“Antes de que fueras mi amada hab铆a m谩s calendarios para contar el tiempo: los hind煤es, los chinos, los persas y los egipcios ten铆an sus calendarios. Despu茅s de ser mi amada, la gente comenz贸 a decir: el a帽o mil antes de sus ojos y el siglo d茅cimo despu茅s de sus ojos.” Nizar Qabbani
Damasco, 30 abr (SANA) Ninguna figura siria ni 谩rabe de la era moderna simboliza al «hombre que llen贸 el mundo y mantuvo ocupada a la gente» m谩s que el difunto gran poeta Nizar Qabbani, ya que las tormentas de cr铆tica dirigidas a 茅l en vida y post mortem, y el gran inter茅s de la gente por sus poemas lo hicieron merecedor de este homenaje.
Uno de los grandes profesores de Lengua 脕rabe, el Dr. Saeed al-Afghani, dijo refiri茅ndose al gran poeta: «Si un papelito de Nizar Qabbani cayera en un autob煤s, lo agarrar铆a el primer pasajero para llevarlo a su casa», porque su poes铆a era tan peculiar que ning煤n poeta 谩rabe pudo igualarlo.
Su suavidad y fluidez lo colocaron en la cima de los poetas cantados ya que grandes cantantes 谩rabes le dedicaron unos 77 poemas.
La biograf铆a del poeta Qabbani fue narrada por 茅l mismo con su rico y cautivador lenguaje: En su libro «Mi historia con la poes铆a» afirma: «El d铆a que nac铆, el 21 de marzo de 1923, en una antigua casa de Damasco, la tierra tambi茅n estaba en estado de nacimiento y la primavera se preparaba para abrir sus brotes verdes».
Nizar estudi贸 en el Colegio Cient铆fico Nacional hasta el bachillerato, lo que desempe帽贸 un papel clave en su formaci贸n cultural, pues all铆 ley贸 poes铆a 谩rabe francesa y fue influido por su maestro, el gran poeta Khalil Mardam Bek, autor del Himno Nacional de Siria «Los guardianes de la patria», a quien le debe ese caldo po茅tico de alta gama que se encuentra en su subconsciente y que fue quien sembr贸 la flor de la poes铆a bajo su piel.
En la Universidad de Damasco, complet贸 sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho y se gradu贸 en 1945, pero no ejerci贸 la abogac铆a y no se hizo cargo de un solo caso legal; el 煤nico caso por el que abog贸 fue la belleza, y el 煤nico inocente al que defendi贸 fue la poes铆a”.
«Me dijo la morena» fue el primer poemario de Nizar; se public贸 en 1944 y recibi贸 muchas cr铆ticas, pero esto no lo disuadi贸 de navegar contra la corriente.
Nizar trabaj贸 en el cuerpo diplom谩tico desde 1945 y fue nombrado asesor en la Embajada siria en El Cairo en 1945; durante su estancia en Egipto hizo amistades con grandes escritores y artistas, y all铆 public贸 su segundo libro de poemas «Infancia de un seno» en 1948.
Durante su carrera diplom谩tica en 1966 en las embajadas sirias, Nizar recorri贸 las capitales del mundo de Asia, 脕frica y Europa.
«Con cada paso que iba dando, mi coraz贸n crec铆a, mis ojos se expand铆an, mi esp铆ritu se llenaba y el beduino que llevaba adentro se iba enterneciendo, sanando y modernizando», dijo Nizar sobre sus continuos viajes diplom谩ticos que tuvieron un impacto en el desarrollo de su talento intelectual y po茅tico.
Nizar opt贸 por dedicarse a su poes铆a, present贸 una renuncia a su carrera diplom谩tica en 1966 y m谩s tarde, fund贸 una editorial con su nombre en Beirut y comenz贸 a publicar sus colecciones de poes铆a.
Seg煤n el libro «Mujeres en la poes铆a de Nizar Qabbani», de un investigador tunecino, Nizar public贸 36 colecciones, adem谩s de 12 libros en prosa, que algunos cr铆ticos ponen a la altura de sus poemas, en particular su libro «Palabras que no conocen la ira», as铆 como una obra dram谩tica en verso.
Nizar vivi贸 el 煤ltimo cuarto de su vida en la ciudad de Londres, pero continu贸 visitando Damasco y permaneci贸 organizando all铆 veladas literarias y escribiendo poemas para Damasco, que era el amor de su vida.
«Damasco me concede un honor»; as铆 dijo Nizar cuando el l铆der fundador Hafez al-Assad decret贸 ponerle el nombre del gran poeta a una calle de la capital siria.
Antes de su partida f铆sica, Nizar escribi贸 su poema «Los claudicados», en el que criticaba la normalizaci贸n con el enemigo israel铆, y tambi茅n escribi贸 «Cu谩ndo declaran la muerte de los 谩rabes», donde critica amargamente la realidad 谩rabe.
El 30 de abril de 1998, el coraz贸n de Nizar dej贸 de latir; en su testamento pidi贸 ser enterrado en Damasco porque, como 茅l dijo, «Damasco es el 煤tero que me ense帽贸 la poes铆a, la creatividad y el alfabeto del jazm铆n».
Nadie ha le铆do mi taza Sin que sepa que eres mi amada Nadie ha estudiado las rayas de mi mano Sin que descubra las cuatro letras de tu nombre Todo se puede negar Salvo el olor de la mujer amada Todo se puede disimular Salvo los pasos de la mujer que se mueve dentro de nosotros Todo se puede discutir
Salvo tu feminidad