OPINI脫N de Andr茅s Olmos.- Siendo lo m谩s objetivos posible con una descripci贸n del panorama actual, podemos afirmar que el capitalismo (en medio de sus crisis c铆clicas y contradicciones estructurales) mantiene una ofensiva sist茅mica y global en lo econ贸mico, social, pol铆tico y cultural. Invade y captura nuevas 谩reas del territorio planetario con su din谩mica destructiva de la naturaleza y de la sociedad. Impone su cultura de consumismo obsesivo y de ilusorio bienestar, basado en la satisfacci贸n compulsiva de “falsas necesidades”, que en realidad son precariedades y debilidades humanas manipuladas por el gran capital en beneficio del “progreso” y “crecimiento” de una econom铆a financiarizada y criminal-delictuosa, cada vez m谩s separada de un desarrollo integral de la humanidad en su relaci贸n vital con la naturaleza.
Ello a pesar de las resistencias de los pueblos y de los trabajadores del mundo entero. Esas resistencias se materializan de muchas formas:
a) N煤cleos de poblaci贸n que se auto-organizan por fuera de la institucionalidad estatal para intentar construir otras formas de vida paralelas y/o por fuera del capitalismo (ej. Neo-zapatistas chiapanecos, pueblos mapuches, kurdos de Rojaba y otros);
b) Grupos de personas o individuos que aprovechando los avances tecnol贸gicos impulsan nuevas formas de econom铆as colaborativas y realizan ejercicios en la direcci贸n de convertirse en “prosumidores” (ej. Pro-com煤n colaborativo, redes colaborativas de diverso tipo, asociaciones, etc.) que compiten a un nuevo nivel con el capitalismo sin salirse enteramente de 茅l;
c) Movimientos y organizaciones sociales que resisten con base en reivindicaciones sectoriales (ej. Sindicatos y organizaciones de obreros, campesinos y otros trabajadores informales; movimientos de diversos pueblos e identidades 茅tnicas, culturales, de g茅nero, o causas ambientales o territoriales); y
d) Movimientos y organizaciones pol铆ticas que intentan desde la institucionalidad estatal ampliar o mejorar los espacios democr谩ticos de participaci贸n de la sociedad y frenar o neutralizar la acci贸n destructiva y privatizadora de los grandes monopolios capitalistas.
Todas las anteriores formas de resistencia existen a lo largo y ancho del planeta, pero act煤an en medio de la dispersi贸n, la descoordinaci贸n y desarticulaci贸n, siendo f谩cilmente invisibilizadas, debilitadas y, muchas veces, derrotadas y cooptadas por el gran capital. Muchas corrientes de pensamiento cr铆tico, cultural y espiritual surgidas de procesos revolucionarios y de b煤squedas de pr谩cticas alternativas, han sido convertidas por el gran capital en simples modas y en “folclor mercantil banalizado”, en pr谩cticas y m茅todos terap茅uticos comercializados, en din谩micas “culturales” controladas y domesticadas. Todo lo anterior debido a que la utop铆a de un “mundo mejor” ha sido cambiada por la distop铆a de un “mundo posible”, fruto de la derrota hist贸rica de las luchas de los trabajadores durante el siglo XX e inicios del XXI (“socialismos estatistas”) y del estancamiento relativo del pensamiento cr铆tico.
En la coyuntura actual se observa que la crisis del capitalismo se agudiza a niveles insospechados, la tasa promedio de ganancia del capital se ha reducido en forma alarmante, la acumulaci贸n “normal” de la ganancia capitalista no logra sostenerse, y los grandes monopolios y corporaciones capitalistas acuden a la desposesi贸n y al despojo de los recursos naturales y fuentes de materias primas; lo que se convierte en la pr谩ctica reiterada de las grandes potencias econ贸micas globales usando formas colonialistas e imperialistas, unas m谩s agresivas que otras, como ocurre con el imperio estadounidense (y su alianza europeo-japon茅s), que en medio de su actual decadencia intenta desestabilizar amplias regiones del mundo, como ya lo hizo con los pa铆ses africanos de los Grandes Lagos, y lo realiza en el Medio Oriente Ampliado y en Am茅rica Latina. Esta situaci贸n lleva a que los conflictos geo-pol铆ticos entre bloques de potencias econ贸micas invisibilicen las luchas de los pueblos y de los trabajadores y logren subordinar sus causas y luchas sectoriales y estructurales a los intereses de grandes poderes (econ贸micos-corporativos de tipo estatal o “nacional”) que no son ninguna alternativa de soluci贸n a los graves problemas de desigualdad, precarizaci贸n de la vida y peligro de auto-extinci贸n de la vida humana.
