limitan gravemente esos derechos en los pa铆ses m谩s democr谩ticos cuando su seguridad nacional est谩 en peligro?
Pues bien, esta “libertad de vivir sin miedo” tambi茅n ha sido olvidada por ONG's y organizaciones de derechos humanos. En los juicios de Nuremberg se conden贸 a muerte a muchos mandos nazis por haber desencadenado una guerra, violando el derecho humano a la “libertad de vivir sin miedo”. Hoy es Estados Unidos el pa铆s que m谩s pone en cuesti贸n esa libertad en la medida en que tiene instaladas bases militares por todo el mundo y se reserva el derecho de atacar cualquier pa铆s. Sin embargo a ninguna organizaci贸n se le ocurre acusarle de violar las principales libertades planteadas por Franklin D. Roosevelt, trig茅simo segundo presidente de los Estados Unidos de Am茅rica.
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