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El 'ángel de la muerte': Argentina desclasifica documentos del paso del asesino nazi por el país

Josef Mengele, médico nazi de cuyo fallecimiento se cumplen 45 años, fue uno de los personajes más siniestros y de más triste fama del Holocausto. Sus inhumanos experimentos con prisioneros judíos y romaníes del campo de concentración de Auschwitz le ganaron el sobrenombre de "el ángel de la muerte”.

Josef Mengele, oficial médico del campo de Auschwitz

El Archivo General de la Nación (AGN) ha puesto a disposición una serie de documentos desclasificados que incluyen información sobre operaciones nazis en Argentina, así como decretos presidenciales secretos y reservados, ahora a libre disponibilidad de la ciudadanía. Uno de los documentos más destacados contiene archivos reservados y confidenciales que retratan el paso por el país de Josef Mengele. 

Josef Mengele, en el centro, provocó el terror en millones de personaes. (Foto: Archivo histórico de Auschwitz)



En el archivo figuran los días en la argentina de los nazis Erich Priebke y Josef Mengele, los secretos de la presidencia de María Estela Martínez de Perón y la orden de liberación del expresidente Carlos Saúl Menem en la última dictadura.

“Los documentos sobre actividades nazis en nuestro país consisten en alrededor de 1850 piezas documentales, corpus que el Estado argentino entregó en copias al Centro Simón Wiesenthal, que actualmente se encuentra investigando las vinculaciones del banco Credit Suisse el nazismo”, indicaron desde el Gobierno. 

Sobre Mengele, aparece el prontuario de él que realizó la Policía Federal Argentina, fotografías e informes de inteligencia. Sobre Priebke, hay documentos como el decreto de extradición por su participación en el fusilamiento de 335 personas en Roma.

Tras huir de Europa, el médico criminal vivió varios años en Argentina y pasó casi desapercibido con otra identidad. La ciencia que él traicionó con sus experimentos genocidas fue, al final, la que lo desenmascaró.

Con la Alemania nazi en ruinas y los Aliados acercándose, Mengele abandonó Auschwitz en enero de 1945. Gracias a las famosas rutas de escape (“ratlines”), el genocida logró huir hacia el oeste, primero a Gross-Rosen, luego a través de Austria e Italia, hasta llegar al puerto de Génova. Desde allí cruzó el océano con un pasaporte falso de la Cruz Roja, bajo el nombre de Helmut Gregor.

En julio de 1949 ya estaba instalado en Buenos Aires. Vivía en una pensión en Vicente López, presentándose como carpintero y comerciante agrícola.

Algunos testigos lo vinculan con encuentros cercanos a la residencia de Juan Domingo Perón. Argentina, en esos años, fue uno de los destinos más buscados por jerarcas nazis gracias a una política de fronteras abiertas y cierta simpatía por la “neutralidad” en la Segunda Guerra Mundial.

Pero en 1959, cuando la presión internacional creció con el juicio a Adolf Eichmann (1906-1962) en el horizonte, Mengele sintió que el cerco se cerraba. Huyó a Paraguay, y al año siguiente cruzó clandestinamente hacia Brasil.

Pese a las numerosas solicitudes de extradición del gobierno de la Alemania Occidental y de las operaciones del Mosad, el nazi logró evadir la captura.

En la frontera entre Argentina y Brasil, en una pequeña localidad agrícola llamada Cândido Godói, comenzó a tejerse uno de los mitos más inquietantes de la posguerra.

Durante décadas, el pueblo registró un número inusualmente alto de nacimientos de gemelos. Algunos lugareños señalaron a Mengele como el responsable: afirmaban que había retomado sus experimentos clandestinos en la zona. Un 35% de los nacidos entre 1959 y 2014 fueron gemelos.

Aunque nunca se confirmó científicamente esa conexión, el mito alimentó la idea de un Mengele activo, oculto pero obsesionado hasta el final con su viejo delirio genético. Mientras tanto, vivía bajo identidades falsas en zonas rurales, cada vez más debilitado, pero siempre impune.

