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De refugiado a salvador: la historia de Majed y Joseba

Tras ser reasentado en Espa帽a, Majed, un refugiado sirio, se convirti贸 en amigo y cuidador de Joseba, el carnicero que le dio trabajo.


Por: Rafael J. 脕lvarez, en Bilbao 

En 2019, un grupo de voluntarios en la ciudad de Bilbao, norte de Espa帽a, dio la bienvenida a una familia de refugiados sirios como parte de un programa de patrocinio comunitario. El padre, Majed Arar, carnicero de profesi贸n, encontr贸 trabajo en la carnicer铆a de Joseba Gerrikaetxebarr铆a, un hombre vasco que padec铆a ELA, una enfermedad neurol贸gica rara.

Lo que ocurri贸 despu茅s, es un testamento del poder de la amistad.

Cuando los periodistas de El Mundo supieron sobre estos dos hombres, viajaron a Bilbao y pasaron un d铆a con ellos para conocerles y se encontraron atrapados en una historia mucho m谩s inspiradora y tr谩gica de lo que podr铆an haber imaginado.

As铆 lo cuenta El Mundo que public贸 con el consentimiento de la familia de Joseba el 26 de abril de 2021.

De vuelta del Guggenheim, Joseba tiene la mano cansada de manejar la palanca de la silla de ruedas. Cada bache, cada tir贸n de velocidad, es un golpecito invisible para los humanos erguidos en piernas pero una punzada muda para 茅l, que fue uno de nosotros, los verticales, y ahora vive interrumpido de cuello para abajo. As铆 que a medio camino entre el museo y la carnicer铆a Joseba detiene la silla.

- Majed, ahora ll茅vame t煤.

Y entonces Majed desbloquea los topes de las ruedas y empuja la silla de Joseba mientras los dos se adentran por Bilbao hablando del Athletic...

As铆 de f谩cil.

Joseba Gerrikaetxebarria, 62 a帽os, vasco, ex campe贸n de Euskadi de arrastre de bueyes, antiguo cazador y futbolista, due帽o de una carnicer铆a desde 1981.

Majed Arar, 40 a帽os, sirio, ex jugador de f煤tbol en Hamma, viejo andar铆n matinal cuando su pa铆s era un pa铆s, padre de cinco hijos, carnicero de profesi贸n.

Joseba tiene ELA.

Majed es un refugiado.

As铆 de dif铆cil.

脡sta es la historia de un espa帽ol abocado a cerrar su carnicer铆a y de un sirio huido del odio que la salva.

Majed, un refugiado sirio reasentado en Bilbao, camina por la ciudad con su amigo y empleador Joseba. © El Mundo/Carlos Garc铆a Pozo

脡sta es la historia de un sirio que encuentra acogida y trabajo en Joseba y de un espa帽ol que recibe seguridad y cuidado de Majed.

Esto es un viceversa, un doble refugio, un viaje de dos vueltas. Es la vida inesperada de un nativo y un migrante, un bofet贸n a los prejuicios, la prueba contra la xenofobia.

- Majed es un apoyo de la hostia. Yo me coloco aqu铆 en la trastienda y 茅l atiende la carnicer铆a. Yo le ense帽o a escribir en espa帽ol y 茅l despacha y me cuida, porque soy dependiente al cien por cien. Me da m谩s a m铆 que yo a 茅l. Yo estoy aqu铆 de propina y, despu茅s de mi mujer, me cuida y me da cari帽o.

- Joseba no es mi jefe, ni mi amigo. Es mi hermano. Yo siento la carnicer铆a como m铆a y 茅l est谩 siempre a mi lado. Nos ayuda much铆simo. Aqu铆 no me siento solo.

Joseba y Majed. Cuando Intocable no es una pel铆cula. Este cuento verdadero tiene dos comienzos, uno el del d铆a en que los dos se encontraron y otro el del por qu茅 pudieron encontrarse...

Un momento. Hay que parar el relato. Porque este cuento verdadero tiene un final. Maldito final.

Joseba y Majed nos recibieron el 26 de marzo. Pasamos con ellos un d铆a de an茅cdotas, verdades y emociones mejilla abajo. Joseba estaba algo cansado y le pregunt谩bamos si quer铆a seguir o descansar... Pero 茅l, campe贸n de arrastre, dec铆a que esto merec铆a conocerse, que no hab铆amos venido de Madrid para acabar pronto.

Cuatro d铆as despu茅s, el lunes 30 de marzo, Joseba fue hospitalizado con Covid. Seguimos su evoluci贸n d铆a a d铆a, los dedos cruzados por su mejor铆a. Y decidimos que no publicar铆amos nada hasta que este hombre bueno fuera dado de alta. Pero el virus ten铆a otros planes. El 7 de abril Joseba muri贸.

