OPINI脫N de Teodoro Renter铆a Arr贸yave
Ante todo, la defensa de la libertad de prensa y expresi贸n, por ello desde hace muchos ayeres decidimos convertirnos en activista de tales principios, continuamos llevando y por desgracia actualizando el registro puntual y documentado de los asesinatos y desapariciones forzadas de periodistas, locutores, trabajadores de prensa, familiares y amigos de comunicadores, y civiles que tuvieron la mala fortuna de estar en el lugar de los atentados.
Es de destacarse que desde que se fund贸 la Federaci贸n de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, es el gremio period铆stico organizado de M茅xico el que da seguimiento a esos vergonzosos cr铆menes contra los mensajeros.
En nuestro libro “Mi Vida Son Nuestras Batallas, una historia de las irrestrictas luchas por las libertades de prensa y expresi贸n”, que fue el trabajo recepcional para ingresar como Acad茅mico de N煤mero de la Academia Nacional de Historia y Geograf铆a, ANHG, patrocinada por la Universidad Nacional Aut贸noma de M茅xico, UNAM, desde su primera edici贸n incluye la lista de nuestros v铆ctimas y cuando las terribles circunstancias nos obligan, la actualizamos en un encarte.
Algunos compa帽eros, en momentos dados llevaron a cabo sus propios registros que desde luego revisamos con especial cuidado. El 煤nico que subsiste para incomodidad de autoridades venales y enemigos de las libertades de prensa, es el del gremio organizado.
Este largo proemio es para referirnos a las falsas noticias de que “fue tomada la XEW en forma violenta por Miguel Alem谩n Velasco”. Ninguna necesidad tiene de ello el nuevo socio mayoritario no s贸lo de W, sino de la empresa “Radi贸polis”, constituida por varias radiodifusoras en la ciudad de M茅xico y en otras entidades del pa铆s.
Su coasociada es la espa帽ola PRISA; en cumplimiento de nuestras leyes, ninguna persona moral o f铆sica extranjera pude tener mayor铆a de acciones en empresas constituidas o integradas con entes concesionados, como son las frecuencias de radio y los canales de televisi贸n.
En junta de asociados se tom贸 la decisi贸n de nombrar nuevos directivos. Est谩n en su derecho, pero adem谩s tambi茅n de dictar la pol铆tica editorial de la empresa, por ello recurrimos a dos puntos del famoso Dodec谩logo de Deberes del Periodista de Camilo Jos茅 Cela:
VII. Funcionar acorde con su empresa -quiere decirse con la l铆nea editorial- ya que un diario ha de ser una unidad de conducta y de expresi贸n y no una suma de parcialidades; en el supuesto de que la coincidencia de criterios fuera insalvable, ha de buscar trabajo en otro lugar ya que ni la traici贸n (a s铆 mismo, fingiendo, o a la empresa, mintiendo), ni la conspiraci贸n, ni la sublevaci贸n, ni el golpe de estado son armas admisibles…
VIII. Resistir toda suerte de presiones: morales, sociales, religiosas, pol铆ticas, familiares, econ贸micas, sindicales, etc., incluidas las de la propia empresa. (Este mandamiento debe relacionarse y complementarse con el anterior).
A nosotros nos ha tocado lidiar algunas veces con estas circunstancias: Despu茅s de haber sido el director primigenio de los noticiarios de la televisi贸n, un d铆a me encontr茅 con la novedad de que el mencionado licenciado Miguel Alem谩n Velasco hab铆a sido nombrado director general de esa delicada 谩rea de Telesistema Mexicano, hoy Televisa, nada me quedaba por hacer, la salida fue tersa aunque ah铆 se frustra mi probable carrera en la televisi贸n.
M谩s tarde, no regres茅 a Exc茅lsior cuando los cooperativistas decidieron vender su empresa, fui por varios a帽os articulista de primera plana, no regres茅 ni a cobrar mis emolumentos. En aquel entonces “El Peri贸dico de la Vida Nacional”, de acuerdo a su pol铆tica editorial era o fue un “mosaico de opiniones”.
Carlos Loret de Mola, no ajeno a las especulaciones de que el gobierno federal estaba interviniendo en la pol铆tica editorial de los nuevos due帽os de Radi贸polis, afirm贸 en su noticiario matutino en XEW: “Hay incertidumbre y preocupaci贸n, sin embargo, dijo, los directivos se han comunicado conmigo, para asegurarme que “no est谩 en riesgo la libertad de expresi贸n”.
Ante todo la libertad, as铆 nos cueste en algunas ocasiones la chamba ahora con menos preocupaci贸n porque tenemos a favor “las benditas redes sociales”. Antes un periodista sin medio no era nada, hoy puede seguir en la brega y en la lucha en el periodismo cibern茅tico.