3.300 millones de personas pagan m谩s deuda que lo que reciben en salud
Sergio Ferrari
La deuda del Sur Global en permanente incremento, condena a millones de seres humanos a no estudiar, comer poco o nada y carecer de asistencia sanitaria.
En los 煤ltimos seis a帽os, casi el 70% de los pa铆ses que las instituciones internacionales definen como “en desarrollo”, enfrentaron problemas de sostenibilidad para cumplir con sus obligaciones internacionales. Solo en 2023, esas naciones se vieron obligados a destinar una media del 16% de los ingresos por exportaciones para pagar el servicio de la deuda (https://news.un.org/es/story/
Contra el bienestar del Sur Global
Seg煤n la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), principal organismo de la ONU en la materia, aunque la deuda p煤blica “es una herramienta fundamental para el desarrollo”, el aumento del costo de sus intereses ejerce presi贸n sobre los presupuestos gubernamentales y les deja poco margen para inversiones esenciales. En la actualidad, sostiene la UNCTAD, muchos pa铆ses del Sur Global “se est谩n hundiendo en una crisis de desarrollo” resultante de la deuda. 脡sta alcanz贸 en 2023 la cifra r茅cord de 11,4 billones de d贸lares (1 bill贸n = 1.000 millones), monto que representa el 99% de los ingresos obtenidos por sus exportaciones. La tendencia se presenta como imparable: la deuda se quintuplic贸 en menos de 20 a帽os, pasando de 2,6 billones de d贸lares en 2004 a 11,4 billones, hace dos a帽os.
Las consecuencias de este flagelo condicionan la cotidianeidad social planetaria. Unos 3.300 millones de personas -sobre una poblaci贸n mundial actual de 8.200 millones- viven en pa铆ses que gastan m谩s para pagar sus deudas que en salud, educaci贸n o en inversiones para enfrentar el calentamiento global y la crisis clim谩tica (https://unctad.org/es/news/
Esta problem谩tica vuelve a acaparar la atenci贸n de los organismos internacionales entre marzo y junio. Del 17 al 19 de marzo se realiz贸 en la sede onusiana de Ginebra, Suiza, la 14陋 Conferencia Internacional sobre Gesti贸n de la Deuda. Fue convocada en la perspectiva de constituir una “plataforma para debatir y compartir experiencias” sobre los avances y retos cr铆ticos a los que se enfrentan los pa铆ses en desarrollo para gestionar su deuda p煤blica en el actual contexto econ贸mico mundial. Es decir, para “abordar uno de los mayores retos econ贸micos de nuestro tiempo: c贸mo gestionar la deuda p煤blica sin frenar el desarrollo”. Tras ese evento ginebrino, el Grupo Consultivo del Sistema de Gesti贸n y An谩lisis de la Deuda (SIGADE) tiene previsto “establecer prioridades estrat茅gicas para la gesti贸n de la deuda en todo el mundo”.
Todo esto, en la perspectiva de la Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiaci贸n para el Desarrollo (FfD4), que se realizar谩 entre el 30 de junio al 3 de julio pr贸ximos en Sevilla, Espa帽a. Ese evento con el objetivo de “acelerar la implementaci贸n de la Agenda 2030 [evaluar el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible a nivel de deuda] y avanzar en la reforma de la arquitectura financiera internacional.
Seg煤n voces cr铆ticas internacionales, como por ejemplo el Comit茅 para la Abolici贸n de las Deudas Ileg铆timas (CADTM), con sede en Bruselas, B茅lgica, sigue siendo fundamental conseguir la anulaci贸n inmediata e incondicional de la deuda p煤blica del Sur. Por su parte, los principales movimientos sociales a escala mundial, como La V铆a Campesina, incluyen tambi茅n esta reivindicaci贸n entre sus principios fundamentales y defienden como esenciales el derecho a la alimentaci贸n y a la soberan铆a alimentaria.
