Una refugiada salvadore帽a pasa de huir de las pandillas a entregar un premio al presidente de la Rep煤blica de Costa Rica, su pa铆s de acogida. Con la ayuda de ACNUR, ha logrado sobrevivir a la amenaza de muerte que pesaba sobre su familia.
A Karla Torres, madre y esposa salvadore帽a ahora refugiada en Costa Rica, le cuesta recordar su historia, pero no es una cuesti贸n de memoria, sino de dolor.
“Mi vida era muy feliz en El Salvador, yo no me pod铆a quejar de las bendiciones que Dios me hab铆a dado en mi pa铆s. Ten铆a casa propia, ten铆a un veh铆culo, ten铆amos motos, ten铆amos un local en el mercado de venta de jugos y reparaci贸n de celulares”.
Sus dos hijas y su hijo estudiaban y ella trabajaba en su negocio propio. Su esposo tambi茅n ten铆a un empleo fijo. Pero tuvieron que dejarlo todo cuando les lleg贸 un mensaje diciendo que las pandillas, que constantemente extorsionan a los salvadore帽os, quer铆an 10.000 d贸lares a cambio de la vida de su marido, la de sus suegros y la de una t铆a.
“Sab铆an c贸mo la t铆a caminaba, por donde caminaba y con qui茅n caminaba y dijeron que ella era la que tra铆a a mis hijos en el carro”.
Se quer铆an llevar al ni帽o porque ya ten铆a catorce a帽os y lo quer铆an involucrar en las pandillas.
Karla cuenta c贸mo ella y su familia intentaron continuar con su vida normal e ignorar la amenaza, pero poco despu茅s se dio cuenta de que su hijo adolescente corr铆a peligro.
“A la semana me llega a m铆 un muchacho que hace parte de las mismas pandillas y me dijo que tuviera cuidado porque se quer铆an llevar al ni帽o porque ya ten铆a catorce a帽os y lo quer铆an involucrar en las pandillas, y que, aunque yo no lo permitiera se lo iban a llevar.”
Karla dice que tuvo la suerte de que le advirtiera este joven, al que en el pasado hab铆a dado comida y ayudado. Su vida estaba en peligro por avisarla, por eso le pidi贸 que no dijera nada, y que se fuera de inmediato.
La amenaza ten铆a un plazo
Nuestra protagonista ten铆a miedo, no sab铆a c贸mo dec铆rselo a su esposo, enfermo de diabetes, pero tuvo que hacerlo cuando le avisaron de que “el viernes” iban a llevarse a su hijo.
En ese momento, empac贸 la vida de su familia en una sola maleta y huy贸 a otro departamento del pa铆s. Pero su pesadilla estaba lejos de terminar…
“Estuvimos una semana all铆, pero vimos que andaban carros que nunca hab铆amos visto pasar ah铆 y estaban rar铆simos y andaban vigilando, y descubrimos que los que estaban dentro del carro eran pandilleros. Nos dio miedo porque sab铆amos que era con nosotros y lo que hicimos fue optar por venir para Costa Rica”.
Karla y su familia vendieron su auto de un d铆a para otro por 2000 d贸lares y ese dinero era todo lo que ten铆an para llegar a Costa Rica y sobrevivir. Un tr谩iler les dio un “avent贸n” a Nicaragua y de ah铆 pasaron a Costa Rica.
“Nosotros tra铆amos solo una maleta con ropa, y una hielera donde carg谩bamos la insulina de mi esposo, pero de tanta aflicci贸n al ver que no hab铆a bus para salir para ac谩 se nos olvid贸 la hielera en el tr谩iler”.
La dura llegada a Costa Rica
Al llegar, una familia los aloj贸 durante dos semanas, luego Karla consigui贸 alquilar un cuarto, en el que vivieron ocho meses, apretados, pero a salvo.
“Ten铆amos que empezar, se trataba de no decaer en este pa铆s, porque tampoco pod铆amos regresar. El regresar significaba morir, uno por uno, porque hab铆amos huido”.