Si usted est谩 leyendo este reportaje es porque la familia de Joseba ha dado su consentimiento, ese permiso que nos exig铆a la 茅tica. Porque nadie sab铆a que el 26 de marzo a Joseba le quedaban 12 d铆as de vida. Y que 茅stas ser铆an las 煤ltimas fotos y las 煤ltimas palabras compartidas de dos hombres que se hicieron hermanos para demostrar que otro mundo es posible.


“El programa transforma... Son como gotas que calan, porque la sociedad quiere ayudar y no encuentra v铆as para hacerlo”.

Porque Majed Arar y Joseba Gerrikaetxebarria encarnan un experimento colectivo, un proyecto de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) destinado a comprobar si los exiliados de la violencia pueden ser acogidos sin intermediarios por el Primer Mundo en una integraci贸n de barrio, un refugio de piel a piel. Y a saber si ese Primer Mundo recibe algo a cambio, lo que ense帽a la empat铆a, el error moral del racismo, el gozo de la fraternidad, el alivio de ser por lo que eres en vez de por lo que tienes...

La idea: hallar refugiados vulnerables, implicar a gobiernos centrales y locales de pa铆ses receptores y contar con grupos locales y l铆deres vecinales para crear una red de acogida: un piso, un trabajo, un colegio, clases particulares, cuidado de los cr铆os, deporte, cultura...


“El programa transforma: al ciudadano, al refugiado y a las instituciones. Son como gotas que calan, porque la sociedad quiere ayudar y no encuentra v铆as para hacerlo. Y esto es real, se ve”. Habla Mar铆a Zabala, responsable de Acogida, Integraci贸n y Soluciones Duraderas de ACNUR Espa帽a.

Desde 2019, 10 familias sirias viven este ensayo de integraci贸n, cinco en el Pa铆s Vasco y cinco en la Comunidad Valenciana, 53 mujeres, hombres, ni帽as y ni帽os. Y otras dos familias van a empezar en Navarra.

En Euskadi, adem谩s del Gobierno central, ACNUR acord贸 con el gobierno vasco y dos colectivos cristianos: Caritas y la Plataforma de Jesuitas. Cinco grupos de voluntarios acogieron a cinco familias en Arrigorriaga, Portugalete, Andoain, Vitoria y... Bilbao.


Siete personas descienden y posan sus pies en el suelo de Bilbao, quien sabe por entonces si un peque帽o paso para una Familia y un gran salto para la Solidaridad. Son Majed, Khatoun y cinco hijos tan escondidos entre las piernas de sus padres como los nuestros cuando les visita el miedo.

“Nos abrazamos y vimos que era una familia encantadora”. Vicente Villate es clave en esta historia. Con 62 a帽os, es una biograf铆a de lucha por los sin hogar, los toxic贸manos, las v铆ctimas de ETA, los torturados del Estado, los menores sin tutela, los migrantes, los parados, los excluidos...

Majed (en el centro con camiseta azul) y su familia, junto a los voluntarios de C谩ritas Bilbao, incluyendo a Vicente Villate (atr谩s a la izquierda, con camiseta gris y pa帽uelo amarillo). © Cortes铆a de C谩ritas Bilbao

- Le explicamos al barrio que el proyecto de ACNUR es a dos a帽os. Caritas ten铆a una casa que una mujer les hab铆a dejado en testamento y la gente empez贸 a traer camas, mantas, utensilios... Adem谩s, pregunt谩bamos qui茅n pod铆a ayudarles cuando llegaran, y a la vez le dec铆amos a los vecinos que una familia siria ven铆a al barrio. As铆, ya eran conocidos antes de llegar.

脡sta es la familia Arar: Majed 40 a帽os, padre de prole y carnicero. Khatoun, 40 a帽os, madre de prole y posible peluquera. Janoub, 12 a帽os y futura astronauta. Raji, 10 a帽os y autopromesa “del Real Madrid, eh”. Ammar, 5 a帽os. Layeq, 4 a帽os y Hannen, 2,5 a帽os... la vida es un juego.


“Tienen m谩s esperanza que nosotros porque lo han pasado peor”.