El 7 de febrero de 1979, mientras nadaba en la costa paulista de Bertioga, Mengele sufrió un derrame cerebral. Murió en el acto. Tenía 67 años, aunque su documento –emitido con el nombre de Wolfgang Gerhard, un conocido suyo ya fallecido– indicaba 54.

Exhumación del cadáver de Josef Mengele en Brasil, allá por la década de 1980


Durante años, circularon rumores. Pero recién en 1985 una carta interceptada por la policía alemana reveló la verdad. En ella, un matrimonio austríaco, el de Wolfram y Liselotte Bossert, que lo había protegido en Brasil hablaba sin rodeos sobre la muerte de Mengele.

Los Bossert, una vez detenidos, señalaron el lugar exacto donde se encontraba enterrado el cadáver. Era la misma fosa del tal Wolfgang Gerhard, en el cementerio de Embu das Artes, a pocos kilómetros de São Paulo.


El 'ángel de la muerte' en la calle de al lado: el paso de Josef Mengele por Argentina

La agencia rusa de noticias RT recuerda con Lea Zajac, la mujer que sobrevivió a Auschwitz,  el destino de uno de los nazis más buscados del planeta.

Con la pista confirmada, la policía brasileña inició una investigación formal. La tumba fue abierta el 6 de junio de 1985. Dentro del ataúd, el esqueleto de “Wolfgang Gerhard” fue trasladado al Instituto Médico Legal de São Paulo.

Allí comenzó un operativo científico internacional sin precedentes. Participaron expertos de Alemania, Estados Unidos y Argentina, encabezados por el legendario antropólogo forense Clyde Snow, que había sido clave en la identificación de víctimas de la dictadura cívico-militar argentina entre 1976 y 1983 a través de la fundación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Su objetivo no era sólo identificar los restos, sino probar, con el mayor rigor posible, que Mengele ya no estaba entre los vivos.

Con la pista confirmada, la policía brasileña inició una investigación formal. La tumba fue abierta el 6 de junio de 1985. Dentro del ataúd, el esqueleto de “Wolfgang Gerhard” fue trasladado al Instituto Médico Legal de São Paulo.

Allí comenzó un operativo científico internacional sin precedentes. Participaron expertos de Alemania, Estados Unidos y Argentina, encabezados por el legendario antropólogo forense Clyde Snow, que había sido clave en la identificación de víctimas de la dictadura cívico-militar argentina entre 1976 y 1983 a través de la fundación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Su objetivo no era sólo identificar los restos, sino probar, con el mayor rigor posible, que Mengele ya no estaba entre los vivos.

 

Lea Zajac,  el número 33.502 tatuado en su brazo

A sus 98 años, Lea Zajac sigue llevando el número tatuado en la piel. Ese mismo tatuaje la condenó —y, paradójicamente, la salvó— en Auschwitz-Birkenau

"El doctor Mengele tuvo con sus dedos de araña venenosa este brazo, dictándole a la secretaria el número para ir a la cámara de gas", recuerda, mientras se palpa la marca azulada. Tenía 18 años cuando, el 27 de enero de 1945, el Ejército Rojo liberó el campo. Ocho décadas más tarde, su voz todavía tiembla.

Argentina desclasifica documentos sobre operaciones de jerarcas nazis en el país

La noche anterior a su traslado definitivo a las cámaras, una compañera enferma murió en la barraca. Alguien —nunca supo quién— cambió el número del cadáver por el suyo. "A la madrugada siguiente venía el camión a buscar las candidatas para la cámara de gas, muertas o vivas, era igual, eran para el mismo fin. De manera que se fue en mi nombre, se fue ella y yo quedé otra vez viva", relata. Aquella alteración fortuita escribió el resto de su vida.

Un grupo de menores supervivientes detrás de una alambrada en el campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, el día de la liberación del campo por el Ejército Rojo, el 27 de enero de 1945. Alexander Vorontsov / Gettyimages.ru

Refugio en el Río de la Plata

Como miles de sobrevivientes judíos, Lea eligió comenzar de nuevo en la Argentina. Pero el país que le abrió las puertas también recibió a algunos de sus verdugos. Entre ellos, el médico que la había condenado.