El regresar significaba morir, uno por uno, porque hab铆amos huido.
Su esposo estaba enfermo porque no ten铆a insulina y el dinero se le estaba acabando, fue ah铆 cuando lograron la ayuda de organizaciones locales que les dieron desde comida hasta formaci贸n para comenzar a trabajar.
“Las organizaciones ayudaron con alimentos, econ贸micamente y me dieron capacitaciones. A mis hijas les dieron psicolog铆a porque ellas ven铆an muy mal, el var贸n tambi茅n, y los metieron a un grupo de apoyo. Entr茅 a un proyecto para emprendedores, me dieron un capital semilla con el que yo pude comprar mi planchita, mis cositas de pl谩stico, y un hornito. Con ese es el que yo sal铆 adelante, con lo que hago las ventas.
El camino a convertirse en emprendedora
Karla ahora vende pupusas, el platillo nacional de su pa铆s, tortillas de ma铆z rellenas y hechas a mano. Pero ella no aprendi贸 a hacerlas en El Salvador, sino en Costa Rica, por pura necesidad.
“Yo no sab铆a hacer pupusas y no sab铆a qu茅 hacer, porque me sal铆an mal y yo sab铆a que as铆 no se pod铆an vender”.
Pero ella continu贸 intent谩ndolo hasta que logr贸 la receta. El reto siguiente estaba en salir a la calle a venderlas.
“Yo ni dec铆a que estaba vendiendo. Yo iba caminando y me dec铆an ¿qu茅 lleva ah铆 de vender? Y yo dec铆a son pupusas, y me dec铆an por qu茅 no avisa se帽ora Karla que no le d茅 pena. As铆 empec茅 y agarr茅 valor y gracias a mi Dios estoy aqu铆 donde estoy”.
Karla est谩 muy agradecida a las organizaciones que han ayudado a su familia y a decenas de refugiados que comparten una historia parecida a la suya.
“Las organizaciones nos ayudaron a comenzar esta gran lucha, porque si no hubiera sido por ellas tambi茅n sinceramente no sobrevivimos. Soy sincera”.
El Sello Vivir la Integraci贸n

ACNUR Costa Rica. El Representante de ACNUR en Costa Rica, Carlos Maldonado, el Presidente de la Rep煤blica, Luis Guillermo Sol铆s, la refugiada Karla Torres y la vicepresidente Maria Elena Chac贸n.
Karla es una de las beneficiadas del Programa Vivir la Integraci贸n, un programa que naci贸 en el a帽o 2013 de una alianza p煤blico-privada que promueve la inserci贸n de las personas refugiadas en mercado laboral, y a trav茅s de esto, su integraci贸n en la sociedad costarricense.
El programa est谩 dirigido por la Agencia de la ONU para los Refugiados, instituciones del Estado costarricense y varias ONG.
Este a帽o se realiz贸 la primera entrega del Sello Vivir la Integraci贸n a veinte organizaciones, la primera certificaci贸n a nivel mundial para la calidad y trazabilidad de derechos humanos a nivel global.
“El Sello Vivir la Integraci贸n es un mecanismo que fue declarado por el gobierno de Costa Rica en el que se certifica a cinco grupos de empresas privadas, gobiernos locales e instituciones p煤blicas, academia y organizaciones, que a lo largo del a帽o han llevado a cabo acciones en favor de las personas refugiadas y que demuestran un compromiso claro fundamentalmente de cara a la integraci贸n en la sociedad costarricense”, explica Carlos Maldonado representante del ACNUR en Costa Rica.
Durante la ceremonia de entrega de la certificaci贸n estuvieron presentes el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Sol铆s, y la vicepresidenta Ana Elena Chac贸n. Karla tuvo la oportunidad de conocerlos y compartir su agradecimiento.
