OPINI脫N de Emilio Mar铆n.- Una visi贸n simplista supone que Trump se pelea con Corea del Norte y Venezuela. Error. Tambi茅n lo hace con Ir谩n, Cuba, los signatarios del Acuerdo sobre el Cambio Clim谩tico. Y en su frente interno desata muchos conflictos. Se pelea con casi todo el mundo.
El nivel de conflictividad que genera Donald Trump se puede medir en su debut en la 72° Asamblea General de las Naciones Unidas, donde el martes 19 habl贸 y gesticul贸 como un orador de cuarta categor铆a.
All铆 centr贸 en tres enemigos b谩sicos, a los que dirigi贸 munici贸n de grueso calibre, por suerte por ahora en el plano discursivo y no con misiles.
El n煤mero uno de sus ataques fue la Rep煤blica Democr谩tica Popular de Corea y su presidente Kim Jong-un, al que descalific贸 como “hombre cohete”. “No habr谩 otra opci贸n que destruir totalmente a Corea del Norte si el r茅gimen de Pyongyang persiste con las amenazas nucleares”.
Para cualquier observador m谩s o menos neutral quedar谩 claro de qui茅n provienen las amenazas nucleares y convencionales, en la pen铆nsula coreana. Lejos de amenazar con borrar del mapa a aquella naci贸n, el orador -de alguna manera hay que llamarlo- tir贸 por elevaci贸n contra China, al cuestionar a los que mantienen buenas relaciones con Pyongyang.
Lo de Trump no son s贸lo palabras. El s谩bado 23, cuando estaba replic谩ndolo el ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, aqu茅l orden贸 que bombarderos B-1B de la base en Guam y cazas F-15C Eagle desplegados desde bases en Okinawa, sobrevolaran ese pa铆s, amenazando con acciones militares.
El canciller norcoreano reivindic贸 en la ONU su derecho a contar con armas nucleares para defenderse, pero asegur贸 que s贸lo las utilizar谩 como “煤ltima opci贸n” en caso de ataque de EE UU o de sus aliados. ¿Qui茅n es entonces el “hombre cohete”?
Corea del Norte afronta desde 1950 la guerra por parte de EE UU, que tres a帽os m谩s tarde dejaron lugar a un mero armisticio al socaire del cual el imperio y sus aliados de Se煤l realizan ejercicios militares varias veces al a帽o, cuentan con bases con 30.000 marines y ahora han instalado un sistema supermoderno antimisiles llamado Thaad. Este no s贸lo amenaza a Pyongyang sino tambi茅n a Beijing y Mosc煤.
Esa pol铆tica belicista de Washington es llevada a la en茅sima potencia por Trump, desde su asunci贸n en enero pasado. Los norcoreanos, que perdieron 3 millones de vidas en la guerra de 1950-1953, son precavidos y buscan defenderse. Est谩n en su derecho de experimentar con cohetes y armas nucleares modestas para poner coto a una nueva agresi贸n estadounidense, por m谩s que eso los castiguen con sanciones de la ONU, como la votada por unanimidad en el Consejo de Seguridad el pasado 11 de septiembre.
A ellos les va la vida como naci贸n, como lo reiter贸 el canciller Ri Yon Ho. Y no van a cambiar sus planes de autodefensa por m谩s que les voten otras diez o cien sanciones para impedir su aprovisionamiento de petr贸leo, su venta de carb贸n y dem谩s productos.
“Es una verg眉enza”
Ir谩n fue el otro enemigo al que atac贸 Trump, acus谩ndolo de que promueve el terrorismo en la regi贸n y el mundo. La falsedad no tiene pies ni cabeza, como el magnate, que tiene una fortuna de 10.000 millones de d贸lares seg煤n sus estimaciones pero pocas neuronas.
Nunca Ir谩n promovi贸 el terrorismo, ni antes con el presidente Mahmud Ahmadinejad y mucho menos desde que est谩 en el gobierno Hassan Rohani, quien comenz贸 su segundo mandato.
En julio de 2015 esa administraci贸n persa firm贸 con EE UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia, todos miembros del Consejo de Seguridad, m谩s Alemania, un acuerdo que puso fin al conflicto existente entre EE UU y sus aliados europeos con Teher谩n, en torno al programa at贸mico local. Qued贸 claro que el mismo no ten铆a fines militares, como hab铆an mentido aquellas potencias, cuando adoptaron sanciones contra Ir谩n.