Hoy son una familia feliz. Y los vascos que les amasan puentes hablan de un tr谩nsito de ida para los Arar y de vuelta para nosotros. “La burocracia es un muro. Y ellos nos ense帽an la grandeza de vivir con lo justo y que la alegr铆a en s铆 es un valor” (Marian). “Nos ayudan a relativizar” (Ana). “Son una pi帽a, otro estilo frente al individualismo” (Carmen). “Esto es una terapia contra el racismo” (Joxin). “La Ley de Extranjer铆a impide a los sirios su regularizaci贸n. El Patrocinio es fant谩stico, pero ¿y cuando acabe? Estamos luchando por el Ingreso M铆nimo Vital. El Patrocino y las ayudas tienen que seguir con m谩s familias” (Vicente). “Tienen m谩s esperanza que nosotros porque lo han pasado peor” (Laura).

Cuando la familia Arar lleg贸 a Bilbao, los voluntarios fueron un comando de acogida con onda expansiva. Carmen, Joxin y Olatz les ense帽aban castellano y euskera, Vicente iba al hospital con Khatoun y el beb茅, Naia les ayudaba con la contabilidad casera, otros hac铆an recados, librer铆as daban material escolar, una mercer铆a regalaba calcetines o ropa interior, farmacias ced铆an productos y varias personas pusieron dinero. Una ikastola cristiana matricul贸 gratis a los ni帽os, el gobierno vasco prometi贸 la Renta General de Ingresos y el comando inscribi贸 a Majed en un curso de cocina.

Y lleg贸 la pandemia.

Majed era un buen carnicero que tambi茅n hab铆a sido matarife en mataderos de Siria y Jordania. Un d铆a, Vicente se cruz贸 con su amigo Joseba, que ten铆a una carnicer铆a en el barrio.

Carnicer铆a... Barrio... Joseba... Majed...

Majed y Joseba delante del Museo Guggenheim, en Bilbao. © El Mundo/Carlos Garc铆a Pozo

Aqu铆 est谩 el otro comienzo de esta historia.

Estamos en la Carnicer铆a Joseba, un sitio apetecible. Al otro lado del expositor hay una rebotica con mesas para despiece, una cocina, una c谩mara frigor铆fica y una pared con fotos de una vida.

Joseba divisa el mostrador y Majed filetea un lomo bajo, prote铆nas de reportaje.

- A comer, eh. Que luego ten茅is mucho hasta Madrid.

A sus 贸rdenes, amigo Joseba.

Joseba Gerrikaetxaberria iba un d铆a por el monte con la escopeta cuando sinti贸 flojear las piernas. Los d铆as, las semanas, los meses y los a帽os fueron degener谩ndole la libertad para moverse y le trajeron un diagn贸stico de may煤sculas feas: ELA.

Pero, en este 26 de marzo de 2021, la cabeza y la voz de Joseba siguen libres.

“El carnicero que ten铆a me anunci贸 que se iba. Yo ya no pod铆a atender y ten铆a que cerrar. Pero Vicente me habl贸 de Majed y le hice una prueba. Ya cuando le vi afilar el cuchillo supe que val铆a. Me dijo que le daba miedo el idioma. Le dije: ‘Tranquilo, con la gente ya hablo yo. T煤 corta y sirve la carne’. Al d铆a siguiente a las nueve estaba aqu铆 como un clavo”.

Tras verlo trabajar y conocerlo, Joseba convirti贸 el contrato de tres meses de Majed en indefinido. Hoy Majed abre y cierra la carnicer铆a, prepara los pedidos, despacha con los clientes y afila una hermandad con Joseba.

- Joseba, ¿qu茅 es Majed para ti?

- Una ayuda total. 脡l mantiene el negocio y est谩 a mi lado. La carnicer铆a es una fuga, un relajo, una terapia para m铆. Si no fuera por 茅l, yo no tendr铆a nada de esto. Es el mejor chico que he tenido en 40 a帽os. Enseguida le cal茅, vi que era un t铆o guay. Un d铆a vio en la calle una cartera con dinero y fue a la comisar铆a a devolverla. A los dos d铆as la Polic铆a le llam贸 porque el due帽o de la cartera quer铆a darle algo de dinero, pero Majed no lo acept贸.

- ¿Y en lo personal?

- Buff... Es mi amigo. Yo soy dependiente al cien por cien y 茅l est谩 en todo. Me da de comer si comemos los dos en la carnicer铆a, me coloca la mascarilla, me ayuda con el m贸vil, todos los d铆as sale a recibirme y a despedirse, se ocupa de mi salud. Me ayuda en todo. Es mi cuidador...


“Es mi hermano. Aqu铆 nunca estoy solo”.

Y entonces se emociona.

Y recordamos aquel d铆a en que el curtido Joseba tuvo un pellizco de alma.

- ¿C贸mo fue lo del abrazo?