La Agencia de la ONU para los Refugiados quiso que la refugiada salvadore帽a le entregara al mandatario un reconocimiento simb贸lico por liderar el proceso desde el poder ejecutivo para fomentar la integraci贸n de los refugiados en Costa Rica por los pasados cuatro a帽os.
“Me sent铆 muy contenta de que me tomaran en cuenta de entre tantos refugiados que hay y ser privilegiada y tener la oportunidad de entregarle ese premio al presidente.”
En conjunto con ACNUR, hemos avanzado de forma contundente en la integraci贸n de las personas refugiadas y solicitantes de la condici贸n de refugiado.
“Se trata de un sello de humanidad, un sello de solidaridad, un sello que nos hace mejores al comprometernos a seguir defendiendo y ampliando los derechos de las personas refugiadas, facilitando sus vidas”, dijo el presidente Sol铆s, quien agreg贸 que el enfoque de derechos humanos de su Administraci贸n es un claro ejemplo de c贸mo un pa铆s de renta media alta puede hacer bien las cosas y compartir sus experiencias con el resto del mundo.
“En conjunto con ACNUR, hemos avanzado de forma contundente en la integraci贸n de las personas refugiadas y solicitantes de la condici贸n de refugiado”, expres贸.
Para Carlos Maldonado, el Sello Vivir la Integraci贸n demuestra un compromiso claro por parte de no solo del Gobierno de Costa Rica sino de la sociedad respecto a la integraci贸n y la protecci贸n temprana de los refugiados.
“Es una oportunidad para que los mismo refugiados y refugiadas conozcan quienes est谩n realizando estas tareas en favor de la integraci贸n, que la opini贸n p煤blica tambi茅n lo conozca y reconozca. Adem谩s, porque se dar谩 cada a帽o, es una posibilidad de que estas organizaciones confirmen ese compromiso al a帽o siguiente”, explica.
Las cifras van en aumento
A 31 de diciembre de 2017 en Costa Rica, entre refugiados y solicitantes de la condici贸n, hab铆a poco m谩s de 12.000 personas. En la actualidad, ese n煤mero supera los 13.000.
“Aproximadamente el 30 % de las solicitudes provienen de los pa铆ses del norte de Centroam茅rica, El Salvador y Honduras y el 50 % corresponden a ciudadanos de Venezuela, un 10 % a ciudadanos colombianos y el resto a otras casi 40 nacionalidades”, asegura el representante de ACNUR.
Maldonado explica que desde el 2015, el n煤mero de personas refugiadas se ha duplicado y sigue aumentando debido a un ingreso significativo de venezolanos y salvadore帽os. A pesar de que el mayor n煤mero de refugiados reconocidos siguen siendo los colombianos, quienes huyeron del conflicto de su pa铆s en los a帽os 90, el panorama parece indicar que ser谩n superados muy pronto.
En Costa Rica cuando una persona entra al pa铆s y solicita la condici贸n de refugiado, inmediatamente recibe un permiso para trabajar, un beneficio que no se encuentra f谩cilmente en otras naciones.
Ellos piensan que uno va saliendo de la c谩rcel y que le han dado ese estatus para que la gente tenga cuidado.
Pero, aun as铆, aunque legalmente puedan entrar al mercado laboral, los refugiados y solicitantes enfrentan discriminaci贸n, algo que Karla ha vivido en su propia carne.
“No conocen lo que es ese permiso, y aun teniendo uno lo que es el estatus de refugiado, tambi茅n a uno le cuesta, porque te preguntan que por qu茅 dice en la cedula “libre condici贸n”, ellos piensan que uno va saliendo de la c谩rcel y que le han dado ese estatus para que la gente tenga cuidado. Son muchas trabas, pero gracias a las organizaciones salimos adelante, nos damos a conocer y yo creo que por algo estamos aqu铆 en este pa铆s tan bello”.
El rol de las empresas privadas en la integraci贸n de los refugiados

ACNUR Costa Rica. Refugiados y solicitantes reciben una capacitaci贸n para ayudarles a entrar al mercado laboral en Costa Rica con el apoyo de ACNUR y organizaciones locales.