La Agencia Internacional de Energ铆a At贸mica, dirigida por el japon茅s Yukiya Amano, certific贸 esa condici贸n pac铆fica del programa iran铆 y se rubric贸 el acuerdo internacional. Ir谩n vino cumpliendo su parte y parcialmente se fueron levantando las sanciones, descongel谩ndose fondos iran铆es en el exterior y celebr谩ndose acuerdos de inversiones de mutuo beneficio.
Pero Trump no est谩 de acuerdo con esos acuerdos que trajeron paz y alivio en medio de tantas tensiones en Medio Oriente, reforzando la labor de Ir谩n para derrotar la expansi贸n del ISIS en Irak y Siria. Va de suyo que la pol铆tica anti iran铆 del magnate es una gran ayuda para que esas organizaciones terroristas puedan recomenzar sus operaciones, con la muerte y destrucci贸n que eso significa.
En el edificio de cristal neoyorquino, el mandatario yanqui dijo que aquel acuerdo del “G-5+1” con Ir谩n era una “verg眉enza” para su pa铆s. As铆 adelant贸, sin precisiones, que tiene seria intenci贸n de romper con el compromiso. Esto no ser铆a extra帽o, porque es lo que hizo con los Acuerdos sobre el Cambio Clim谩tico firmados en Par铆s en 2015 por 195 pa铆ses, incluido EE UU.
Al d铆a siguiente de las barbaridades de Trump contra Ir谩n, subi贸 al estrado de la ONU el presidente iran铆. Rohani advirti贸 que su pa铆s responder谩 decididamente si alguna de las potencias firmantes rompe el acuerdo nuclear de 2015 y dijo que las cr铆ticas de Trump al pacto destruyen la credibilidad y minan la confianza internacional en EE UU.
El yanqui no se pelea s贸lo con Teher谩n. El mi茅rcoles 20 hubo una reuni贸n colateral a la asamblea de la ONU entre las partes involucradas en el acuerdo del “G-5+1” e Ir谩n. Estaban los cancilleres de Rusia, Sergei Lavrov y de China, Wang Yi, entre otros, y revisaron entre todos el 煤ltimo informe presentado por Amano, de la AIEA, confirm谩ndose que Ir谩n est谩 cumpliendo plenamente sus obligaciones de 2015. As铆 las cosas, ese acuerdo, llamado Plan de Acci贸n Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en ingl茅s), tiene grandes chances de seguir existiendo, por m谩s que Trump se oponga y hasta salga del mismo.
Como es obvio, el rupturismo norteamericano sigue la senda que le marca Israel: Benjamin Netanyahu fue el mayor detractor de los acuerdos firmados por Barack Obama y esos gobiernos con las autoridades persas.
M谩s sanciones a Venezuela
El 12 de agosto Trump fue expl铆cito en sus amenazas de invadir militarmente a Venezuela. Eso se volvi贸 en su contra y de sus operadores en ese pa铆s sudamericano, que quedaron en situaci贸n de traidores a su patria.
En su discurso en la ONU no lleg贸 a tanto pero sigui贸 en la misma direcci贸n, al acusar al gobierno de Maduro de constituir una dictadura socialista que puso al pa铆s borde del colapso total. Amenaz贸 con adoptar “acciones futuras en pos de restaurar la democracia”. Ese mismo d铆a 19 en un acto pol铆tico en el palacio de Miraflores el aludido respondi贸 que Trump era un nuevo Hitler y que la soberan铆a de Venezuela se respeta.
Las nuevas sanciones contra Caracas, aunque graves y repetidas, tuvieron sabor a poco, pues consistieron en la prohibici贸n de viajes de los funcionarios venezolanos y sus familiares. Eso fue incluido en la nueva orden ejecutiva de Trump para impedir la entrada a EE UU de ciudadanos de cinco pa铆ses de mayor铆a musulmana (ahora exceptu贸 a Sud谩n), sumando a Corea del Norte, Venezuela y Chad. Tal represalia no puede ser un gran problema para Miraflores.