En esa din谩mica los Estados e instituciones gubernamentales ya est谩n completamente subordinados al poder del capital que hoy se expresa en lo fundamental a trav茅s de los conglomerados financieros y del poder comunicacional-medi谩tico-virtual. El nivel de control sobre los individuos de estos poderes globales es evidente y creciente. Se ha manifestado en todas las 谩reas de la vida social, econ贸mica, pol铆tica y cultural. Esos poderes utilizan todas las formas de control que van desde las formas m谩s sofisticadas de control ideol贸gico hasta la manipulaci贸n de la informaci贸n, el entretenimiento, el consumo, pero tambi茅n el control coercitivo usando los aparatos de justicia y de control administrativo, la represi贸n abierta, la guerra, el asesinato y la desaparici贸n selectivas. La guerra cibern茅tica y virtual es una realidad apabullante que ya ha tenido manifestaciones concretas en la utilizaci贸n en las elecciones de EE.UU., Colombia y Brasil de la informaci贸n acumulada ilegalmente por empresas del medio virtual como Google o Facebook, o las campa帽as de aniquilaci贸n, desprestigio o encarcelamiento de Juli谩n Assange, Ignacio Lula Da Silva, Dilma Rousseff, Rafael Correa, o las operaciones de “intervenci贸n humanitaria” contra Libia o contra Venezuela.
Frente a ese poder autoritario y desp贸tico que, por medio de la manipulaci贸n, la mentira y la guerra abierta, logra debilitar y derrotar las causas libertarias y de resistencia, se hace necesaria otra forma de lucha que complemente las resistencias actuales (a,b,c,d), no las reemplace ni subordine, pero las alimente y las potencie desde el mismo terreno o espacio “real-virtual” desde donde el gran capital pretende neutralizar la acci贸n de los pueblos y de los trabajadores. Es la guerra medi谩tica y virtual desde las fronteras “liminales”, desde abajo, desde el espacio “no controlado” por el poder del capital.
Todo este planteamiento se corresponde a la situaci贸n actual de crisis del capitalismo, decadencia y ca铆da del imperio estadounidense (y sus aliados europeos y japoneses), posible surgimiento de otros imperios que lo reemplacen (Rusia, China), crisis absoluta de la democracia formal y derrota o neutralizaci贸n de las organizaciones sociales y pol铆ticas legales, y en general, el enorme caos y confusi贸n, en donde la violaci贸n abierta de los derechos humanos es la regla general.
Sobre las formas y caracter铆sticas de este tipo de lucha no se puede avanzar mucho. La flexibilidad y la creatividad deber谩n estar al frente, con un esp铆ritu nuevo y beligerante, desde las entra帽as del monstruo, pero sin dejarse rastrear e identificar abiertamente.
Tijuana (M茅xico), 26-02-2019
https://www.alainet.org/es/articulo/198451
Ello a pesar de las resistencias de los pueblos y de los trabajadores del mundo entero. Esas resistencias se materializan de muchas formas:
a) N煤cleos de poblaci贸n que se auto-organizan por fuera de la institucionalidad estatal para intentar construir otras formas de vida paralelas y/o por fuera del capitalismo (ej. Neo-zapatistas chiapanecos, pueblos mapuches, kurdos de Rojaba y otros);
b) Grupos de personas o individuos que aprovechando los avances tecnol贸gicos impulsan nuevas formas de econom铆as colaborativas y realizan ejercicios en la direcci贸n de convertirse en “prosumidores” (ej. Pro-com煤n colaborativo, redes colaborativas de diverso tipo, asociaciones, etc.) que compiten a un nuevo nivel con el capitalismo sin salirse enteramente de 茅l;
c) Movimientos y organizaciones sociales que resisten con base en reivindicaciones sectoriales (ej. Sindicatos y organizaciones de obreros, campesinos y otros trabajadores informales; movimientos de diversos pueblos e identidades 茅tnicas, culturales, de g茅nero, o causas ambientales o territoriales); y
d) Movimientos y organizaciones pol铆ticas que intentan desde la institucionalidad estatal ampliar o mejorar los espacios democr谩ticos de participaci贸n de la sociedad y frenar o neutralizar la acci贸n destructiva y privatizadora de los grandes monopolios capitalistas.