El representante de ACNUR resalta que la participaci贸n de las empresas privadas es vital para que los refugiados puedan tener una mejor calidad de vida.
“Todos somos conscientes que ante la magnitud de la situaci贸n de refugiados en el mundo los gobiernos por si solos no pueden dar todas las respuestas, entonces lo que se ha venido promoviendo en marco del Pacto Mundial de los Refugiados, es una acci贸n de la totalidad de la sociedad de un pa铆s. El rol de las empresas privadas es fundamental, son las que generan empleo en los pa铆ses y por lo tanto su participaci贸n es la que permite realmente que las personas refugiadas puedan tener un empleo digno y decente a la brevedad posible”, dice.
Maldonado expresa adem谩s que varias empresas en Costa Rica aseguran que la fuerza laboral refugiada es leal y trabajadora.
Nuestra comunidad no viene a invadir un espacio, sino que queremos aportar, no estamos aqu铆 por quererle quitar algo alguien.
“No es tanto el valor de la cantidad de dinero que le dan a uno sino el valor sentimental, el valor de apoyo emocional, el apoyo que uno recibe de todas las personas y que uno se da a conocer, porque al darle a conocer a una como vendedora de pupusas, ya puedo regalar mi n煤mero (de tel茅fono), ya me llaman y uno se va expandiendo. Esa es la forma en que todas las organizaciones le ayudan a uno y las capacitaciones son excelentes”, explica Karla.
Para Karla, lo importante es que los costarricenses comprendan que los refugiados y refugiadas como ella lo 煤nico que quieren es salir adelante, y contribuir al desarrollo del pa铆s que los acogi贸.
“Nuestra comunidad no viene a invadir un espacio, sino que queremos aportar, no estamos aqu铆 por quererle quitar algo alguien, sino por querer salir del problema que estamos y no venimos a da帽ar a nadie ni porque tengamos ganas de salir de nuestro pa铆s o venir a pasear. Es por el problema que nos oblig贸 a huir, un problema que sabemos que no tiene retorno, y por el que tuvimos que dejar todito. Pero aqu铆 es otra vida, si Dios nos dio la oportunidad de estar aqu铆, vamos a empezar de nuevo”.
Unirse a la ayuda
Costa Rica es el primer pa铆s del mundo donde ahora las personas refugiadas podr谩n identificar a las instituciones que tienen un compromiso con su causa. Anualmente, un comit茅 de expertos analizar谩 postulaciones para entregar la certificaci贸n de Vivir la Integraci贸n en cinco categor铆as: sector p煤blico, sector privado, academia, Gobiernos locales y sociedad civil.
El sello sigue los est谩ndares de la norma internacional ISO 26000 y fue declarado de inter茅s p煤blico por medio del decreto 40645-MP.
“Es un sello que no existe en otro pa铆s del mundo, es la primera vez que se da. Hay toda una oferta de apoyo a la poblaci贸n refugiada y de acceso a derechos que realizan todas estas instituciones que fueron premiadas y que representan la voluntad de la sociedad costarricense en asegurar que los refugiados son protegidos e integrados desde el comienzo”, explica Carlos Maldonado.
Las empresas en Costa Rica pueden aliarse al programa Vivir la Integraci贸n a trav茅s de alguna de las siguientes acciones:
· Considerando a las personas refugiadas en los procesos de contrataci贸n.
· Ofreci茅ndoles oportunidades de formaci贸n.
· Apoyando a las personas refugiadas a ser microempresarios.
· Llevando a cabo iniciativas de comunicaci贸n y sensibilizaci贸n que favorezcan un ambiente de integraci贸n y respeto a los derechos humanos de las personas refugiadas.
“Es un cambio muy radical pero muy bello, pero esa odisea que pasamos si duele mucho recordarla, pero es bueno hacerlo para seguir adelante”, dice Karla Torres, quien no est谩 sola con su historia.