- Ah, s铆... Un d铆a Majed me pregunt贸 qu茅 me hab铆a pasado. Se lo cont茅, se agach贸 a abrazarme y me dio dos besos. Y ah铆 nos ves a los dos, llorando...

Majed nos oye y sigue cortando carne, d谩ndole un fuego con un toque de sal y acerc谩ndole un tenedor y un trago de txakoli a Joseba.

Majed ayuda a comer a Joseba en la trastienda de su carnicer铆a. © El Mundo/Carlos Garc铆a Pozo

Majed Arar corr铆a 10 kil贸metros diarios y llevaba una carnicer铆a en Siria cuando conoci贸 a Khatoun. Se casaron y tuvieron dos hijos, pero el yihadismo y la guerra los expulsaron. Llegaron a Jordania y all铆 inventaron otra vida y otros tres hijos. Pero la religi贸n los convirti贸 en carne de peligro.

Carne otra vez.

- Majed, ¿qu茅 es Joseba para ti?

- Es mi hermano. Aqu铆 nunca estoy solo. Joseba me ayuda en todo. Me ense帽a a escribir y a leer. Me cuenta cosas y yo aprendo. Y es del Athletic, como yo.

- ¿Qu茅 encontrais aqu铆?

- Somos cristianos, vamos a la iglesia s谩bados y domingos. Nos gusta la gente de Bilbao, queremos quedarnos para siempre. Los ni帽os hacen videollamadas a la familia en Siria y hablan en euskera, ja, ja... Para ellos, todo es Bilbao. Para saber d贸nde est谩 Siria preguntan si est谩 cerca o lejos de Bilbao.


“Les digo a mis hijos que no tengan miedo”.

Con Majed todo parece f谩cil. La carne y el esp铆ritu.

Y aunque no habla del pasado, apunta el horror...

-Les digo a mis hijos que en Espa帽a la Polic铆a trata mejor a la gente. Y que si ven a hombres con barba grande y negra no tengan miedo. All铆 los ve铆amos con barba y metralletas... Mucho miedo.

Salimos a hacer fotos por el Gughenheim. Hablamos de f煤tbol, de pol铆tica... Y, sin sospechas, de la pandemia.

Majed, un refugiado sirio reasentado en Bilbao, pasea con su amigo y empleador Joseba cerca de la estaci贸n del funicular. © El Mundo/Carlos Garc铆a Pozo

Elisa, la mujer de Joseba, ya ha llegado a la carnicer铆a con el coche adaptado. Reaparecemos en el barrio con Majed empujando la silla. Con destreza, Joseba la coloca en la rampa del furg贸n. Elisa comanda la operaci贸n. Y antes de cerrar la portezuela, Majed se acerca a Joseba, que le susurra algo. Y los dos r铆en.

El doble refugio de Joseba y Majed.

Doce d铆as despu茅s, Joseba estar谩 muerto y Majed s贸lo sabr谩 repetir “mi hermano, mi hermano”.

Bilbao, 8 de abril de 2021.

El tanatorio es una mascarilla multiplicada en lutos. D铆as despu茅s, en el funeral del 12 de abril, Vicente emocionar谩 a todos: “Joseba no imaginaba lo que supon铆a la ayuda laboral a Majed. No s贸lo abr铆a camino a ellos, sino que muchas personas que acogen a migrantes ver铆an su trabajo esperanzado. Ni 茅l pod铆a ver la trascendencia de su gesto. Gracias a Dios por habernos presentado a Joseba. Joseba, gracias por la oportunidad que nos diste”.

Y ahora, en el tanatorio, Vicente y los voluntarios hacen pi帽a con la familia de Joseba. Elisa no ha venido porque es positiva en Covid, pero Aratz es aqu铆 un hijo amable y entero. Khatoun y Majed llevan 24 horas de muerte desconcertante, pand茅micamente personal.

- El cuerpo de Joseba ya no est谩, pero 茅l nos cuida desde el cielo. Mi hermano, mi hermano...

Bilbao, 21 de abril de 2021.

Majed sigue abriendo la carnicer铆a, cortando lomo bajo y chapurreando espa帽ol y euskera con un barrio atribulado. Vicente va por las ma帽anas a verlo y el otro d铆a le llev贸 un caf茅. Cuando en el bar supieron que era para Majed no se lo cobraron.

- ¿Qu茅 pasar谩 con Majed?

- Depender谩 de la familia. Yo recuerdo lo que Joseba me dec铆a: ‘Villate, mi ilusi贸n en el negocio es sacar un sueldo para la familia Arar’.

Joseba en paz.

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