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Privatizar el aire

OPINI脫N de Sara Garc铆a Bautista.- Una compa帽铆a canadiense ofrece aire puro embotellado a la poblaci贸n china que, debido a los altos 铆ndices de contaminaci贸n en el pa铆s asi谩tico, han convertido la compra de este producto en la nueva moda. Vitality Air ha pasado de vender aire embotellado en una estaci贸n de esqu铆 a atender la enorme demanda de clientes chinos.

“En tan s贸lo cuatro d铆as se agot贸 el primer lote de 500 latas. Ahora estamos recibiendo una gran cantidad de peticiones por adelantado para nuestro pr贸ximo env铆o. Nos acercamos a las 1.000 en pocos d铆as”, se帽ala Harrison Wang, director de operaciones de Vitality Air en China. Adem谩s, los socios de la empresa planean expandir su negocio a otros pa铆ses; Ir谩n y Afganist谩n tambi茅n se han interesado por las latas de aire fresco que rondan entre los 14 y los 20 d贸lares, dependiendo del tama帽o de la lata.

Pero, ¿acaso importar el aire es el remedio al problema del smog en China? Como se帽ala Wallace Leung, profesor de la Universidad Polit茅cnica de Hong Kong, comprar botellas de aire no es una soluci贸n pr谩ctica para la contaminaci贸n. “Tenemos que filtrar las part铆culas que hay en el aire de los asesinos invisibles “, a帽adi贸 Leung, quien lleva a cabo investigaciones sobre la eficacia de las mascarillas.

En el norte de China es normal salir a la calle y encontrarse envuelto en una “niebla contaminante”, tambi茅n conocida como smog. Esto sucede sobre todo durante los meses de invierno, cuando centrales el茅ctricas y hogares queman carb贸n para mantenerse calientes. En los 煤ltimos meses, la capa de aire contaminado ha provocado que apenas se haya visto el cielo azul. Las alarmas han saltado sobre varias ciudades. La concentraci贸n de part铆culas PM2,5 -las m谩s peque帽as y nocivas para la salud- ha llegado a alcanzar los 53 microgramos por metro c煤bico, el doble de los 25 microgramos recomendados por la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS). Las autoridades advierten de que lo peor est谩 por llegar y estiman que estas cifras se pueden llegar a disparar hasta los 500 microgramos.

La contaminaci贸n del aire es tan preocupantes que en el mes de diciembre Pek铆n activ贸 dos “alertas rojas” en tan solo 15 d铆as, la m谩xima alerta posible. Restringir el tr谩fico, cerrar colegios, o recomendar a la poblaci贸n limitar sus actividades al aire libre, fueron algunas de las medidas que se llevaron a cabo. No es para menos, alrededor de 1,6 millones de personas mueren cada a帽o en China por enfermedades pulmonares y cardiovasculares. Los ciudadanos, alarmados por la situaci贸n, tambi茅n han empezado a actuar por su cuenta. La 煤ltima tendencia que se impone en el mercado del gigante asi谩tico es la compra masiva de botellas rellenas de aire fresco procedentes de las monta帽as rocosas de Canad谩.

A finales del 2015 se celebr贸 la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Clim谩tico en Par铆s. Al finalizar, los 195 pa铆ses que participaron firmaron el denominado Acuerdo de Par铆s, que establece un marco temporal para que el mundo solucione la crisis clim谩tica, con el objetivo de mantener el aumento de la temperatura media del planeta por debajo de los 2 潞 C. El texto recibi贸 elogios por parte de altos cargos como el presidente franc茅s Fran莽ois Hollande, que lo consider贸 como ”el primer acuerdo universal de la historia de las negociaciones clim谩ticas”, o Barak Obama, quien destac贸 que el documento “pone el mundo en el camino para lograr un futuro con menos di贸xido de carbono”.

Sin embargo, numerosos activistas medioambientales se manifestaron en la capital francesa al considerar este pacto insuficiente. Por su parte, el cient铆fico estadounidense conocido como el padre de la ciencia sobre el cambio clim谩tico, James Hansen, no tard贸 en calificarlo de “fraude”. “No hay acciones, solo promesas. En la medida que el combustible f贸sil sea el m谩s barato, se seguir谩 quemando”, agreg贸.

En la medida en que los l铆deres mundiales pongan la riqueza por encima del medioambiente, nuestros pulmones respirar谩n las terribles consecuencias de todo esto que, alg煤n d铆a, nos obligar谩 a vivir enchufados a una botella de “aire fresco”.



Sara Garc铆a Bautista
Periodista



http://ccs.org.es/2016/01/29/privatizar-el-aire/


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