Por Rafael Fernando Navarro
La democracia se hace d铆a a d铆a. Va surgiendo como la luz de los amaneceres. Crece por el horizonte y la sostienen las manos de las estrellas, los m煤sculos del monte, el regazo de los 谩rboles. Si decae el quehacer, se nos muere entre los brazos y aparece la bota militar aplastando la libertad siempre naciente.
Los correajes saben el camino y fusilan ideales contra paredes blancas. Y vuelta a la persecuci贸n, al chantaje, a la amenaza. Hasta plantarla otra vez en urnas peque帽itas para que brote la esperanza y se levanten nuestros hijos con la alegr铆a en las ventanas.
Por Galicia vino quien vino all谩 por el treinta y seis. Renacido en Africa, la mora que so帽aba con alhambras. Galicia redimi贸 su memoria y volvi贸 al primer amor: el mar. Hoy la fecundan brisas limpias, espumas marisqueras para que Espa帽a pruebe la belleza de las olas.
Jes煤s Alonso Fern谩ndez es el emperador de dos mil trabajadores. Manda en Jealsa-Rianxeira. No preside, no organiza, no dirige. Manda. Y quien manda, amenaza, impone, exige. Bast贸n de mando le llaman. Cuando se pierde electoralmente, siempre se blande el guardado en la rec谩mara. Para golpear vale, para agachar cabezas, para herir de muerte iniciativas frescas. Y ah铆 est谩 Jes煤s Alonso Fern谩ndez, campeador de conservas, general de boquerones, bonito, mejillones. Comiendo del esfuerzo de dos mil vasallos obligados por el pan, las patatas, los grelos. Dignos con la dignidad aplastada, pero dignos. Aportando para el bienestar, para la ostentaci贸n, para el lujo del patr贸n. Conscientes porque lo saben. Sacando a flote la honradez pisoteada por honrada, por inconveniente, por rebelada. Hay navajas en lata que se clavan, calamares que aprietan, pulpos que constri帽en. Los azuza Jes煤s Alonso Fern谩ndez como a monstruos marinos desbocados.
Alonso perdi贸 hace ocho a帽os la alcald铆a a manos de un candidato del BNG, profesor de Filosof铆a, y del PSOE. Y el patr贸n, espa帽ol de espa帽a (peque帽ita, min煤scula, abreviada) no entiende que a Boiro lo presida un fil贸sofo. Le suena a era presocr谩tica, a Grecia antigua y superada. Un fil贸sofo no puede ser empresario. Alonso es empresario porque no piensa. Se lo oy贸 a D铆az Ferr谩n: “hay que trabajar m谩s y ganar menos” El impone a su candidato del Partido Popular “economista con pr谩ctica en la empresa y que no tiene nada que ver con el fil贸sofo” Y si no vence el economista, si no derrota al fil贸sofo, llena sus maletas de mejillones, berberechos y sardinas y se marcha a otro sitio donde mande, ordene e imponga un economista del Partido Popular. Se lleva de paso el pan, los trajes del domingo familiar, las fiestas patronales de v铆rgenes conserveras. Que coman filosof铆a. El exige carteler铆a del economista, publicidad del economista. Y sobre todo el voto. La democracia no son las urnas, el secreto de la opci贸n pol铆tica, la responsabilidad del voto emitido. La democracia soy yo, dice Alonso. Yo mando, ordeno, exijo. Para eso soy el due帽o. Un boquer贸n, un voto. De lo contrario, se lleva su fauna a extorsionar a otro pueblo. Siempre habr谩 hambre acogedora entre los muertos de larga duraci贸n. Es f谩cil el chantaje cuando desaf铆a a la supervivencia. Los est贸magos vac铆os no pueden filosofar. Gritan s贸lo las manos extendidas ante el man谩 que llueve, aunque destroce cualquier cosecha humana.
Rajoy tambi茅n es gallego. Conservador sin duda. Conservero tal vez. Hoy por hoy, ostras frescas, merluza a la gallega, percebes oscuros de rocas duras. Tambi茅n al mar hay que pedirle el voto secreto de las olas.