Al contrario, puede serlo para los partidos opositores de la Mesa de Unidad Democr谩tica (MUD), que han perdido el motor que les daban las guarimbas violentas y deben concentrarse para los comicios de gobernadores del 15 de octubre pr贸ximo.
Contra Cuba
En sus embates contra Venezuela, Trump busc贸 asegurarse el acompa帽amiento de gobiernos que sintonizan la onda del Departamento de Estado. El d铆a antes de su comparecencia en la ONU tuvo una reuni贸n en un hotel neoyorquino con los presidentes de Brasil, Michel Temer; Colombia, Juan M. Santos; Panam谩, Juan Carlos Varela, y la vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti.
El due帽o de casa denunci贸 la “dictadura de Maduro” y agradeci贸 a los mandatarios presentes por condenar al gobierno venezolano. Los distingui贸 como “algunos de los mayores aliados de EE UU en el continente”. En la foto se nota la cara de admiraci贸n con que Michetti mira a Trump. Eso en tiempos menemistas se llamaba “relaciones carnales”, Di Tella dixit.
Cuba no pod铆a faltar entre las v铆ctimas del “hurac谩n Donald”. En esa cita se tild贸 de “corrupto y desestabilizador” al gobierno de Ra煤l Castro, y se reiter贸 que el bloqueo -que llam贸 “embargo”- no se levantar谩 hasta que la isla produzca las “reformas fundamentales” (l茅ase renuncie a su soberan铆a y opci贸n por el socialismo).
La Habana sufrir谩 seguramente la anulaci贸n de los 22 memor谩ndum firmados con la administraci贸n Obama, que no hab铆an solucionado los grandes asuntos, por caso el bloqueo, pero hab铆an abierto un curso de negociaci贸n.
No se crea que el magnate s贸lo genera conflictos en el frente internacional. En lo dom茅stico criminaliza a los 11 millones de inmigrantes indocumentados y anula los programas para 800.000 dreamers (j贸venes so帽adores). Asimismo insiste en una reforma regresiva del sistema de salud, que dejar谩 a millones de personas sin cobertura m茅dica. Hasta el retr贸grado Ku Klux Klan festej贸 su defensa indirecta del supremacismo blanco tras el asesinato de Heather Heyer, una mujer antifascista en Charlottesville, Virginia.
Con Trump todo se vuelve para atr谩s, caminando como el cangrejo con velocidad de liebre.
El nivel de conflictividad que genera Donald Trump se puede medir en su debut en la 72° Asamblea General de las Naciones Unidas, donde el martes 19 habl贸 y gesticul贸 como un orador de cuarta categor铆a.
All铆 centr贸 en tres enemigos b谩sicos, a los que dirigi贸 munici贸n de grueso calibre, por suerte por ahora en el plano discursivo y no con misiles.
El n煤mero uno de sus ataques fue la Rep煤blica Democr谩tica Popular de Corea y su presidente Kim Jong-un, al que descalific贸 como “hombre cohete”. “No habr谩 otra opci贸n que destruir totalmente a Corea del Norte si el r茅gimen de Pyongyang persiste con las amenazas nucleares”.
Para cualquier observador m谩s o menos neutral quedar谩 claro de qui茅n provienen las amenazas nucleares y convencionales, en la pen铆nsula coreana. Lejos de amenazar con borrar del mapa a aquella naci贸n, el orador -de alguna manera hay que llamarlo- tir贸 por elevaci贸n contra China, al cuestionar a los que mantienen buenas relaciones con Pyongyang.
Lo de Trump no son s贸lo palabras. El s谩bado 23, cuando estaba replic谩ndolo el ministro de Exteriores de Corea del Norte, Ri Yong Ho, aqu茅l orden贸 que bombarderos B-1B de la base en Guam y cazas F-15C Eagle desplegados desde bases en Okinawa, sobrevolaran ese pa铆s, amenazando con acciones militares.
El canciller norcoreano reivindic贸 en la ONU su derecho a contar con armas nucleares para defenderse, pero asegur贸 que s贸lo las utilizar谩 como “煤ltima opci贸n” en caso de ataque de EE UU o de sus aliados. ¿Qui茅n es entonces el “hombre cohete”?