Todas las anteriores formas de resistencia existen a lo largo y ancho del planeta, pero act煤an en medio de la dispersi贸n, la descoordinaci贸n y desarticulaci贸n, siendo f谩cilmente invisibilizadas, debilitadas y, muchas veces, derrotadas y cooptadas por el gran capital. Muchas corrientes de pensamiento cr铆tico, cultural y espiritual surgidas de procesos revolucionarios y de b煤squedas de pr谩cticas alternativas, han sido convertidas por el gran capital en simples modas y en “folclor mercantil banalizado”, en pr谩cticas y m茅todos terap茅uticos comercializados, en din谩micas “culturales” controladas y domesticadas. Todo lo anterior debido a que la utop铆a de un “mundo mejor” ha sido cambiada por la distop铆a de un “mundo posible”, fruto de la derrota hist贸rica de las luchas de los trabajadores durante el siglo XX e inicios del XXI (“socialismos estatistas”) y del estancamiento relativo del pensamiento cr铆tico.
En la coyuntura actual se observa que la crisis del capitalismo se agudiza a niveles insospechados, la tasa promedio de ganancia del capital se ha reducido en forma alarmante, la acumulaci贸n “normal” de la ganancia capitalista no logra sostenerse, y los grandes monopolios y corporaciones capitalistas acuden a la desposesi贸n y al despojo de los recursos naturales y fuentes de materias primas; lo que se convierte en la pr谩ctica reiterada de las grandes potencias econ贸micas globales usando formas colonialistas e imperialistas, unas m谩s agresivas que otras, como ocurre con el imperio estadounidense (y su alianza europeo-japon茅s), que en medio de su actual decadencia intenta desestabilizar amplias regiones del mundo, como ya lo hizo con los pa铆ses africanos de los Grandes Lagos, y lo realiza en el Medio Oriente Ampliado y en Am茅rica Latina. Esta situaci贸n lleva a que los conflictos geo-pol铆ticos entre bloques de potencias econ贸micas invisibilicen las luchas de los pueblos y de los trabajadores y logren subordinar sus causas y luchas sectoriales y estructurales a los intereses de grandes poderes (econ贸micos-corporativos de tipo estatal o “nacional”) que no son ninguna alternativa de soluci贸n a los graves problemas de desigualdad, precarizaci贸n de la vida y peligro de auto-extinci贸n de la vida humana.
En esa din谩mica los Estados e instituciones gubernamentales ya est谩n completamente subordinados al poder del capital que hoy se expresa en lo fundamental a trav茅s de los conglomerados financieros y del poder comunicacional-medi谩tico-virtual. El nivel de control sobre los individuos de estos poderes globales es evidente y creciente. Se ha manifestado en todas las 谩reas de la vida social, econ贸mica, pol铆tica y cultural. Esos poderes utilizan todas las formas de control que van desde las formas m谩s sofisticadas de control ideol贸gico hasta la manipulaci贸n de la informaci贸n, el entretenimiento, el consumo, pero tambi茅n el control coercitivo usando los aparatos de justicia y de control administrativo, la represi贸n abierta, la guerra, el asesinato y la desaparici贸n selectivas. La guerra cibern茅tica y virtual es una realidad apabullante que ya ha tenido manifestaciones concretas en la utilizaci贸n en las elecciones de EE.UU., Colombia y Brasil de la informaci贸n acumulada ilegalmente por empresas del medio virtual como Google o Facebook, o las campa帽as de aniquilaci贸n, desprestigio o encarcelamiento de Juli谩n Assange, Ignacio Lula Da Silva, Dilma Rousseff, Rafael Correa, o las operaciones de “intervenci贸n humanitaria” contra Libia o contra Venezuela.
Frente a ese poder autoritario y desp贸tico que, por medio de la manipulaci贸n, la mentira y la guerra abierta, logra debilitar y derrotar las causas libertarias y de resistencia, se hace necesaria otra forma de lucha que complemente las resistencias actuales (a,b,c,d), no las reemplace ni subordine, pero las alimente y las potencie desde el mismo terreno o espacio “real-virtual” desde donde el gran capital pretende neutralizar la acci贸n de los pueblos y de los trabajadores. Es la guerra medi谩tica y virtual desde las fronteras “liminales”, desde abajo, desde el espacio “no controlado” por el poder del capital.
Todo este planteamiento se corresponde a la situaci贸n actual de crisis del capitalismo, decadencia y ca铆da del imperio estadounidense (y sus aliados europeos y japoneses), posible surgimiento de otros imperios que lo reemplacen (Rusia, China), crisis absoluta de la democracia formal y derrota o neutralizaci贸n de las organizaciones sociales y pol铆ticas legales, y en general, el enorme caos y confusi贸n, en donde la violaci贸n abierta de los derechos humanos es la regla general.
Sobre las formas y caracter铆sticas de este tipo de lucha no se puede avanzar mucho. La flexibilidad y la creatividad deber谩n estar al frente, con un esp铆ritu nuevo y beligerante, desde las entra帽as del monstruo, pero sin dejarse rastrear e identificar abiertamente.
Tijuana (M茅xico), 26-02-2019
https://www.alainet.org/es/articulo/198451