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Josef Mengele llegó a Buenos Aires en 1949 con un pasaporte de la Cruz Roja a nombre de "Helmut Gregor". Al principio malvivió en pensiones porteñas y hoteles para inmigrantes, hasta recalar en Olivos, un suburbio arbolado al norte de la capital. Allí, "techos a dos aguas, jardines, se escuchan pajaritos, vuelan mariposas, es todo paradisiaco", describe la periodista y escritora Miriam Lewin durante un recorrido por la zona. En esa misma casona, según testimonios, realizaba abortos clandestinos y pequeñas intervenciones quirúrgicas para sostenerse.

Con el envío constante de remesas y maquinaria agrícola que su familia le despachaba desde Alemania —más una sociedad con médicos locales en un laboratorio—, Mengele prosperó. El dinero le permitió mudarse a una residencia todavía más ostentosa en Vicente López y, en 1958, casarse en Colonia del Sacramento (Uruguay) con Martha Mengele, viuda de su hermano.

Wolfgang Gerhard, supuestamente Josef Mengele, aparece (en el centro, en el borde de la mesa) sentado con amigos durante la década de 1970. Bettmann / Gettyimages.ru

Vecindad siniestra

En aquellas mismas cuadras residía otro protagonista de la Solución Final: Adolf Eichmann, el "arquitecto del Holocausto".

Adolf Eichmann (1906 - 1962), líder de las SS y criminal de guerra germano-austriaco, con su uniforme de teniente coronel de las SS, hacia 1942. Fine Art Images / Gettyimages.ru

Oculto bajo la identidad de Ricardo Klement, Eichmann llevaba una vida casi anodina, pero sus cuatro hijos conservaban el apellido real. "Decían que convivían aquí con su tío —cuenta Lewin—; eso llamaba la atención". Una adolescente, hija de un sobreviviente, lo reconoció. La pista llegó al Mossad. En mayo de 1960, agentes israelíes lo secuestraron y lo trasladaron a Jerusalén, donde fue juzgado y ejecutado.

Adolf Eichmann, acusado de asesinato en masa nazi, permanece en su jaula de cristal a prueba de balas para escuchar cómo el Tribunal Supremo de Israel rechaza por unanimidad un recurso contra su condena a muerte, el 29 de mayo de 1962, Jerusalén, Israel. Bettmann / Gettyimages.ru

¿Por qué no corrió Mengele la misma suerte? Entre los investigadores prevalece la hipótesis de que, con la captura de Eichmann, Israel consideró suficiente el golpe simbólico al nazismo. Para entonces, explican, la prioridad estratégica pasaba a ser la Guerra Fría y la creciente "amenaza soviética". Mengele alcanzó a escapar primero a Paraguay y luego a Brasil, donde murió ahogado en 1979 sin haberse enfrentado jamás a la justicia.

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Memoria que camina

Caminar hoy por estas calles es viajar al pasado y repasar una historia para muchos desconocida. Hay vecinos que seguramente no imaginan que uno de los más crueles criminales nazis caminó por estas mismas calles. La voz de Lea Zajac, sin embargo, sigue viva, recordando al mundo que los crímenes no desaparecen con la distancia ni con el tiempo.

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https://www.argentina.gob.ar/interior/archivo-general-de-la-nacion

https://actualidad.rt.com/actualidad/548159-angel-muerte-calle-lado-paso

https://www.infobae.com/politica/2025/04/28/el-gobierno-desclasifico-archivos-de-operaciones-nazis-en-argentina-aparecen-josef-mengele-y-erich-priebke/

https://tn.com.ar/politica/2025/04/28/el-gobierno-publico-online-los-archivos-desclasificados-sobre-operaciones-nazis-en-argentina/

https://www.losandes.com.ar/sociedad/archivo-nazi-la-vida-oculta-josef-mengele-argentina-y-su-muerte-brasil-marcada-la-ironia-n5946438

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