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Una mujer salvadore帽a que huy贸 de la violencia en su pa铆s. ACNUR/ Markel Redondo |
A Karla Torres, madre y esposa salvadore帽a ahora refugiada en Costa Rica, le cuesta recordar su historia, pero no es una cuesti贸n de memoria, sino de dolor.
“Mi vida era muy feliz en El Salvador, yo no me pod铆a quejar de las bendiciones que Dios me hab铆a dado en mi pa铆s. Ten铆a casa propia, ten铆a un veh铆culo, ten铆amos motos, ten铆amos un local en el mercado de venta de jugos y reparaci贸n de celulares”.
Sus dos hijas y su hijo estudiaban y ella trabajaba en su negocio propio. Su esposo tambi茅n ten铆a un empleo fijo. Pero tuvieron que dejarlo todo cuando les lleg贸 un mensaje diciendo que las pandillas, que constantemente extorsionan a los salvadore帽os, quer铆an 10.000 d贸lares a cambio de la vida de su marido, la de sus suegros y la de una t铆a.
“Sab铆an c贸mo la t铆a caminaba, por donde caminaba y con qui茅n caminaba y dijeron que ella era la que tra铆a a mis hijos en el carro”.
Se quer铆an llevar al ni帽o porque ya ten铆a catorce a帽os y lo quer铆an involucrar en las pandillas.
Karla cuenta c贸mo ella y su familia intentaron continuar con su vida normal e ignorar la amenaza, pero poco despu茅s se dio cuenta de que su hijo adolescente corr铆a peligro.
“A la semana me llega a m铆 un muchacho que hace parte de las mismas pandillas y me dijo que tuviera cuidado porque se quer铆an llevar al ni帽o porque ya ten铆a catorce a帽os y lo quer铆an involucrar en las pandillas, y que, aunque yo no lo permitiera se lo iban a llevar.”
Karla dice que tuvo la suerte de que le advirtiera este joven, al que en el pasado hab铆a dado comida y ayudado. Su vida estaba en peligro por avisarla, por eso le pidi贸 que no dijera nada, y que se fuera de inmediato.
La amenaza ten铆a un plazo
Nuestra protagonista ten铆a miedo, no sab铆a c贸mo dec铆rselo a su esposo, enfermo de diabetes, pero tuvo que hacerlo cuando le avisaron de que “el viernes” iban a llevarse a su hijo.
En ese momento, empac贸 la vida de su familia en una sola maleta y huy贸 a otro departamento del pa铆s. Pero su pesadilla estaba lejos de terminar…
“Estuvimos una semana all铆, pero vimos que andaban carros que nunca hab铆amos visto pasar ah铆 y estaban rar铆simos y andaban vigilando, y descubrimos que los que estaban dentro del carro eran pandilleros. Nos dio miedo porque sab铆amos que era con nosotros y lo que hicimos fue optar por venir para Costa Rica”.
Karla y su familia vendieron su auto de un d铆a para otro por 2000 d贸lares y ese dinero era todo lo que ten铆an para llegar a Costa Rica y sobrevivir. Un tr谩iler les dio un “avent贸n” a Nicaragua y de ah铆 pasaron a Costa Rica.
“Nosotros tra铆amos solo una maleta con ropa, y una hielera donde carg谩bamos la insulina de mi esposo, pero de tanta aflicci贸n al ver que no hab铆a bus para salir para ac谩 se nos olvid贸 la hielera en el tr谩iler”.
La dura llegada a Costa Rica
Al llegar, una familia los aloj贸 durante dos semanas, luego Karla consigui贸 alquilar un cuarto, en el que vivieron ocho meses, apretados, pero a salvo.
“Ten铆amos que empezar, se trataba de no decaer en este pa铆s, porque tampoco pod铆amos regresar. El regresar significaba morir, uno por uno, porque hab铆amos huido”.