Corea del Norte afronta desde 1950 la guerra por parte de EE UU, que tres a帽os m谩s tarde dejaron lugar a un mero armisticio al socaire del cual el imperio y sus aliados de Se煤l realizan ejercicios militares varias veces al a帽o, cuentan con bases con 30.000 marines y ahora han instalado un sistema supermoderno antimisiles llamado Thaad. Este no s贸lo amenaza a Pyongyang sino tambi茅n a Beijing y Mosc煤.
Esa pol铆tica belicista de Washington es llevada a la en茅sima potencia por Trump, desde su asunci贸n en enero pasado. Los norcoreanos, que perdieron 3 millones de vidas en la guerra de 1950-1953, son precavidos y buscan defenderse. Est谩n en su derecho de experimentar con cohetes y armas nucleares modestas para poner coto a una nueva agresi贸n estadounidense, por m谩s que eso los castiguen con sanciones de la ONU, como la votada por unanimidad en el Consejo de Seguridad el pasado 11 de septiembre.
A ellos les va la vida como naci贸n, como lo reiter贸 el canciller Ri Yon Ho. Y no van a cambiar sus planes de autodefensa por m谩s que les voten otras diez o cien sanciones para impedir su aprovisionamiento de petr贸leo, su venta de carb贸n y dem谩s productos.
“Es una verg眉enza”
Ir谩n fue el otro enemigo al que atac贸 Trump, acus谩ndolo de que promueve el terrorismo en la regi贸n y el mundo. La falsedad no tiene pies ni cabeza, como el magnate, que tiene una fortuna de 10.000 millones de d贸lares seg煤n sus estimaciones pero pocas neuronas.
Nunca Ir谩n promovi贸 el terrorismo, ni antes con el presidente Mahmud Ahmadinejad y mucho menos desde que est谩 en el gobierno Hassan Rohani, quien comenz贸 su segundo mandato.
En julio de 2015 esa administraci贸n persa firm贸 con EE UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia, todos miembros del Consejo de Seguridad, m谩s Alemania, un acuerdo que puso fin al conflicto existente entre EE UU y sus aliados europeos con Teher谩n, en torno al programa at贸mico local. Qued贸 claro que el mismo no ten铆a fines militares, como hab铆an mentido aquellas potencias, cuando adoptaron sanciones contra Ir谩n.
La Agencia Internacional de Energ铆a At贸mica, dirigida por el japon茅s Yukiya Amano, certific贸 esa condici贸n pac铆fica del programa iran铆 y se rubric贸 el acuerdo internacional. Ir谩n vino cumpliendo su parte y parcialmente se fueron levantando las sanciones, descongel谩ndose fondos iran铆es en el exterior y celebr谩ndose acuerdos de inversiones de mutuo beneficio.
Pero Trump no est谩 de acuerdo con esos acuerdos que trajeron paz y alivio en medio de tantas tensiones en Medio Oriente, reforzando la labor de Ir谩n para derrotar la expansi贸n del ISIS en Irak y Siria. Va de suyo que la pol铆tica anti iran铆 del magnate es una gran ayuda para que esas organizaciones terroristas puedan recomenzar sus operaciones, con la muerte y destrucci贸n que eso significa.
En el edificio de cristal neoyorquino, el mandatario yanqui dijo que aquel acuerdo del “G-5+1” con Ir谩n era una “verg眉enza” para su pa铆s. As铆 adelant贸, sin precisiones, que tiene seria intenci贸n de romper con el compromiso. Esto no ser铆a extra帽o, porque es lo que hizo con los Acuerdos sobre el Cambio Clim谩tico firmados en Par铆s en 2015 por 195 pa铆ses, incluido EE UU.
Al d铆a siguiente de las barbaridades de Trump contra Ir谩n, subi贸 al estrado de la ONU el presidente iran铆. Rohani advirti贸 que su pa铆s responder谩 decididamente si alguna de las potencias firmantes rompe el acuerdo nuclear de 2015 y dijo que las cr铆ticas de Trump al pacto destruyen la credibilidad y minan la confianza internacional en EE UU.
El yanqui no se pelea s贸lo con Teher谩n. El mi茅rcoles 20 hubo una reuni贸n colateral a la asamblea de la ONU entre las partes involucradas en el acuerdo del “G-5+1” e Ir谩n. Estaban los cancilleres de Rusia, Sergei Lavrov y de China, Wang Yi, entre otros, y revisaron entre todos el 煤ltimo informe presentado por Amano, de la AIEA, confirm谩ndose que Ir谩n est谩 cumpliendo plenamente sus obligaciones de 2015. As铆 las cosas, ese acuerdo, llamado Plan de Acci贸n Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en ingl茅s), tiene grandes chances de seguir existiendo, por m谩s que Trump se oponga y hasta salga del mismo.