La democracia se hace d铆a a d铆a. Va surgiendo como la luz de los amaneceres. Crece por el horizonte y la sostienen las manos de las estrellas, los m煤sculos del monte, el regazo de los 谩rboles. Si decae el quehacer, se nos muere entre los brazos y aparece la bota militar aplastando la libertad siempre naciente.
Los correajes saben el camino y fusilan ideales contra paredes blancas. Y vuelta a la persecuci贸n, al chantaje, a la amenaza. Hasta plantarla otra vez en urnas peque帽itas para que brote la esperanza y se levanten nuestros hijos con la alegr铆a en las ventanas.
Por Galicia vino quien vino all谩 por el treinta y seis. Renacido en Africa, la mora que so帽aba con alhambras. Galicia redimi贸 su memoria y volvi贸 al primer amor: el mar. Hoy la fecundan brisas limpias, espumas marisqueras para que Espa帽a pruebe la belleza de las olas.
Jes煤s Alonso Fern谩ndez es el emperador de dos mil trabajadores. Manda en Jealsa-Rianxeira. No preside, no organiza, no dirige. Manda. Y quien manda, amenaza, impone, exige. Bast贸n de mando le llaman. Cuando se pierde electoralmente, siempre se blande el guardado en la rec谩mara. Para golpear vale, para agachar cabezas, para herir de muerte iniciativas frescas. Y ah铆 est谩 Jes煤s Alonso Fern谩ndez, campeador de conservas, general de boquerones, bonito, mejillones. Comiendo del esfuerzo de dos mil vasallos obligados por el pan, las patatas, los grelos. Dignos con la dignidad aplastada, pero dignos. Aportando para el bienestar, para la ostentaci贸n, para el lujo del patr贸n. Conscientes porque lo saben. Sacando a flote la honradez pisoteada por honrada, por inconveniente, por rebelada. Hay navajas en lata que se clavan, calamares que aprietan, pulpos que constri帽en. Los azuza Jes煤s Alonso Fern谩ndez como a monstruos marinos desbocados.
Alonso perdi贸 hace ocho a帽os la alcald铆a a manos de un candidato del BNG, profesor de Filosof铆a, y del PSOE. Y el patr贸n, espa帽ol de espa帽a (peque帽ita, min煤scula, abreviada) no entiende que a Boiro lo presida un fil贸sofo. Le suena a era presocr谩tica, a Grecia antigua y superada. Un fil贸sofo no puede ser empresario. Alonso es empresario porque no piensa. Se lo oy贸 a D铆az Ferr谩n: “hay que trabajar m谩s y ganar menos” El impone a su candidato del Partido Popular “economista con pr谩ctica en la empresa y que no tiene nada que ver con el fil贸sofo” Y si no vence el economista, si no derrota al fil贸sofo, llena sus maletas de mejillones, berberechos y sardinas y se marcha a otro sitio donde mande, ordene e imponga un economista del Partido Popular. Se lleva de paso el pan, los trajes del domingo familiar, las fiestas patronales de v铆rgenes conserveras. Que coman filosof铆a. El exige carteler铆a del economista, publicidad del economista. Y sobre todo el voto. La democracia no son las urnas, el secreto de la opci贸n pol铆tica, la responsabilidad del voto emitido. La democracia soy yo, dice Alonso. Yo mando, ordeno, exijo. Para eso soy el due帽o. Un boquer贸n, un voto. De lo contrario, se lleva su fauna a extorsionar a otro pueblo. Siempre habr谩 hambre acogedora entre los muertos de larga duraci贸n. Es f谩cil el chantaje cuando desaf铆a a la supervivencia. Los est贸magos vac铆os no pueden filosofar. Gritan s贸lo las manos extendidas ante el man谩 que llueve, aunque destroce cualquier cosecha humana.
Rajoy tambi茅n es gallego. Conservador sin duda. Conservero tal vez. Hoy por hoy, ostras frescas, merluza a la gallega, percebes oscuros de rocas duras. Tambi茅n al mar hay que pedirle el voto secreto de las olas.