El regresar significaba morir, uno por uno, porque hab铆amos huido.
Su esposo estaba enfermo porque no ten铆a insulina y el dinero se le estaba acabando, fue ah铆 cuando lograron la ayuda de organizaciones locales que les dieron desde comida hasta formaci贸n para comenzar a trabajar.
“Las organizaciones ayudaron con alimentos, econ贸micamente y me dieron capacitaciones. A mis hijas les dieron psicolog铆a porque ellas ven铆an muy mal, el var贸n tambi茅n, y los metieron a un grupo de apoyo. Entr茅 a un proyecto para emprendedores, me dieron un capital semilla con el que yo pude comprar mi planchita, mis cositas de pl谩stico, y un hornito. Con ese es el que yo sal铆 adelante, con lo que hago las ventas.
El camino a convertirse en emprendedora
Karla ahora vende pupusas, el platillo nacional de su pa铆s, tortillas de ma铆z rellenas y hechas a mano. Pero ella no aprendi贸 a hacerlas en El Salvador, sino en Costa Rica, por pura necesidad.
“Yo no sab铆a hacer pupusas y no sab铆a qu茅 hacer, porque me sal铆an mal y yo sab铆a que as铆 no se pod铆an vender”.
Pero ella continu贸 intent谩ndolo hasta que logr贸 la receta. El reto siguiente estaba en salir a la calle a venderlas.
“Yo ni dec铆a que estaba vendiendo. Yo iba caminando y me dec铆an ¿qu茅 lleva ah铆 de vender? Y yo dec铆a son pupusas, y me dec铆an por qu茅 no avisa se帽ora Karla que no le d茅 pena. As铆 empec茅 y agarr茅 valor y gracias a mi Dios estoy aqu铆 donde estoy”.
Karla est谩 muy agradecida a las organizaciones que han ayudado a su familia y a decenas de refugiados que comparten una historia parecida a la suya.
“Las organizaciones nos ayudaron a comenzar esta gran lucha, porque si no hubiera sido por ellas tambi茅n sinceramente no sobrevivimos. Soy sincera”.
El Sello Vivir la Integraci贸n

ACNUR Costa Rica. El Representante de ACNUR en Costa Rica, Carlos Maldonado, el Presidente de la Rep煤blica, Luis Guillermo Sol铆s, la refugiada Karla Torres y la vicepresidente Maria Elena Chac贸n.
Karla es una de las beneficiadas del Programa Vivir la Integraci贸n, un programa que naci贸 en el a帽o 2013 de una alianza p煤blico-privada que promueve la inserci贸n de las personas refugiadas en mercado laboral, y a trav茅s de esto, su integraci贸n en la sociedad costarricense.
El programa est谩 dirigido por la Agencia de la ONU para los Refugiados, instituciones del Estado costarricense y varias ONG.
Este a帽o se realiz贸 la primera entrega del Sello Vivir la Integraci贸n a veinte organizaciones, la primera certificaci贸n a nivel mundial para la calidad y trazabilidad de derechos humanos a nivel global.
“El Sello Vivir la Integraci贸n es un mecanismo que fue declarado por el gobierno de Costa Rica en el que se certifica a cinco grupos de empresas privadas, gobiernos locales e instituciones p煤blicas, academia y organizaciones, que a lo largo del a帽o han llevado a cabo acciones en favor de las personas refugiadas y que demuestran un compromiso claro fundamentalmente de cara a la integraci贸n en la sociedad costarricense”, explica Carlos Maldonado representante del ACNUR en Costa Rica.
Durante la ceremonia de entrega de la certificaci贸n estuvieron presentes el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Sol铆s, y la vicepresidenta Ana Elena Chac贸n. Karla tuvo la oportunidad de conocerlos y compartir su agradecimiento.
La Agencia de la ONU para los Refugiados quiso que la refugiada salvadore帽a le entregara al mandatario un reconocimiento simb贸lico por liderar el proceso desde el poder ejecutivo para fomentar la integraci贸n de los refugiados en Costa Rica por los pasados cuatro a帽os.