Como es obvio, el rupturismo norteamericano sigue la senda que le marca Israel: Benjamin Netanyahu fue el mayor detractor de los acuerdos firmados por Barack Obama y esos gobiernos con las autoridades persas.
M谩s sanciones a Venezuela
El 12 de agosto Trump fue expl铆cito en sus amenazas de invadir militarmente a Venezuela. Eso se volvi贸 en su contra y de sus operadores en ese pa铆s sudamericano, que quedaron en situaci贸n de traidores a su patria.
En su discurso en la ONU no lleg贸 a tanto pero sigui贸 en la misma direcci贸n, al acusar al gobierno de Maduro de constituir una dictadura socialista que puso al pa铆s borde del colapso total. Amenaz贸 con adoptar “acciones futuras en pos de restaurar la democracia”. Ese mismo d铆a 19 en un acto pol铆tico en el palacio de Miraflores el aludido respondi贸 que Trump era un nuevo Hitler y que la soberan铆a de Venezuela se respeta.
Las nuevas sanciones contra Caracas, aunque graves y repetidas, tuvieron sabor a poco, pues consistieron en la prohibici贸n de viajes de los funcionarios venezolanos y sus familiares. Eso fue incluido en la nueva orden ejecutiva de Trump para impedir la entrada a EE UU de ciudadanos de cinco pa铆ses de mayor铆a musulmana (ahora exceptu贸 a Sud谩n), sumando a Corea del Norte, Venezuela y Chad. Tal represalia no puede ser un gran problema para Miraflores.
Al contrario, puede serlo para los partidos opositores de la Mesa de Unidad Democr谩tica (MUD), que han perdido el motor que les daban las guarimbas violentas y deben concentrarse para los comicios de gobernadores del 15 de octubre pr贸ximo.
Contra Cuba
En sus embates contra Venezuela, Trump busc贸 asegurarse el acompa帽amiento de gobiernos que sintonizan la onda del Departamento de Estado. El d铆a antes de su comparecencia en la ONU tuvo una reuni贸n en un hotel neoyorquino con los presidentes de Brasil, Michel Temer; Colombia, Juan M. Santos; Panam谩, Juan Carlos Varela, y la vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti.
El due帽o de casa denunci贸 la “dictadura de Maduro” y agradeci贸 a los mandatarios presentes por condenar al gobierno venezolano. Los distingui贸 como “algunos de los mayores aliados de EE UU en el continente”. En la foto se nota la cara de admiraci贸n con que Michetti mira a Trump. Eso en tiempos menemistas se llamaba “relaciones carnales”, Di Tella dixit.
Cuba no pod铆a faltar entre las v铆ctimas del “hurac谩n Donald”. En esa cita se tild贸 de “corrupto y desestabilizador” al gobierno de Ra煤l Castro, y se reiter贸 que el bloqueo -que llam贸 “embargo”- no se levantar谩 hasta que la isla produzca las “reformas fundamentales” (l茅ase renuncie a su soberan铆a y opci贸n por el socialismo).
La Habana sufrir谩 seguramente la anulaci贸n de los 22 memor谩ndum firmados con la administraci贸n Obama, que no hab铆an solucionado los grandes asuntos, por caso el bloqueo, pero hab铆an abierto un curso de negociaci贸n.
No se crea que el magnate s贸lo genera conflictos en el frente internacional. En lo dom茅stico criminaliza a los 11 millones de inmigrantes indocumentados y anula los programas para 800.000 dreamers (j贸venes so帽adores). Asimismo insiste en una reforma regresiva del sistema de salud, que dejar谩 a millones de personas sin cobertura m茅dica. Hasta el retr贸grado Ku Klux Klan festej贸 su defensa indirecta del supremacismo blanco tras el asesinato de Heather Heyer, una mujer antifascista en Charlottesville, Virginia.
Con Trump todo se vuelve para atr谩s, caminando como el cangrejo con velocidad de liebre.