Mecanismo de dominaci贸n
En un reciente an谩lisis publicado por el CADTM, el especialista Maxime Perriot sostiene que “tras la descolonizaci贸n, la deuda ha mantenido el yugo colonial de las potencias imperialistas en el Sur Global”. En su afinado texto compara la anterior crisis de la deuda con la actual y afirma que “cuando se produjo la crisis de la deuda de la d茅cada de 1980, los Estados sobreendeudados recurrieron al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial quienes, a cambio de sus pr茅stamos, impusieron pol铆ticas de apertura de las econom铆as, privatizaciones, reducci贸n del gasto social”. Oficialmente, esas instituciones les pidieron que redujeran sus gastos para desendeudarse. Sin embargo, extraoficialmente, seg煤n Perriot, “el objetivo era pol铆tico: reembolsar a los acreedores privados e integrar el mayor n煤mero posible de pa铆ses en la globalizaci贸n capitalista, en beneficio de las clases dominantes del Norte”. Y constata que “cuarenta a帽os despu茅s, vivimos una situaci贸n similar”.
El an谩lisis sostiene que, en el a帽o 2023, los Estados y los actores privados del Sur global (excluyendo China) pagaron m谩s de 971 mil millones de d贸lares a acreedores extranjeros. Y coincide con las instituciones onusianas en que el servicio de la deuda p煤blica supera a menudo el importe de los presupuestos de educaci贸n o salud. Por ejemplo, ese a帽o, el servicio de la deuda p煤blica de Kenia fue 5 veces m谩s alto que el presupuesto de salud en tanto que el de T煤nez fue 4 veces mayor.
Perriot introduce diversos elementos anal铆ticos de importancia. El peso de la deuda p煤blica del Sur Global es enorme y conlleva consecuencias desastrosas de reembolso y de condicionalidades que imponen los organismos financieros internacionales. Si se excluye China, ese tipo de deuda supera los 3.800 billones de d贸lares. Sin embargo, aclara, la deuda p煤blica externa total de 130 pa铆ses del Sur global equivale solo al 10% de la deuda p煤blica de los Estados Unidos. Lo que contrarresta y desarma una argumentaci贸n absolutamente falsa desplegada sistem谩ticamente desde el Norte que afirma que la cancelaci贸n de la deuda de los pa铆ses del Sur llevar铆a a la quiebra de la econom铆a mundial.
Por otra parte, el sector privado de los pa铆ses del Sur, y en particular las empresas, tambi茅n se endeudan considerablemente con acreedores externos. Dicho sector representa una parte muy importante de la deuda externa global de los denominados pa铆ses en desarrollo. Perriot concluye que, desde los a帽os 80 se ha ido dando un aumento r谩pido y constante de la deuda privada y p煤blica del Sur global. Dicho incremento hace que estos pa铆ses y sus empresas sean vulnerables a los movimientos de capitales siempre muy vol谩tiles y a las condicionalidades exigidas por los prestamistas p煤blicos en tiempos de crisis, especialmente definidas por el Fondo Monetario Internacional ( https://www.cadtm.org/
Deuda = hambre
Ante la crisis mundial de la deuda, la elevada inflaci贸n y el aumento constante de los precios de los alimentos, muchos pa铆ses se enfrentan a la “imposible disyuntiva” de pagar la deuda o asegurar una correcta nutrici贸n de su poblaci贸n. A la base de tal afirmaci贸n se encuentra Michael Fakhri, Relator especial de las Naciones Unidas para el Derechos a la Alimentaci贸n, en un di谩logo interactivo en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra del pasado 11 de marzo. Fakhri explic贸 que el uso de fondos p煤blicos para garantizar que la poblaci贸n tenga acceso a una alimentaci贸n adecuada puede hacer que un gobierno se atrase en el pago de su deuda y se agraven con ello los choques financieros. En cambio, si opta por pagar la deuda, se genera m谩s hambre y malnutrici贸n.
“Esto quiere decir que el actual sistema internacional de financiamiento obstaculiza de manera inequ铆voca la capacidad de los gobiernos para cumplir sus obligaciones con respecto al derecho a la alimentaci贸n”, argumentaba Fakhri en su 煤ltimo informe dirigido al 58 periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos (https://docs.un.org/es/A/
El informe del experto de las Naciones Unidas dedica todo un apartado a esta problem谩tica. Afirma que “la deuda limita la capacidad de los Gobiernos para hacer efectivo el derecho a la alimentaci贸n” y recuerda que, para hacer frente a la crisis financiera de 2008, casi todos los pa铆ses pidieron pr茅stamos a instituciones financieras internacionales e inversores privados a fin de apoyar a las empresas afectadas. La hip贸tesis era que los ingresos tributarios generados por la recuperaci贸n y la expansi贸n econ贸micas permitir铆an reembolsar esos pr茅stamos. A partir de 2020, la pandemia de COVID-19 y sus devastadoras consecuencias econ贸micas, unidas a la elevada demanda de gasto p煤blico, empujaron una vez m谩s a gobiernos de todo el mundo a pedir prestado con tipos de inter茅s sin precedentes, con lo que la deuda soberana alcanz贸 niveles in茅ditos.