“Me sent铆 muy contenta de que me tomaran en cuenta de entre tantos refugiados que hay y ser privilegiada y tener la oportunidad de entregarle ese premio al presidente.”
En conjunto con ACNUR, hemos avanzado de forma contundente en la integraci贸n de las personas refugiadas y solicitantes de la condici贸n de refugiado.
“Se trata de un sello de humanidad, un sello de solidaridad, un sello que nos hace mejores al comprometernos a seguir defendiendo y ampliando los derechos de las personas refugiadas, facilitando sus vidas”, dijo el presidente Sol铆s, quien agreg贸 que el enfoque de derechos humanos de su Administraci贸n es un claro ejemplo de c贸mo un pa铆s de renta media alta puede hacer bien las cosas y compartir sus experiencias con el resto del mundo.
“En conjunto con ACNUR, hemos avanzado de forma contundente en la integraci贸n de las personas refugiadas y solicitantes de la condici贸n de refugiado”, expres贸.
Para Carlos Maldonado, el Sello Vivir la Integraci贸n demuestra un compromiso claro por parte de no solo del Gobierno de Costa Rica sino de la sociedad respecto a la integraci贸n y la protecci贸n temprana de los refugiados.
“Es una oportunidad para que los mismo refugiados y refugiadas conozcan quienes est谩n realizando estas tareas en favor de la integraci贸n, que la opini贸n p煤blica tambi茅n lo conozca y reconozca. Adem谩s, porque se dar谩 cada a帽o, es una posibilidad de que estas organizaciones confirmen ese compromiso al a帽o siguiente”, explica.
Las cifras van en aumento
A 31 de diciembre de 2017 en Costa Rica, entre refugiados y solicitantes de la condici贸n, hab铆a poco m谩s de 12.000 personas. En la actualidad, ese n煤mero supera los 13.000.
“Aproximadamente el 30 % de las solicitudes provienen de los pa铆ses del norte de Centroam茅rica, El Salvador y Honduras y el 50 % corresponden a ciudadanos de Venezuela, un 10 % a ciudadanos colombianos y el resto a otras casi 40 nacionalidades”, asegura el representante de ACNUR.
Maldonado explica que desde el 2015, el n煤mero de personas refugiadas se ha duplicado y sigue aumentando debido a un ingreso significativo de venezolanos y salvadore帽os. A pesar de que el mayor n煤mero de refugiados reconocidos siguen siendo los colombianos, quienes huyeron del conflicto de su pa铆s en los a帽os 90, el panorama parece indicar que ser谩n superados muy pronto.
En Costa Rica cuando una persona entra al pa铆s y solicita la condici贸n de refugiado, inmediatamente recibe un permiso para trabajar, un beneficio que no se encuentra f谩cilmente en otras naciones.
Ellos piensan que uno va saliendo de la c谩rcel y que le han dado ese estatus para que la gente tenga cuidado.
Pero, aun as铆, aunque legalmente puedan entrar al mercado laboral, los refugiados y solicitantes enfrentan discriminaci贸n, algo que Karla ha vivido en su propia carne.
“No conocen lo que es ese permiso, y aun teniendo uno lo que es el estatus de refugiado, tambi茅n a uno le cuesta, porque te preguntan que por qu茅 dice en la cedula “libre condici贸n”, ellos piensan que uno va saliendo de la c谩rcel y que le han dado ese estatus para que la gente tenga cuidado. Son muchas trabas, pero gracias a las organizaciones salimos adelante, nos damos a conocer y yo creo que por algo estamos aqu铆 en este pa铆s tan bello”.
El rol de las empresas privadas en la integraci贸n de los refugiados

ACNUR Costa Rica. Refugiados y solicitantes reciben una capacitaci贸n para ayudarles a entrar al mercado laboral en Costa Rica con el apoyo de ACNUR y organizaciones locales.
El representante de ACNUR resalta que la participaci贸n de las empresas privadas es vital para que los refugiados puedan tener una mejor calidad de vida.
“Todos somos conscientes que ante la magnitud de la situaci贸n de refugiados en el mundo los gobiernos por si solos no pueden dar todas las respuestas, entonces lo que se ha venido promoviendo en marco del Pacto Mundial de los Refugiados, es una acci贸n de la totalidad de la sociedad de un pa铆s. El rol de las empresas privadas es fundamental, son las que generan empleo en los pa铆ses y por lo tanto su participaci贸n es la que permite realmente que las personas refugiadas puedan tener un empleo digno y decente a la brevedad posible”, dice.
Maldonado expresa adem谩s que varias empresas en Costa Rica aseguran que la fuerza laboral refugiada es leal y trabajadora.
Nuestra comunidad no viene a invadir un espacio, sino que queremos aportar, no estamos aqu铆 por quererle quitar algo alguien.
“No es tanto el valor de la cantidad de dinero que le dan a uno sino el valor sentimental, el valor de apoyo emocional, el apoyo que uno recibe de todas las personas y que uno se da a conocer, porque al darle a conocer a una como vendedora de pupusas, ya puedo regalar mi n煤mero (de tel茅fono), ya me llaman y uno se va expandiendo. Esa es la forma en que todas las organizaciones le ayudan a uno y las capacitaciones son excelentes”, explica Karla.
Para Karla, lo importante es que los costarricenses comprendan que los refugiados y refugiadas como ella lo 煤nico que quieren es salir adelante, y contribuir al desarrollo del pa铆s que los acogi贸.
“Nuestra comunidad no viene a invadir un espacio, sino que queremos aportar, no estamos aqu铆 por quererle quitar algo alguien, sino por querer salir del problema que estamos y no venimos a da帽ar a nadie ni porque tengamos ganas de salir de nuestro pa铆s o venir a pasear. Es por el problema que nos oblig贸 a huir, un problema que sabemos que no tiene retorno, y por el que tuvimos que dejar todito. Pero aqu铆 es otra vida, si Dios nos dio la oportunidad de estar aqu铆, vamos a empezar de nuevo”.
Unirse a la ayuda
Costa Rica es el primer pa铆s del mundo donde ahora las personas refugiadas podr谩n identificar a las instituciones que tienen un compromiso con su causa. Anualmente, un comit茅 de expertos analizar谩 postulaciones para entregar la certificaci贸n de Vivir la Integraci贸n en cinco categor铆as: sector p煤blico, sector privado, academia, Gobiernos locales y sociedad civil.
El sello sigue los est谩ndares de la norma internacional ISO 26000 y fue declarado de inter茅s p煤blico por medio del decreto 40645-MP.
“Es un sello que no existe en otro pa铆s del mundo, es la primera vez que se da. Hay toda una oferta de apoyo a la poblaci贸n refugiada y de acceso a derechos que realizan todas estas instituciones que fueron premiadas y que representan la voluntad de la sociedad costarricense en asegurar que los refugiados son protegidos e integrados desde el comienzo”, explica Carlos Maldonado.
Las empresas en Costa Rica pueden aliarse al programa Vivir la Integraci贸n a trav茅s de alguna de las siguientes acciones:
· Considerando a las personas refugiadas en los procesos de contrataci贸n.
· Ofreci茅ndoles oportunidades de formaci贸n.
· Apoyando a las personas refugiadas a ser microempresarios.
· Llevando a cabo iniciativas de comunicaci贸n y sensibilizaci贸n que favorezcan un ambiente de integraci贸n y respeto a los derechos humanos de las personas refugiadas.
“Es un cambio muy radical pero muy bello, pero esa odisea que pasamos si duele mucho recordarla, pero es bueno hacerlo para seguir adelante”, dice Karla Torres, quien no est谩 sola con su historia.