Para hacer frente al pago de los pr茅stamos, muchos Gobiernos han tenido que recortar dr谩sticamente el gasto p煤blico, incluso en servicios sociales cr铆ticos que son vitales para garantizar el acceso a una alimentaci贸n adecuada a los segmentos m谩s pobres de la sociedad. Al mismo tiempo, la inflaci贸n ha aumentado significativamente el costo de los alimentos, haci茅ndolos menos asequibles para los hogares con bajos ingresos y empuj贸 a m谩s personas a caer en situaci贸n de hambre. Para importar la misma cantidad de alimentos los pa铆ses est谩n gastando mucho m谩s, lo que afecta sobre todo a los de ingreso bajo.
Fakhri concluye que los sistemas alimentarios contempor谩neos (es decir el actual modelo dominante de producci贸n y distribuci贸n) contribuyen al incremento de la deuda. Se帽ala cuatro factores que caracterizan a la interacci贸n de los sistemas alimentarios con las finanzas p煤blicas.
En primer lugar, la creciente dependencia de los bancos y los operadores con respecto al d贸lar. Por tal motivo, las naciones dependientes del comercio son vulnerables ante la econom铆a pol铆tica de los Estados Unidos. Impulsa a que muchos pa铆ses en desarrollo dise帽en sistemas alimentarios especializados en cultivos comerciales con fines de exportaci贸n para obtener divisas, por lo general en detrimento de los cultivos alimentarios diversificados que consum铆an tradicionalmente las poblaciones locales.
En segundo lugar, el impacto de los flujos financieros extractivos. Durante decenios, los Gobiernos han desinvertido en agricultura y gasto social, permitiendo que los sistemas de producci贸n de alimentos queden en manos de grandes empresas y de instituciones financieras. Como resultado se da la limitaci贸n de la capacidad de los Estados y la transferencia de riqueza y recursos de las comunidades rurales a los sectores empresarial y financiero, as铆 como de los pa铆ses de ingreso bajo hacia naciones de ingreso alto. Estos flujos est谩n impulsados por modelos insostenibles de financiaci贸n del desarrollo, como son los programas de ajuste estructural, las alianzas p煤blico-privadas y la inversi贸n extranjera. Modelos que priorizan el crecimiento promovido por las exportaciones y los intereses corporativos, que se imponen por encima de las necesidades locales. Adicionalmente, la evasi贸n fiscal, la fuga de capitales y el servicio de la deuda agravan las tensiones fiscales, especialmente en los pa铆ses de ingreso bajo, dej谩ndolos sin capacidad para invertir en servicios sociales esenciales y en medidas para hacer frente a la malnutrici贸n y el hambre.
Un tercer elemento de la relaci贸n entre los sistemas alimentarios mundiales que afectan a la deuda soberana est谩 relacionado a los llamados ciclos de auge y ca铆da. Cuando suben los precios de los alimentos, las multinacionales utilizan su poder adquisitivo y su dominio de las cadenas de suministro para captar todas las ganancias, dejando muy poco margen a las peque帽as y medianas empresas o a los agricultores. Por ejemplo, entre 2020 y 2022, las grandes corporaciones de fertilizantes y cereales obtuvieron enormes beneficios a expensas de los agricultores y los gobiernos del Sur Global.
Por 煤ltimo, el impacto del cambio clim谩tico que incrementa los costos por pr茅stamos para los pa铆ses de ingreso bajo. Resultado directo de que las instituciones financieras y los prestamistas privados penalizan a las naciones vulnerables al clima con tipos de inter茅s m谩s altos, lo que conduce a un mayor endeudamiento y a una menor capacidad de inversi贸n para el sector social y para combatir el hambre y la pobreza.
Deuda externa y padecimientos sociales, un binomio de consecuencias dram谩ticas. Crisis de la deuda y hambre multiplicado, consecuencias directas de ese binomio que se expresa en rostros humanos con cicatrices inhumanas.